Ooohhh¡ -se preguntaba aquel, ¿Dónde está el tono de
hacer filosofía?, ¿Dónde se me esconde su contenido?, ¿a qué punto quisieron
llegar?, ¿Dónde se sube al tren?
Me enriquece, me forma, me da sentido, me construye, me
encuentro sentido en ella.
¿Gnoseología?, ¿Nuestra capacidad de conocer o ver cuál es
el camino? Mirad, lentamente y despacito os digo lo que pienso y deduzco. Estamos
total y absolutamente agarrados a nuestro sistema anímico en el momento de
conocer y deducir información que vaya más allá de las puras reglas de
inferencia, es decir la lógica. Ciencia Universal, como nos contó ese tan
grande, y apliquemos lógica a todas las ciencias y artes ¡tendremos
conocimientos!, nos decía y con esto se instala mi problema y me dice que mi
convicción, aproximación y acercamiento a esta conclusión está íntimamente viciada
por mis propios estados mentales.
¿Ontología?, ¿qué son los seres?, ¿qué es un ser?, ¿qué
es el ser que es?, ¿qué es las cosas que son? Mareado en mi interés y curiosidad
acabo tras estudiar y leer asuntos relacionados con la metafísica más dura,
perplejo de la volatilidad de estos asuntos por la pura satisfacción no más de
su correcta deducción o tratamiento. Llevemos más allá de su trono a Aristóteles
y concluyamos su metafísica aplicando, en la medida que se pueda, a la
construcción de este mundo actual. La comprensión insípida, es un sinsentido.
El estudio, del ser en cuanto que es, me seduce, cuando me lleva a mirar la
realidad con las gafas graduadas que corrigen nuestra miopía natal.
¿Sociología?, sí ¡mucha!, pero hagamos, como también
insistió aquel, ciencia. Independientemente de su naturaleza sólo nos vale
estudiar su fin y con experiencias con datos, guiemos hacia la construcción de
una sociedad justa. Me seduce más estudiar el modo de relación contextual para
el que estamos preparados, que nuestra necesaria esencia social. Nuestra
esencia nos puede llevar a los fines, pero es quizás demasiada grande la
intención que se tiene y nos perdemos en abstracciones sin aplicación.
¿Lógica?, sí, la necesito, pero aplicada y vista en su
lugar. Jamás os atreváis a criticar cualquier opinión por la falta de estructura
lógica en el argumento. Apliquémosla, sin cuidado, allá donde alla cualquier
asunto inanimado. Afortunadamente, el ser humano, se mueve por dos o tres pisos
por encima de ella.
¿Metafísica?, sí, estudiémosla, tratémosla, trabajémosla, pero con una solo intención. Preparar
nuestra mente. Acostumbrarla a tratar términos abstractos en otros campos por
aplicación. No me busquéis ningún otro elemento a la metafísica y dejarme
disfrutar leyendo textos y tratados de esta temática sin el más objetivo, de
por sí, que dar placer y preparar nuestra mente.
¿Ética?, ¡dadme un papel y lápiz y os escribiré las
normas propias para el comportamiento pacífico y justo entre los individuos y
no me deis más principios ni motivos!, cualquier ética que tenga otras influencias
es equívoca. La ética debe de ser la ciencia de la convivencia humana,
independientemente de las justificaciones que les busquemos.
¿Estética?, ¿que nos produce la belleza?, ¿Cuáles son la
conexión que mantiene con la realidad que le circunda?, ¿Cuáles son sus
elementos? Y otras cuestiones así que realizan en su correcta realización, un
conocimiento de investigación máximo.
Así pues aquí se quedan escritos todos estos comentarios
sin reflexionar, sin repasar, sin esquematizar, sin usar coherencia e
incoherencias. Todo esto son escusas ante la falta de exactitud y flexibilidad
de esta temática, que se puede superar con una acción, para concebirla,
plenamente consciente trabajada, pero y
que, se hunde en su propia perdición, en el desorden de su naturaleza, si sólo es
nuestro pensamiento que se libera en determinadas cuestiones.
Ego et absolvo –me dijo el del bar cuando se lo dije, y
verdaderamente, con su absolución dormí mejor.
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