jueves, 2 de abril de 2015

LA IMPOSIBILIDAD Y LOS VISITANTES






Si vinieran seres de vida finita, inteligente, con principios y fundamentos materiales, como los seres humanos, y nos describieran, probablemente no nos reconociéramos, ni nuestros movimientos, razones y motivos.
Actuar de espectador, se me torna imposible ante el necesario vicio que se encuentra en la conclusión.
No se puede ser juez y reo en el mismo juicio.
Aplicamos la falacia naturalista a los juicios que hacemos, pues lo que entendemos como normalidad y realidad es siempre bajo nuestros principios formadores y visión estructurada respecto a estos.
Principios de unión, maneras de resolución de los problemas sociales, relaciones personales, fines, razones que vemos los humanos en cualquier lugar del mundo como elementos formadores de éste, pueden no ser más que modos, maneras y costumbres, de acción y comprensión válidos para la estancia puntual y la funcionalidad en este punto y momento, lo cual no implica que este haya de ser así.
La construcción que la raza humana la da al mundo, tanto físico como social, aun siendo una constitución racional, no nos lleva a la necesidad de que así sea.
Si no tuviéramo altura, solo nos moviéramos en lo ancho y largo, desde nuestras dos dimensiones, no comprenderíamos el volumen conformante de la realidad.
Este visitante espacial, nos podría hacer ver y entender de manera diferente la realidad con la misma validez que la nuestra.
Esto nos llevaría, sin duda, a una mayor objetividad y capacidad de conocimiento propio.
Si no tenemos, como nos pasa, una visión total y global del asunto, no se puede entender éste.
Nuestra visión es interesada hacia nuestra persona y subyugada a nuestros límites comprensivos.
Nuestro egoísmo la condiciona.
Nuestros principios de movimiento, acción y juicio, la malforman.
Si vinieran del espacio exterior unos seres inteligente finitos y materiales, probablemente no entenderíamos la descripción que dieran de nosotros y los motivos, circunstancias que tenemos cuando actuamos.

Salir del solipsismo propio y formador es imposible, lo que queda por estudiar sería la validez que éste tiene, en función de la importancia o necesidad de describir la realidad en su originalidad o describirla como la construcción de aquello que podemos comprender.

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