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La
Filosofía, como razonamiento abstracto, debe de ser asesinada, pues sino nunca
morirá.
Los ojos, de
Pedro, cual platos anchos de ensaladas, abiertos se encontraban. El ancho de la
barra, apenas llegaba al diámetro del circulo de su pupila.
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Me
parece que no oigo bien, Andrés, o he perdido el juicio o he encontrado la
locura. ¿Qué me dices, amigo?, hemos cabalgado juntos, entre los conceptos e
ideas, buscando fines y mares donde atracar nuestras dudas, y ahora ¿te vas y
dejas los azulejos amontonados en el
camino?
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Sí,
la ciencia y el empirismo, por fin, me ha sacado del mareo de la constante duda.
Estudiaré, observaré, razonaré, no sobre el mundo, sino sobre las personas.
Sumaré y restaré acciones, pensamientos, datos y con ellos trataré de concluir.
Será un esfuerzo teórico grande tratando de establecer el cuadro de relaciones entre
entidades concretas a observar y tras
esto, concluir con ellas. No quiero encontrarle un significado al cosmos,
quiero saber bajo cuales circunstancias y en que momentos, el ser humano,
encuentra un sentido o se queda sin éste, en su vida. Y no es Psicología pues
no contemplo ninguna patología ni explicación del dinamismo propio. Es el
sentido encontrado en las consecuencias de sus actos. Actos, que por natura,
son más afines a las personas. Ciencia, ciencia.
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No
Andrés, no, no harás ciencia, dejarás de hacer Filosofía.
La mirada de
Andrés a Pedro, apenas duró unos segundos, pero para los dos se hizo larga.
Ninguno de los dos dudaba de sus pensamientos, pero el problema estribaba en
que tampoco solían dudar de las palabras de su amigo. Entre la firmeza de carácter,
personalidad más la diferencia
intelectual momentánea, produjo un
enfrentamiento en silencia grande, fuerte, bonito.
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¿Filosofía
me dices?
-
Sí,
Andrés. La filosofía, cuando fue parida y llegó a la vida, nunca trató jamás
ninguna intención de utilidad. Era solo un canto a la sabiduría de aquellos que
podían seguir el camino de ella.
-
No,
Pedro, es un error en el cual nos han educado. Sí que querían y buscaban una
aplicación directa, rápida y segura de sus pensamientos. Estudiaron, aquellos
primeros, al ser humano y su sociedad. Querían más que el placer del pensamiento.
Avanzaron y fueron fundamentales porque nos enseñaron a pensar. Pero aquí se
acaba su validez. Debemos de aplicar y buscar los mismos cuestiones y dudas pero
se acabó de volar entre las nubes de los conceptos y tratemos de encontrar
datos descriptivos y significativos del alma humana.
Al pronunciar
la palabra del alma humana, Pedro se sintió afirmado, pensando cual sería la prueba empírica de
esta misma.
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Y
crees Andrés ¿Qué podrás llegar al conocimiento del alma a través de un estudio
empírico?. Sorpréndeme.
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Vale.
Introducimos al sujeto en un medidor eléctrico craneoencefálico, le inducimos ,
al sujeto, ciertos pensamientos y observamos la zona del cerebro que mantiene
máxima actividad. Filosofía ¡mucha!, ¿Qué temática nos máxiexcita?, ¿es un
efecto reversible, es decir, la misma actividad eléctrica producirá los mismos
efectos emocionales?, es decir, ¿tenemos una dependencia y relación directa de
nuestro estado anímico, con nuestra formación material?, ¿es esta actividad emocional
lo que llamamos nuestra alma?, o no hay ningún cambio apreciable, ninguna
actividad eléctrica captable, pero tenemos el estado anímico muy variable ¿será
que el alma vuela entre nuestra mente y nos engaña haciendo parecer material?,
se puede llegar muy lejos Pedro.
-
Andrés,
tus creencias sobre la capacidad de saber o de encontrar las soluciones es
peligrosa. Buscas más de lo que se puede y esto
te llevará a la decepción.
Pep, los miraba
desde el otro lado de la barra mientras estaba apoyado en la parte baja del
cristal. Normalmente trabajaba como uno más, aún siendo el dueño del bar, pero
en aquel día no. La faltaban fuerza pues la conversación le había apretado como
el corsé que se ponía su madree en los días de misa. Si nuestra alma, el saber,
la teoría, las máquinas. Impresionante.
Se estaba acabando una cerveza, tranquilidad
como nunca ante una especial conversación entre los que siempre tenían algo
bueno sobre lo que hablar. Pedro se giró y se quedaron mirándole.
-
Y
tú, David, dinos.
Sonrieron,
con sinceridad los tres, pero David, con discreción, no pudo evitar
carcajearse.
-
¿Qué
hable con vosotros en esta temática?, no amigos no, estoy enamorado de vuestras
conversaciones pues no escucho las tonterías que habrían si estuviese yo entre
vosotros, pero ahora y en voz baja os digo que pienso que el alma o el espíritu
humano sí que puede ser demostrada como
tal. Haciendo un estudio y una posible relación o imposibilidad de
nuestra entidad material con una entidad supresensible, sería un buen camino
con muchas conclusiones útiles.
Pero y
Andrés lo miraban con una gran sonrisa.
Variaron el
radio del circulo e hicieron más íntima
la conversación. El alma, la poesía, las conexiones eléctricas, el amor, las
neuronas, la paz, el aprendizaje y otros difíciles conceptos, situaciones e
ideas se nombraban y desarrollaban con frecuencia.
Ya se iban,
cuando Andrés se adelantó, separándose del los dos y levantando sus manos, se
dirigió a todo el bar.
-
Y
Ustedes ¿piensan que es mi alma, mi
espirito el que me lleva a levantarme y decirles que conversen si quieren
llegar a algo o es una pura y dura conexión nerviosa que en vistas a
operaciones anteriores dejó el camino del uso correcto ya marcado?, piénsenlo y
contéstenme.
Pedro y
David sonreían con sinceridad y divertimento.
Los demás clientes
permanecían absortos pues poco comprendieron. Pero en algunas palabras hay
mensajes que por muy lejos que te encuentres los encuentras.
Andrés salió
del bar y sacó la cometa del alma y se dedico a saltar entre la olas materiales
que se encontraban ya en la puerta del mar.
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