sábado, 4 de mayo de 2013

ARTE, FILOSOFÍA Y EL CAMINO





Estaba Sufriendo aquella mañana entre los apretones y empujones de la vida, cuando la inspiración llegó.
Cual soplo de viento, el pensamiento aquel, liberó mis espaldas de la pesadez de la incomprensión y la negativa a aceptar.
Dejé de llorar en la soledad por el lastre de lo irresoluble y liberé a mi espíritu cuando acepté mis creencias del debe,  a sabiendo que no eran más que el sueño de lo que no es.
Inundado en las aguas del hastío, mi barco de la imaginación encalló en la jornada laboral de ese día.
Leí, cuando llegué, a los pensadores, pero ninguno me dio el motivo de satisfacción.
Ante esto, acepté la irresolubilidad en un sentido pleno que no existía ayer.
La filosofía seguís siendo aquello que oxigenaba y cuidaba mi cerebro, pero nada más, ya fuera como nadar para mantener tu salud.
Cada día, me desplazaba más hacia el arte y la belleza como elementos de calma y asunto y motivo de mi realización.
Si no puedo dar con la explicación, será porqué es demasiado grande o porque no la  ves dentro de su obviedad.
Ego solución y la filosofía y arte, como trampolín existencial que te acompañe en el camino.

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