La falta del oyente o lector no
es un problema para el escritor, la dificultad estriba en que ha de darse a
entender hacia unas personas que no tiene delante.
Asi, aunque su unión sea
fuerte, sus diferencias son decisivas.
Al hablar, los signos y movimientos alteran el hecho
fonético y lo puntualizan y miden, en el ámbito que sea.
Es fácil que algún gesto facial
sea o malforme y accidental o conforme consciente puntualice
a un concepto o mensaje.
En su tono de duda e
inseguridad, el orador primerizo,
construye sus frases con genialidad; oraciones cortas, asertivas,
puntualizadas, ordenadas y con conclusión. Ese misma charla es leida por otra
en su despacho y sin ninguna referencia
de las circunstancia del orador y
sus conclusiones, ante la corrección del texto, podían ser, como siempre, diferentes tales como un escritor esperimentado, duro, inteligente y culto. Estas circunstancias receptivas influirán de una
manera u otra, sino en lo conceptual sí
en la mecánica de la lectura (búsqueda de varios significados, la
trascendencia de las afirmaciones y otras maneras). Esto es un ejemplo simple y evidente, pero
vale para ilustrar la diferencia y demostrar que existe.
La gesticulación es, de por si
sola, una manera de comunicación y sumándolo al lenguaje oral, lo desplazan
allá en la lejanía en la diferencia del escribir con su manera; inmóvil, fija,
quieta y plasmada por signos.
Pero ¿cómo escribir entonces?,
¿cómo entender al que ahora lo hace?, ¿Cuánto os equivocáis?
Cómo construir y desarrollar
una idea para que sea entendida por el razonamiento propio del lector. Cómo
hacer que los caminos lo marquen las expresiones utilizadas, descriptivas u
otras a sabiendas de la imposibilidad a responder a sus dudas o de marcar
límites y relaciones directas con gestos que es el camino más utilizado y, por
tanto más fácil de comprender.
Es una temática y asunto
existente.
¿construyendo con metáforas?,
¿repeticiones?, ¿aforismo?
Cuando escribes pensamientos o
haces filosofías siempre tratas con
temas abstractos y que no puedes describir nunca de manera objetiva y directa.
Son dos acciones totalmente
distintas pero dentro de un saco.
El talante anímico del que escribe
o lee es diferente en la actividad propia de hablar.
Asumir la diferencia, contemplarla y tratarla.
Estoy de acuerdo. Cuando escribo, luego lo leo en voz alta para mi pero ver como suena,el ritmo, la expresividad,las estructuras gramaticales, etc.
ResponderEliminarHace una semana tuve que la oportunidad de leer uno de mis relatos en público, previo ensayo. Es cuando me di cuenta realmente de todo lo que comentas y de que hay que adquirir nuevos recursos complementarios para llegar, en este caso, al oyente.
Es para mi muy interesante, a pesar de haber publicado, acercar mi obra de esta manera y me siento enriquecido y con nuevas perspectivas. Me ha sido muy útil leer este post.