La sensacion,
concepto y ansiedad de eternidad actua de una manera pesada y
pasional sobre nuestras personas.
A nuestra especie,
con conciencia de si mismo, vivimos en el camino del miedo a la
muesrte ansiando una continuidaad eterna. Tomamos totalmente la
concepcion finitud de nuestra vida terrenal y tratamos de huir de
ella.
Todos los
pensamientos misticos y religiosos, proponen de una forma u otra, la
continuidad a nuestra existencia como personas.
La historia de los
seres humanos, puede ser construida entorno a la busqueda, de
diferentes maneras e intensidad, de la vida trasmundana.
El aceptar la
finitud de la vida es, a los hechos me remito, una situación poco,
muy poco normal.
No he conocido
ningún Ateo y materialista total, es decir, que no tenga nunca
algún pensamiento sobre la posibilidad y deseo de alguna vida
trasmundana.
La conclusión, una
vez planteado la existencia del sentimiento, es reflejar las
dificultades que debe de traer consecuentemente.
El disfrutar de
cualquier momento puntual como irrepetible, finito y agotable no se
da, mientras se sueñe con la continuidad.
La concepcion de la
vida como una finitud en la cual el tiempo total desaparece y en el
que cada instante cobra máxima actualidad, lucha con la necesidad de
buscar la utilidad para el futuro de las acciones pensando siempre en
la continuidad del tiempo.
No, el tiempo como
camino al futuro, desaparece cuando por su propia finitud se hace
presente y se actualiza.
La accion correcta,
ante la verdad, si lo es, de estos planteamientos y principios,
sería tener un carpe diem, un disfrute del momento claro y total.
Más vale esperar el
final disfrutando inconscientemente, que malvivir pensando en él.
Es una posición
complicada.
Por la carga
cultural, es difícil perder unos principios primeros en los que
has sido educado, con el ejemplo y los comentarios.
Mentirán los dos,
si el que cree en Dios y en la eternidad, con Él, nunca haya dudado
seriamente y también éste que decía que no cree en nada, cuanto ha
buscado en ocasiones un significado místico o religioso a todo el
montantante.
Mi razón me lleva a
la necesidad, por definición y funcionamiento al ámbito terrenal y a la búsqueda de su máxima optimizado en el momento como único elemento real y temporal que tenemos, pero a mi alma y espíritu y a vuestra alma y espíritu la búsqueda del más allá, siempre aparece.
Esto respecto a como actuar ante los hechos de la eternidad, pero, y otro asunto, ya será como tratamos con un concepto existente nunca visto ni vivido.
Esto respecto a como actuar ante los hechos de la eternidad, pero, y otro asunto, ya será como tratamos con un concepto existente nunca visto ni vivido.
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