jueves, 22 de noviembre de 2018

Los políticos y el vicio del poder.




Los políticos y el vicio del poder


La connotación equivoca de los políticos viene por la mala concepción que tienen, de a quien sirven y para quien trabajan.
Los políticos no se han dado cuenta que no son mas que los últimos en el sistema y su única obligación es hacernos más felices a los que les pagamos.
No trabajan sobre nada suyo.
Las cuentas son mías y no tuyas, político.
La empresa publica es de los vecinos de mi finca y no tuya.
El síntoma de la propiedad del lugar de trabajo les invade y parecese olvidan, para quien y donde trabajan-.
El fantasma de la propiedad les enferma y comienzan a actuar como si fuese su empresa, intereses y dineros. No pueden mantener,por epidemia propia de la enfermedad de la política, el sentido del material publico, aséptico a actividad personal y propia.
Da igual, se suben al ambón, al atril y lo que era un bien publico, bajo la opinión y decisibilidad, en cuanto acción y comprensión, compartida, se convierte en un “esto es mio, y lo que nunca se os olvide, yo soy el mejor”
No se si mi ataque más que continuo, sino traumático, maniático y repetitivo a los políticos, viene condicionado por la única, irrepetible sin igual formación social-política que henos y tenemos, montada.
Decidme que me equivoco y gritarme que los políticos son iguales cuando suben y llegan al poder que en el camino hacia éste.
Se produce la metamorfosis aceptada, vivida y vista con normalidad de las personas cuando se politizan.
La precisión y puntualización se pierden.
La practicidadd se pierde en el olvido de los populismos.
En la actualidad, la seriedad es un síntoma de un mal político no adaptado a la sociedad de la imagen, las formas y no el contenido.

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