La obsesión por hacer
alguna actividad que implique movimiento o construcción física para encontrar
nuestra satisfacción, es máxima.
Pero,
vamos a ver y analicemos nuestra esencia constitutiva y tras esto y como
consecuencia ver cuál será y debe ser nuestra aptitud y actividad.
Somos
unos animales más, entendemos, especie, género y familia. Somos, en este aspecto,
como todos los demás.
Algo,
como es claro y evidente, nos diferencia. Esto pienso y creo que es firmemente,
nuestra conciencia de nosotros mismos y entonces del mundo que nos rodea y no
somos.
Es decir,
la actividad de pensar, de reflexionar sobre nosotros mismo y el mundo, es un
acto humano y de realización como tales.
Por
nuestra parte biológica y física, tenemos una serie de actividades motoras y
motrices que hemos de realizar.
Pero,
y mucho ojo, que no se nos olvide nunca lo que somos.
Hoy
tenía un tiempo muerto, entre el fin del trabajo y el momento de salida; no
había nadie, así que, muy ramplón de mi, subí
mis zapatos en la mesa tras el mostrador y comencé a pensar sobre, con
curiosidad y poético que estaba reflexionando y analizando.
Oh,no,no,
– al principio.
Oh,sí,
sí, - al final.
Me
dije, que sólo y únicamente pensando sin realizar ninguna otra actividad, estoy
actuando en esencia tal y como somos.
Esto,
que parece ridículo, no lo es, y lo desolador es que es visto como tal por
algunos y muchas personas.
La
gente se olvida de lo que somos y que estamos preparados y obligados a nuestra
realización, a reflexionar sobre nosotros mismo. Agarrarnos a nuestra autoconciencia y ponerla en práctica allá
donde nos encontremos.
Lo
que nos diferencia, nos realiza y nos constituye es esta autoconciencia. Nos
vemos, nos sentimos, somos testigos de nuestros actos y pensamientos y es una
realización esencial poner en práctica este movimiento interior.
Cuando
jugamos con ello, nos estamos realizando. Aquel que no lo haga, vivirá, pero no
como un ser humano sino como un animal más.
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