viernes, 5 de mayo de 2017

El Café, las paranoias y la mentira.




  • Quiero y prefiero pensar, como dijo Pedro, antes de irse, que lo mio en este asunto es un hecho paranoico y no científico y real.

Marta sonrió. Sabia de la mentira, siguiendo el “rollo” o dinámica que criticaba, tan grande que acababa de decirle su amigo. Éste pensaba, de una manera científica, empírico-resolutiva, en los hechos hipócritas, cínicos y falsos, en la que se mueve la sociedad.

  • Veo, y entiendo que desde esta posición enfermiza, ,la mentira o mejor la falsedad impera en nuestra sociedad. ¿Sabes que la publicidad bombardee sin piedad tu subconsciente y el mio, tratando de dominarlo para llevarte allá donde quieran?, ¿sabes que al papel de los cigarrillos de “meten” fósforo para su consumo más rápido y el cigarrillo para que a los que fumen les dure menos éste y consecuentemente el paquete?. El fósforo oxigena e incremente la combustión. Más fuego, menos tiempo. ¿Esto que es?, un acto maquiavélico que concreta una falsedad e hipocresía. Así va todo, Amor. Cuando la llamaba amor, ambos dos sabían que era un artilugio puramente conversacional. Nunca podrían ocupar la misma cama, pues eran conscientes que la magia, saldría despedida en pedazos.
  • Bueno – Andrés- te explico, por si no te has dado cuenta, que tu partes de unos principios morales, que no tienen porque ser compartidos por los demás. Sí, Maquiavelo, El Príncipe, el fin justifica los medios ¿cual?, vender, ganar dinero ¿por qué no?, ¿acaso no harías tú también lo mismo?, !no, no, no lo haría¡ -le dirías, hasta que el otro te contestara que le vida es corta y que a los dos nos enterarán, hagamos lo que hagamos, en dos nichos contiguos. Tu moral, no vale ni para merendar.

Marta era consciente de su propia disconformidad con su palabras, pero ello no quitaba su validez y razón de ser. Ella también es buena y piadosa en el alma, pero está mucho más vacunada contra los males que les rodean.

  • Marta, I love the Undergroun. Con Nietzsche me iré a tocar el violín para no tener que escuchar razonamientos como el que me has hecho, que no son tuyos, lo sé – los ojos le brillaron -pero también sé que existen y además, de manera, bastante extendida y permitida. La moral, no debe ni tiene por qué ser un acto de retroceso. No son mordeduras ni esposas los acontecimientos morales, como tendemos a pensar, pueden ser un hecho de libertad y de imposición ante la mecánica deshumanizada, por el autocontrol que ha tomado, del mercado. Nevermind, querida, tengo que continuar, yo y mis paranoias.
  • ¿Utero?, ¿Come as you are?, ¿In Bloom? - le dijjo sonriendo Marta, pues ya te digo, que de paranoias, nada.
  • No amiga, sólo les pido que no me engañen y mientan – le dijo mientras hacia los gestos de tocar la guitarra.

Pedro volvió, la corta visita al encargado venido de la central habíase acabado, momentaneamente. Escucho algún minuto la conversación mientras se acababa el café. Había podido escaparse, mientras el encargado era requerido por el jefe de la editorial, aquí en Valencia. El parquet sudaba, como el cuello de la camisa de Pedro, cansado de la conversación de monos que no sabían de nada más que hacer las tonterías que, al parecer, hacen funcionar el pastel.

  • ¿Qué tú estas harto, amigo?, - le dijo pedro a Andrés - , pues déjame que te diga que tu filosofas sobre ellas, pero yo trabajo y vivo envuelto en unas supuestas formalidades, que no son más que mentiras envueltas con papel rosa de regalo. Normalmente les quito importancia ya me conoces, pero hoy me han matado.


Hubo una parte de la conversación que no comprendió, ni le interesaba. Jamás entro en la protesta y desprecio hacia lo que había, dada en el Grunge.

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