Ni quiero y dudo que se pueda hacer, analizar la corrección o falsedad de los contenidos que presentan a los diferentes partidos, pero y sin embargo, lo que sí que puedo hacer, será juzgar y opinar sobre el comportamiento y acciones propias de sus representantes, los políticos.
Uno. Tienen una dialéctica engañosa e interesada. En ningún momento lanzan ningún mensaje sin intencionalidad y maquiavelismo. No actúan nunca demostrando y enseñando la verdad, sino diciendo y haciendo sólo lo que en ese momento beneficie a su situación, aun siendo una contradicción con sus supuestos motivos primeros o simplemente, una mentira justificada en sus listones morales.
Dos. El único motivo de actuación será la obtención del poder, partiendo del principio de la verdad total en sus ideas. El aspecto del consenso, coaliciones, acuerdos, flotan en el olvido. Los axiomas formadores de sus discursos dan como hechos y conclusas sus posturas y no albergan una visión de modificación en su búsqueda de la mejoría.
Tres. El teatro escenificado. Todos y cada uno de los componentes saben exactamente todo aquello que deben de decir, qué parte y lugar y de qué contenido. La espontaneidad de la verdad nunca surge. Aparece lo creado e inventado, bajo una preparación y planificación debido a su inajustabilidad en los hechos.
Cuatro. La política es el reflejo y espejo de todos los malos componentes de la propia naturaleza humana. Egoísmo, ambición interesada, búsqueda de poder material, prepotencia y cleptomanía.
Cinco. El fin ultimo del político no es la búsqueda del bien del pueblo, sino ganarse el dinero, cuanto más mejor, para vivir con comodidad. Una postura aceptable, pero condenada a la imperfección del acto a nivel social.
Seguramente más que una crítica a los políticos, es a la sociedad en general donde todos, probablemente actuaríamos así en el caso de estar en aquellos lugares.
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