martes, 6 de agosto de 2013

EL SISTEMITA



Esfuerzos enormes y gigantescos he de hacer para no manifestaros directamente mi parecer por situaciones y personajes actuales, reales y vigentes. ¿Por qué?, porqué las conclusiones que trate de cristalizar serán siempre leídas desde unas gafas ya graduadas.
Me será totalmente imposible escribir sobre, digamos y sólo digamos, el presidente de mi país, fuera el que fuese, tanto el país como el presidente sin emitir algún juicio de valor escondido y disfrazado en mi persona que yo mismo desconozco y sin ser recogido por un posible lector, el cual sea muy consciente de sus pensamientos de esas buenas personas convertidas en  mono o  mona, con todo mis respetos a esos primates, al dirigir su, mi país.
Quizás sólo pueda ser objetivo, si hablo sui generis y esbozo mis pensamientos sobre esta mal llamada democracia que sufrimos, y déjense ya de apelarla como mal menor.
Siquiera diré cuál sería la forma de convivencia social que yo escogería, pero si os diré un par de cuestiones.
Primero, su necesidad. Es evidente, claro y distinto que estos montantes sociales que tenemos funcionando bajo el nombre de democracias producen unas disfunciones que exigen un cambio. Las hay peor, si claro, pero ello no justifica nada, absolutamente nada.
Segundo. Es un hecho claro que aquellos que detentan el poder y disfrute de la situación, jamás, nunca jamás promoverán ni empezaran cualquier mejora en el funcionamiento del sistema que provoque un cambio en su gran estatus social. Esto hasta los más tontos deben de entenderlo.
Tercero. La imposición del cambio, en ningún momento, nunca en ningún momento debe ser impuesta de un modo violento pues estos caminos no producen sino más que la negación per se del resultado.
Cuarto, desconozco de momento y sólo de momento, como articular y como hacerlas públicas y extensivas, la solucion que tuve “la otra noche en un sueño”, como hacía referencia aquél (Discurso del Método. Rène Descartes)
Y quinto, aquel que pueda que lo haga. El poder es querer y no veo ninguna dificultad metódica para que lleguemos a algo mejor.

(Y esto me suscita la cuestión si el funcionamiento de la relación existente entre las personas ya impuesta, autoconsciente, que funciona por sí sola y que  es independiente de la voluntad de los propios individuos formadores podrá cambiarse y dejara de dominarnos y nos dejara elegir. No soy un demagogo, estoy haciendo ciencia.)

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