miércoles, 2 de septiembre de 2015

... Del dualismo explicativo y sus consecuencias.



En la teoría lo veo y en mi propia práctica lo siento,  el cambio cualitativo y cuantitativo que tienen las conclusiones,  temáticas,  formas y maneras del desarrollo de cualquier aspecto conceptual,  en función del estado anímico en el cual se encuentre el pensador.
Esto que parece algo obvio sin consecuencias,  es algo más.
Parece algo normal,  sólo porque se encuentra como repetitivo y  por eso,  no se entienda correctamente. El pensamiento coge,  toma,  se desplaza,  en ocasiones, a otra dimensión operativa que condiciona totalmente el resultado.
Pensamos,  deducimos y concluimos con corrección,  pero! Cuanta diferencia encontramos según sea hoy o  mañana¡ Los grandes pensadores han venido desarrollando sus pensamientos en diferentes ámbitos y maneras personales que los distinguen cuantitativamente  en el proceso de desarrollo propio de la Filosofía.  Pero hay otros componentes de este asunto para ver este hecho.  Autores conocidos por sus actos y carácter extrambóticos que dieron como fruto una Filosofía absolutamente diferente, y  autores tranquilos,  sosegados que marcan el orden en sus pensamientos y lo desarrollan estructural y claramente.
El carácter y el estado anímico puntual en aquel momento en el que escribiste aquella reflexión,  los entiendo cruciales,  cuando tratamos de escritos de naturaleza reflexiva,  abstracta,  vital,  existencial,  psicológica y otras, el estado propio marca e influye en sus resultados.
No hubo éste, que la vida la concluya como mejor o peor, o con más o mejor corrección,  en estas reflexiones.  Hablo del asunto o la característica del momento que trabaje.  Desde la finitud y sus consecuencias ontológica  constructivas o desde el individualismo y soledad del sujeto.
Estos dos ejemplos,  dan como resultado un tono,  fin y características del texto muy diferentes y su elección,  o el uno o e otro,  dependerán de un encuentro o información casual y puntual.
La ciencia,  objetividad,  estructura,  continuidad lógica y correcta,  deben de andar acompañados siempre de una estabilidad y lucidez mental,  y aquellos escritos en los cuales el autor,  el o ella,  expresen sus expresiones y característica del sujeto perdido entre la muchedumbre,  vienen determinados de un actitud vital anterior.
Pienso,  creo y opino,  que ninguno de los dos caminos,  es más resolutivo y verdadero que el otro,  por la simple razón que los estados diferentes,  son constitutivos de nuestra esencia y consecuentemente cualquier verdad producida por ellos,  es verdadera,  a la donde corresponda.
En ocasiones,  escribo y ordenó mis pensamientos con claridad a sabiendo del asunto que fluye en facilidad de mis pensamientos.  La temática  la tengo servida y los medios para desarrollarla,  preparados,  pero otros !Ahy!, !que necesito escribir esto que me inquieta,  que sé que está pero no sé donde,  que sé que es mi corazón quien escribe y hará difícil su  comprensión total por otros!
Si,  así entiendo la integración y relación entre el estado anímico y las verdades que encuentres en tu pensamiento.
Repito,  no es la evidencia supuesta y conocida, sino es la reflexión respecto a las dimensiones diferentes e iguales de vidas, varias ambas,  que podemos encontrar y justificar,  concepto contra toda certeza,  de una clase u otra,  según tengamos a relación puntual contra ella,  entonces y allí.
Cuando se donde estará,  entonces,  la verdad.¿En aquel momento en el que pensé y razone, desde la inquietud, su inutilidad o en aquel otro en el que haciendo lógica puntualizó y concluí en la necesaria visión positiva formadora y reinante en el estudio vital?
Y además,  y como culmen,  tu naturalez se impone y te hace actuar en el acto reflexivo y nos encontramos,  donde está la vinculación y una posible también variación en el pensamiento y deducción vital sobre la vida cuando es inherente en la persona.
No es la cansina, ya para mi, reflexión,  aludiendo al relativismo y la insustancialbilidad y contingencia del momento.  No, hago un estudio objetivo y real,  en el cual disponemos de unas condiciones propias y tangibles que van a dibujar una consecuencias necesarias y objetivas dependientes de esos principios anímicos. No hay una relatividad en la imposibilidad de una forma final necesaria y concreta del asunto.
Hoy estoy sereno y no tengo ganas de reflexionar sobre la sensacion que tengo en aquellos momentos en los cuales mi razón se pierde entre las suaves manos del los sentimientos.
Es un dualismo  antropológico no está,  en contra de unas consecuencias resolutivas cosmológicas.

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