sábado, 27 de octubre de 2012

POLITICUCHOS

Rozan lo esperpéntico, se pasean al borde del ridículo, hablan con sesgo deficiente, suben y bajan a patadas, están engañados y se creen las tonterías que dicen. El sistema devora ideas, personas e intenciones pues se amoldan, encajan o se estrujan si son necesarios en el caldo de cultivo. La estupidez y tontería pendulan a su placer y nuestro hastío a rafagadas en la realidad. La punta de la calabaza, pues no da para más, son los políticos, los cuales se llevan todas las despectivas y usuales expresiones. Pero, y además, para hurgar mas en el patetismo, no son sino ratones en manos de intereses particulares y no generales y sociales. Las ideologías han muerto en la economía, sin límites ni control, del mercado. Otro asunto nacería ante límites de beneficios. Ellos, no solucionan nada por impotencia. Las grandes mentiras son constituidas por pequeñas falsedades -vistas en los comentarios y conclusiones que sacan tanto los políticos como la sociedad general - en ciertas, pequeñas pero muchísimas cuestiones. Nuestra ignorancia nos pierde. El pueblo vemos esta situación y no entendemos que todos somos participes y pensamos y creemos que la culpa será sólo de los dirigentes. Es tensar y forzar más la cuerda en su descenso hasta el infierno. Superemos nuestra cojera mental, tengamos una revolución intelectual pera superar todas nuestras inoperancias.

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