I
El problema será las
consecuencias, pues el hecho es evidente.
¡Temblad, duros materialistas!
Si el cambio en el estado
anímico es producto de un razonamiento o acto de voluntarismo y no concurre
ningún factor externo diferente de la normalidad la ratio de la división es el
alma.
Sólo nombrarla produce atención
y espera.
El asunto será decidir el orden
de los factores. Andaba buscando
ejemplos altos y profundos, pero un
máximo ejemplo y descripción está en el abandono de vicios.
Aquí, tiene que haber un primer movimiento absoluto
que no sea consecuencia de ningún otro y por tanto el principio.
-
Sí, aquel día dejé
de fumar, encontré fuerzas- nos ha dicho alguien alguna vez.
Podemos establecer unas
circunstancias en el estado mental que decidan o que influyan en tus estados. Tranquilidad
que calma el funcionamiento nervioso de tu cuerpo y esto proporciona placer.
Pero cuando decido dejar de fumar, independientemente del triunfo del hecho,
hablas sin ningún elemento más de actuación, que tu alma.
Es un tema importante y
definitorio. Si tuviéramos consciencia del estado hilemórfico, todas las
construcciones humanas actuales serían diferentes.
Es un hecho mal aceptado, olvidado, ignorado o
suprimido.
Hago ciencia empírica, no
filosofía clásica. Hablo con datos y experiencias empíricas propias. Las
conclusiones Religiosas es un asunto diferente.
¿Dónde está la voluntad?, ¿es
una carga eléctrica?, ¿los polos conductores de este estado eléctricos son
consecuencia de casualidades materiales desprovistas de toda intencionalidad?
Entiendo que hay que buscar un
principio decisorio fuera de las conexiones.
Partimos de la base que las
personas somos seres libres y voluntariosos. El ejercicio de ambas facultadas
también entra dentro de la problemática.
Pero, vayámosnos a un ejemplo
alegórico pero real y explicativo.
Una persona enamorada de la
otra. Se acababan de conocer y ya se habían besado. Al mes de comenzar su
relación, ella, digamos, recibe una oferta de trabajo en la investigación de un
artefacto modernísimo. Ella es ingeniera. Así pues y con esto, imaginémosnos a
la dulce Carla pensando en Andrés y en la aventura donde se realizaría como
persona. Atardecía y cayendo el sol en la lontananza, Carla, pensaba, sentía,
soñaba escuchando a su corazón y su cabeza. Pasados tres días, cogió el avión, cruzó
el mar y se incorporo al trabajo que le ofrecieron.
Y digo, ¿la decisión de Carla
es producto de un razonamiento?, ¿debo de entender por tal una disposición y
desarrollo entre las sinapsis neuronales?.
La decisión es producto del
estado mental en cuanto que se comienza a actuar en consecuencia y el cerebro
actúa con felicidad afectando a zonas cerebrales, pero ¿las situaciones que
traen este estado mental que ve o reconoce la decisión son accidentales?
No, la disposición no es
material.
Igual me da en la decisión
amorosa que la decisión preventiva.
Relajarte sí, pero el decidir
hacerlo no.
Cuando
decidió irse, Carla, fue un acto voluntarioso en el cual no actuó ninguna razón
material. No se movió ni un electrón para formar su decisión.
Las
consecuencias de aceptar nuestro
componente espiritual, son tremendas.
El
cambio sería radical y más en esta sociedad a nivel mundial que se está
imponiendo en siglo XXI.
Quiero
pensar e imagino el aceptar como un hecho normal nuestra parte espiritual que
está situada por encima de las circunstancias materiales y puede actuar sobre
ellas.
Hasta
ahora el reconocer y aceptarlo sin pertenecer a un culto, no es aceptado y
visto como una extravagancia en las opiniones de aquel.
II
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