Sólo
si tienes algo que esconder prefieres permanecer en el anonimato
Sólo
el que roba tiene que esconder sus cuentas.
Sólo
cuando tienes intimidades con las que no te sientes bien temes el hablar.
Sólo
el cobarde y que insulta se esconde bajo anónimos para hacerlo.
Sólo
si tienes cuentas con mucho dinero te da miedo tus datos.
Sólo
el que tiene cosas que esconder, se esconde.
Mi
nombre es Alberto Barata y no tengo ningún problema, en el supuesto caso y
siempre por error, que la agencia de
información estadunidense tenga un listado de todas mis llamadas y el contenido
completo de mis emails. Eso, eso, que los estudien e investiguen para pasarme
sus conclusiones.
Ayer,
el programa hablaba de un ataque contra la intimidad propia de cada persona, y
al compás de estas reflexiones yo me preguntaba que se podría hacer público de
una persona medianamente usual o normal y que tuviese interés para todo el
mundo. ¡es un ataque contra la intimidad!, ¿mi intimidad?, óigame si le gustan
leer las cartas, vía internet, de amor que le mando a mi mujer, no tengo ningún
problema.¡Qué las disfruten!
Pienso
que el miedo a la salida a la luz de los datos de internet es un problema, única
y exclusivamente, de gente que no lo tiene todo muy claro, ni lo dice, ni lo
que hace, ni lo que tiene.
Uno,
hay un caso aquí en España que lo refleja y constata, de un hombre, que tenía
cierta importancia a nivel social, y metiera, en la red, unas caricaturas y
demás de otros personajes públicos. Que reírse de ellos a nivel privado lo
hemos hecho todos, pero y no por internet pues es un acción desagradable reírte,
sea quien fuere, públicamente de él. Es relativamente fácil, deducir, a
sabiendas de la facilidad para los que saben tienen de entrar en tus cuentas,
que esta sociedad está llena de buitres hambrientos, que solo saben desgarrar
la carroña y vivir de la podredumbre e iban a sacar a luz ese tipo de
comentarios, para crear problemas y vender dolencias.
Dos,
no sólo ladrón, siempre al parecer, sino y además tonto. Llevar las cuentas de
una operación económica fraudulenta a través de una línea de información en
internet, es del género tonto, pues esa información, una vez salida de tu ordenador,
vuela, perdida por las nubes de la información, hasta llega el informático, con
su gorra, y te la caza.
Si
eres sincero, si no te avergüenzas, si concluyes en función de tus valores, si
no quieres engañar diciendo algo que no eres, no creo que haya que temer la poca discreción de internet.
Mi
nombre ya os lo he dicho, y todos los escritos de mi blogs no son más que los
reflejos de mis pensamientos y las lágrimas de mi alma de las que no me arrepiento
y consuelan mi corazón..
El
temor a lo público, está directamente relacionado con todo aquello que quieres
esconder.
A
todos nos gusta que nos sean discretos con los pensamientos más profundos y
personales. Todos, creo y entiendo, preferimos sincerarnos en la esquina de la
barra del bar, con uno o dos amigos, que contar tus intimidades a grito pelado
a cuatro o cinco en una pequeña discoteca.
No
creo que haya que tener tanto miedo si te mueves con sinceridad y no tienes
nada, que un momento dado, te trastornaría la vida en caso de hacerse público.
Por
supuesto que en bastantes, sino muchas ocasiones, dudo de mis palabras y
pensamientos, pero nunca siento vergüenza con lo que escribo.
Verdad
es que al hablar, en ocasiones, se
escapa la lengua y dices algo que no tuviste tiempo de pensártelo bien. Pero al
escribir, las cosas cambian.
Sí
que es cierto, que las palabras habladas se las lleva el viento y lo escrito ahí
se quedará, pero dentro del gran abanico de posibilidades que no yo, sino todos
, entiendo que hay para el error, no me arrepiento de mis conclusiones y
siempre estaré a tiempo para avanzar más.
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