lunes, 8 de agosto de 2016

...de la imaginación que se fue atrofiando y nuestra creatividad se quedó coja...

Aquello, es un aspecto esencial, constitutivo y formador. La dependencia total en cuanto a nuestra comprensión y proyección de mundo. Vivimos siempre en aventuras ya constituidas y organizadas por los otros. No hago más que flotar en aquel mar que ellos me dibujaron. No realizamos ningún acto innovador, siquiera, en nuestras propias vidas. Cuenta con otros factores no individuales
El mundo digital es un ejemplo ilustrativo, sólo ilustrativo del problema, pues éste va más allá.
Los niños ya no imaginan al jugar con los pc, movibles o Tablets, en los cuales ya está todo constituido y hecho. El niño, adulto a quien sea, ya no imagina. Juega en la imaginación, interesada y impura, de otros. Es un hecho ilustrativo,  pero es extensible a toda una sociedad en la cual el exterior  la persona está casi totalmente constituido. Los mass media dibujan un mundo y nosotros, los individuos nos movemos en éste.
La diferencia es el derecho a la libertad de crear. Pero ésta está  realmente atrapada en los corsés impuestos por intereses, también ciegos por el propio bucle formativo.
Y le dije que dejase la máquina y sus quejas, de los tres, de haber que hacemos, me hizo ver con claridad, como esas realidades virtuales estaban atrofiando la capacidad creativa de los niños. La ausencia de las maquinas recreativas, las obligó, tras aburrirse un rato, a inventarse un juego y a divertirse. Si no apago la máquina, el ejercicio de relación con objetos exteriores, no se hubieran visto sometidos a un acto de construcción, relación y composición de elemento para crear una escena imaginaria en donde desarrollar el juego. No, en las maquinitas no construyes, no relacionas, no trabaja de la imaginación ni el cerebro. Sólo tus terminaciones nerviosas y tu inquietud.
Esto es claramente y realizando un paralelismo extensible al ser humano, nos encontramos con que nuestra capacidad de asociar ideas, elementos y sacar conclusiones, está claramente infravalorado pues los actos, elementos, acciones que nos rodean, ya están juzgados, estudiados y ubicados en la posición concreta. Masticamos un pastel ya cocinado.
Es la falta de libertad, voluntaria, no impuesta, por estas sometidos a unas fuerzas fácticas de acción ante la que o nos rendimos o no somos cuenta de su dominio.
Las personas nos vemos sometidas a un mundo ya constituido.
Los niños de 12 años sueñan con monstruos y princesas tal y como aquel persona de 50 años imaginó. No los dibuja, no los crea, los imita, con vida y en movimiento.
Cierto es que estos problemas en cuanto a calidad, no son  nuevos. Digamos que la televisión siempre nos hace huir de nuestra realidad y nos deja soñar en la imaginación de otros,  pero actualmente ya no es un hecho lúdico, de divertimento, es un hecho patológico y enfermizo que domina  y controla la mente, proyectos e intenciones del sujeto.


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