Como todo elemento evolutivo, pese a lo que nos parezca,
será un proceso paulatino y cándido. Llegará el punto en que actuaremos ante la
normalidad de la indirecta y artificial vida
de la total conexión por internet. La relación cambiará.
Será un hecho evolutivo social, consecuencia de aquel camino
que cogimos al decidir enfrentarnos en grupo a los problemas diarios y habituales.
Y la dinámica de relación, con normalidad y proceso
evolutivo, siempre hacia a delante y dentro de las coordenadas por nosotros
buscadas, formaran y configurarán nuestro hecho vital, social y personal.
Cualquiera de vosotros permanece en el misterio y en el mundo de mi imaginación.
Cualquier juicio que hiciera sobre vosotros estará condenado
al error.
Nos hablan de amor, y nunca sabremos, sin ver las lagrimas
en sus ojos, si lo hubiera amargamente perdido e hiciese, entonces unas
reflexiones profundas sobre éste, cuando nosotros pensábamos que era, en este caso, una persona que sueña y
vive por amor.
Es un hecho evidente que cuando la evolución de ideas no se
realiza mediante un cara a cara y una relación directa, los engaños y errores
sean, al menos, más difíciles de disimular, el resultado va a ser distinto.
Seremos más humanos en el sentido de nuestra evolución
propia por nosotros elegida y construida, pero, aun que me pese y me duela, nos alejamos, no de nuestra esencia buscada sino
del concepto propio y particular de la felicidad.
La intelectualidad, la cultura, la comunicación, pueden existir sin ser invasivas de nuestra intimidad
como seres humanos
El fin o el motivo evolutivo, se pierde en la inexistencia
de objetivo hacia el cual nos movemos. Son elementos de tercera importancia lo
que marca nuestro camino y andar como seres humanos, no hay ningún elemento
inmutable y fijo que nos marque un objetivo.
La evolución social se perdió en el carretera, aunque siga
avanzando hacia allá donde nunca estuvo y desconoce, con totalidad, como es.
Internet será un elemento constitutivo y formador de nuestro
comportamiento social.
La mascara de las pantallas, formarán parte y serán
elementos esencial de nuestra situación, a todos los niveles.
Con el paso del tiempo esto llegará con total amplitud e
invasión.
Dejaremos de compartir el sudor de las conversaciones
emotivas, olvidaremos la calidez de la poesía narrativa en la boca de aquella
persona.
Lo único en estado de off, es nuestra evolución biológica,
pues, afortunadamente, no hay ninguna característica física que de como
consecuencia una mayor reproducción. No sé cuando perdió validez Darwin en el
ser humano, pero ahora ya no es parte de el.
La evolución social o individual, ya no es un acto de selección,
sino de pura y dura elección.
Seguiremos avanzando en busca de objetivos que poco o nada
tendrán como objetivo el ser humano. El fin serán los objetos que nos rodean. Seremos
más, sólo aparentemente más felices, cuanto mayor velocidad, del coche, del avión
o de Internet.
La falta de contacto y la lejanía será el futuro de las
personas.
Sin forma revolucionaria, nuestro futuro nos alienará y
trasformará del nuestra constitución, formas y maneras actuales.
Estamos en manos de la tecnología y el mercado, dos
elementos que ya funcionan, pasean y avanzan sin ningún hecho decisivo de
aquellos que creíamos dueños de la
realidad, cuando es mentira, desde que los objetos creados se nos han impuesto
y configurado.
Las ideas, las expresiones, las emociones se apuntalan en
mis pensamientos, las palabras invaden y se instalan con la ansiedad de ser
escritas en mis dedos, mis repasos son engañados por mis ansias de compartir el
escrito.
Estoy escribiendo en Internet. Juez y reo.
Quiero pensar que el modo y manera de mi utilización, escapan de mi crítica. Eso quiero pensar.
El orden en el escrito, le quité quizás la belleza de la
fuerza de la improvisación.
Ahí va, ¿el qué?, lo que hay, sólo y nada más.
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