Aquello, es un aspecto esencial, constitutivo y formador. La
dependencia total en cuanto a nuestra comprensión y proyección de mundo.
Vivimos siempre en aventuras ya constituidas y organizadas por los otros. No
hago más que flotar en aquel mar que ellos me dibujaron. No realizamos ningún
acto innovador, siquiera, en nuestras propias vidas. Cuenta con otros factores
no individuales
El mundo digital es un ejemplo ilustrativo, sólo ilustrativo
del problema, pues éste va más allá.
Los niños ya no imaginan al jugar con los pc, movibles o Tablets,
en los cuales ya está todo constituido y hecho. El niño, adulto a quien sea, ya
no imagina. Juega en la imaginación, interesada y impura, de otros. Es un hecho
ilustrativo, pero es extensible a toda
una sociedad en la cual el exterior la
persona está casi totalmente constituido. Los mass media dibujan un mundo y
nosotros, los individuos nos movemos en éste.
La diferencia es el derecho a la libertad de crear. Pero
ésta está realmente atrapada en los corsés
impuestos por intereses, también ciegos por el propio bucle formativo.
Y le dije que dejase la máquina y sus quejas, de los tres,
de haber que hacemos, me hizo ver con claridad, como esas realidades virtuales
estaban atrofiando la capacidad creativa de los niños. La ausencia de las
maquinas recreativas, las obligó, tras aburrirse un rato, a inventarse un juego
y a divertirse. Si no apago la máquina, el ejercicio de relación con objetos exteriores, no se hubieran visto sometidos a un acto de
construcción, relación y composición de elemento para crear una escena
imaginaria en donde desarrollar el juego. No, en las maquinitas no construyes,
no relacionas, no trabaja de la imaginación ni el cerebro. Sólo tus terminaciones
nerviosas y tu inquietud.
Esto es claramente y realizando un paralelismo extensible al
ser humano, nos encontramos con que nuestra capacidad de asociar ideas,
elementos y sacar conclusiones, está claramente infravalorado pues los actos,
elementos, acciones que nos rodean, ya están juzgados, estudiados y ubicados en
la posición concreta. Masticamos un pastel ya cocinado.
Es la falta de libertad, voluntaria, no impuesta, por estas
sometidos a unas fuerzas fácticas de acción ante la que o nos rendimos o no
somos cuenta de su dominio.
Las personas nos vemos sometidas a un mundo ya constituido.
Los niños de 12 años sueñan con monstruos y princesas tal y
como aquel persona de 50 años imaginó. No los dibuja, no los crea, los imita,
con vida y en movimiento.
Cierto es que estos problemas en cuanto a calidad, no
son nuevos. Digamos que la televisión
siempre nos hace huir de nuestra realidad y nos deja soñar en la imaginación de
otros, pero actualmente ya no es un hecho
lúdico, de divertimento, es un hecho patológico y enfermizo que domina y controla la mente, proyectos e intenciones
del sujeto.
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