Es un sinónimo equívoco, el aplicar
la técnica a la mejora de la calidad de vida.
Es una imposición absoluta de la
actualidad como el bien y la situación mas óptima.
Es un juicio preestablecido.
El conseguir, digamos, un mínimo
esfuerzo físico en la realización de ciertas actividades no es, ni
debe de ser una mejora en la calidad de vida como así se acepta.
Éste, es un detalle, quizás más fácil de apreciar.
Pero hay otros menos evidentes, pero
también que pueden ser (no afirmo el contenido, sólo opino) tal y
como la velocidad de la comunicación.
¿Ustedes creen que realmente mejora
las condiciones de crecimiento y desarrollo de las personas el asunto
de estar fácilmente localizables las 24horas del día?
¿Piensan que es beneficioso el saber
que se puede dar noticias constantes de los detalles y que esto
obligue a la realización de ellos, por entrar en la normalidad?
En ocasiones la lentitud del viaje da
tranquilidad del espíritu y las prisas del trayecto produce
nerviosismo y tremulaciones.
¿Y si desaceláramos el mundo en
general?
¿Y si tratásemos de realizar las
mismas acciones pero bajando la velocidad conjunta de todo,
respetando por tanto las resultados bajo la misma ratio operacional?
El avance técnico es un arma
peligrosísima en la deformación de nuestra esencia como seres
humanos y nuestras disposiciones naturales.
Nuestra asimilación de la información
está sin duda limitada y se puede realizar una sobrecarga.
La contaminación producto de la
técnica es inmensa. Pero no hablo de los humos, hablo de la
contaminación acústica, publicitaria, subliminal y otras formas y
maneras de que no somos conscientes pero que existen y se dan.
Retroceder en el tiempo no es la
solución.
La solución estriba en no ponerse en
manos de la técnica, sino la técnica en las nuestras.
Les voy a poner un ejemplo
ilustrativo. Imaginasen que limitásemos la velocidad y
características de los coches de carreras. El modelo y características las mismas, y lo
que marcara las diferencias fuese sólo el piloto. El avance técnico
de refleja siempre la mejoría del objeto nomás.
Sumergidos en la velocidad perdemos la
noción de nuestras posibilidades y fundamentos.
La cantidad de lo que fuese sustituye
a la calidad de lo que fuere.
La técnica es un hecho complicado.
Optima en muchas ocasiones pero deformadora en otras.
Bien es sabido el mal producido en los
niños el uso y abuso de los productores de información digital,
vídeos, juegos y otros.
Esto es quizás ampliable a la
totalidad. Me encuentro mas a mi mismo y pienso que es mejor si
bajásemos la velocidad, volumen y magnitud de los elementos que nos
rodean. Esto es precisamente lo que la técnica intenta.
No creo que el pasado fuera mejor,
pero esto tampoco implica que el futuro ha de serlo.
El estudio propio de la naturaleza
humana debería de ser la parte de esta reflexión.
El calcular nuestro propiedades,
límites y fundamentos nos darían salida a la resolución de estas
discusiones.
El calibrar hasta que punto es
conveniente el distanciamiento de los principios ambientales en los
que nuestra familia, especie y orden llegaron a ser, es bueno o
llevadero.
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