Ya en la génesis - de aquello que se
comprende como Filosofía, aquí, en occidente – dada en la Grecia
clásica, era entendido como un disfrute, el amor, en la
contemplación y la explicación del asunto.
La corrección es belleza.
El desarrollo es arte.
El principio es genialidad.
El momento, el instante de la plena
comprensión produce un estado estético de satisfacción.
Casi toda Filosofía, en el mensaje
obtenido dentro de la libertad de la concepción abstracta de la
realidad, tiene la misma repercusión personal que algunos cuadros.
La misma realidad posible pero extraña,
que me atrae y atrapa en los elefantes de Dalí, la encuentro entre
los interrogantes que tanto utiliza Nietzsche para la comprensión de
nuestro error.
La Estética no sería la solución
práctica del mundo, como sistema de vinculación, no claro.
Pero si, y sólo quizás, la realidad
del mundo esté en la belleza del pensamiento.,
El orden, la asociación, la deducción
e intuición, el análisis, la síntesis, las generalizaciones y
otros movimientos, siendo acontecimientos llenos de belleza. Su forma
es pletórica y te prospectiva las cosas, tal cual Jesús visto, con
punto de fuga y desde arriba, de, otra vez, Dalí.
La Filosofía sí que tiene una
utilidad, sobre la correcta utilización de la razón o de la mente,
y que potencia cualquier hecho práctico y material.
Pero la única razón de su validez
integral dicha, proviene de la total y pletórica comprensión, es el
arte de pensar y la belleza, en la plenitud buscada, de sus
conclusiones.
Al lugar donde nos llevan algunos
autores, no lo conocía ni sabia que existiere, y que nos han
dibujado, con sutilidad y genialidad, nomás es la obra que han
construido.
- Aristóteles me abruma – le dije en la barra del bar.
- Pero, qué nos dijo o nos habló ¿de cuatro fuerzas que dirigen la física?, venga – insistió el contertulio con un caragillo y algunas cervezas – sabes, igual que yo, que es mentira.
- Pero ¿y como nos lo cuenta, lo deduce y lo describe?, ¡Arte, puro Arte!, ¡disfruta con su lectura, aun ha sabiendas de sus errores!
Y, como elemento formativo ¿qué mejor
manera de trasmitir la idea, que incluyan por necesidad la
comprensión propia y personal, que incluyendo a los movimientos
artísticos en las explicaciones que introduzcan a la mente en un
nivel sensitivo propicio para la comprensión de buscado elemento
explicativo?
Cuantos filósofos trasmiten sus
enseñanzas como diálogos teatrales, tal cual Platón, o algunos
relatos personificados, como, y solo digamos, Jean Paul Sartre.
Tengo un gran paralelismo entre el
pintor delante del lienzo, buscando su inspiración, su genialidad y
llegando a un estado de éxtasis estético con el del filosofo,
delante de sus hojas, en la soledad y la única compañía del lápiz,
extasiado, en la belleza de la realidad que cree haber relatado.
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