lunes, 21 de marzo de 2016

...de la necesidad de los problemas...



Y como los sufro, los teorizo, los contemplo y trato de subsanarlos en su comprensión.
Los estudio desde el momento de elegir una evolución cultural, en la evolución histórica, que así los trae.
Si problemas y ni accidentes no se avanza conscientemente en la existencia grupal.
Y voy a definirlo en negativo.
- tu positivismo casi me insulta – me dijo aquel amigo, a lo que yo le contesté
- Y ¿cómo pretendes apreciar lo que tienes?, ¿qué valor cualitativo tendrá? , ninguno, creerme.
Los errores, desventuras y demás, son el medio y los asuntos que configuran la vida de las personas, pues tenemos una conciencia que los contempla, y que los sufre.
La superación de las infortunos es la esencia de la dinámica funcional de nuestra existencia.
El modus operanti camino de la realización de los individuos, será y es, el camino entre la superación de las circunstancias.
Las personas sólo nos conoceremos y veremos nuestras dimensiones en situaciones extremas.
Jamás entraremos en ninguna fase de realización navegando en un mar tranquilo.
Las naves por el Mediterráneo, en un día de calma, no son la vida.
Éste es el asunto que configura y da motivo y explicación ante la existencia y razón de ser de estos problemas.
La evolución, superación y avance del ser humano será por el camino iniciado ante circunstancias negativas merecedoras de la superación.,
- ¡ahy!, y yo me los encuentro y me pregunto por qué
- Y yo te digo que desde la superación te llegará la realización.
- Sí, que fácil es la teoría fuera de ellos.
- Cierto.
Que la teoría sea difícil de aplicar y pierda gran parte, sino todo, su realidad total, para convertirse en unas palabras con sentido no más, cierto es.
Pero, ¿qué nos haría tener satisfacciones completas sino fuera los retos, ya sean vitales o banales?
Nada.
Cuando permanezco en la inmovilidad de la inacción por la supuesta incapacidad de la superación de algunos circunstancias o problemas, mi estado anímico se desmorona.
Sin la desgracia, no habría la felicidad, sin los problemas, nada tendría merito al conseguirlo.
Si la vida tuviera una meta y final, consiguiendo un motivo de acción independientemente del estado actual, los problemas apenas tendrían importancia.
Pero no, la vida es solo el camino hacia el final.
En este recorrido habrá que buscar una realización personal.
No hay nada más para la felicidad, nada.
Y esta realización personal, obliga necesariamente a la superación de unos retos problemáticos.
Sin ellos, la vida carecería de sentido, pues no vamos a ningún lugar.
La muerte nos espera sin juzgarnos.
El juez es la noche de aquel día.
- Sí, te entiendo, pero ¿cómo hacerlo?
- Sólo hay una manera y ésta será la capacidad de aceptar los problemas como elementos inherentes, formadores e indispensables para la vida.
-Sí, ¡fíjate lo que me pasó!
- ¡Dolor! Pero nada especial, eso es la vida.
Y me acuesto y me lo repito.
Los problemas no deben de suponer una alteración vital y existencial por son parte formadora de nuestra existencia.
La dinámica del esfuerzo en su superación es el sentido de ella.
El positivismo no es una postura, es la correcta realización de todos estos acontecimientos.
Los problemas me acucian, pero también me proporcionan, producto de ellos, unos momentos de reflexión y de búsqueda explicativa, tanto de su solución, como de su valor y razón de ser.

Sin problemas ni dificultades resueltas, nuestra inquietud, no sería mas amplia que la de un caracol.

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