jueves, 1 de junio de 2017

LA MENTIRA Y DONDE ESTÁ LA VERDAD




Y donde me sitúo, ¿en la felicidad que me da las comodidades y realizaciones de la vida o en la más que supuesta felicidad y realización que encuentro escribiendo? Cuando la vida no me sonríe, siempre tengo los sueños de que, hiciera lo que hiciese y fuese tanto tiempo como fuera, iba a vivir en el sueño de la creación literaria y la trasmisión de mis pensamientos e inquietudes. Cuando me quito los cascos en el tren que me lleva al Instituto, a dar las clases de Filosofía, y me pregunto cómo sería la posible vuelta a la realidad del garaje donde trabajaba, me cojo, fuertemente a mi esperanza, en cuanto que la realización propia, está por encima de las circunstancias personales y me digo que, con tranquilidad en mi alma y escribiendo, sería feliz.
Pero, me miento, pues ya he estado escribiendo desde lo hondo del agujero de último piso del garaje y sé, en toda su medida, hasta donde te llevan tales circunstancias. Antes de haber perdido ninguna batalla y con posibilidades limpias de seguir, ya me arrastro por el fondo de las trincheras de la guerra donde me volvería a meter.
La literatura y la vida, viene directamente condicionada y tratada con el estado mental en el que te encuentres. La musical, su compañía es un arma efectiva, que resucita o mata las intenciones y/u pensamientos. Las realidades son humo, no tienen existencia ni valor. El mundo no existe, sólo tenemos delante aquello que nosotros queremos ver. Estamos educados,, todos y cada uno de nosotros en unas estructuras fijas e inmutables. Nunca, nadie, nos cuenta que nuestros sueños y objetivos no deben alejarnos de la vida y ésta sólo existe como hecho de su propia existencia. No tenemos nada más, ni hay otra cosa que la vida en absoluto. El hecho de vivir, el acto de vivir, es la única verdad. Todo lo demás, no son sino elucubraciones de algunos que no se dan cuenta que nos hablan desde una posición que esperan y creen con verdad.
La ratificación y prueba de ello está en la música ¿donde está, donde se metió, aquella realidad, pensamientos, figuras, estructuras, deducciones, conclusiones, sentimientos que tenia en la cabeza antes de subir al tren y ponerme los auriculares?, en ningún sitio, pues nunca existieron como realidades. La teleología y fundamentos existenciales y racionales de la realidad se ven falsos cuando los miras bajo el prisma poliédrico del espejo a colores de la música.
Espero y quiero seguir allá donde ahora me encuentro, pero me animo, pensando y diciendo, que aun perdiéndolo, en mis manos y no más que en ellas estaría mi felicidad, pues, ésta, la felicidad, no está en un mundo que no existe, sino que se encuentra oculta, nomas que en mis intenciones, es decir, en lo que unicamente existe, y esto es mi vida y existencia.
No hago ni un canto Estoico o Cristiano, en la evasión a los bienes o placeres naturales y físicos, escribo unas lineas donde me adoctrino en la realidad de la necesaria la huida de la imposición de aquello que no es nada, que sólo es lo que queramos que sea.
Tampoco hago alusión a la fuerza personal de superación y demás, no. Veo y quiero entender que en la vida, que no se os olvide, siempre finita,, tengamos que tener nuestra realización en algo que no existe. No quiero perder el tiempo, y esto es no dejar de vivir, y el hecho de la vida, no es más que reflexionar, pensar, y esto es llevable en muchas acciones.
El bañarte y tomar el sol, son siempre buenos para el cuerpo y para los humanos, pero no necesario ni vital. Necesario y vital es para los reptiles de sangre fría, no para nosotros.
Quiero, y probablemente lo haré,, algo antes o algo después, más o menos cerca, seguir en mi trabajo, pero tampoco quiero que mi felicidad dependa de éste. Quiero tener la libertad de mis pensamientos, el cariño de mis hijos y de la mujer a la que amo y el tiempo para escribir. Ya pienso y siento, que dada nuestra esencia, es decir lo que nos define como somos sin la necesidad de ningún elemento para hacerlo, es la reflexión y curiosidad intelectual. Y tonto y bobo, quien no vea que ésta es nuestra esencia, y que esto establecido y repartido, daría como consecuencia, que se me caiga la mano con la que escribo, si me equivoco, un mundo mejor.

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