En
ocasiones la filosofía me lleva a la poesía.
Aturdido
de estudiar, enseñar, escribir y leer filosofía me encuentro haciendo poesía
sin saberlo.
La
filosofía, la ciencia crítica que criba la realidad me lleva, en su metafísica hacia los sentimientos abstractos e incorpóreos de la poesía.
En ocasiones, me pierdo entre las ideas ordenadas de la pura filosofía hacia las desordenadas
pero con el mismo grado de resolutividad y validez explicativa de la tierna
poesía.
Entre
explicaciones lógicas y sistemáticas de las personas en los diferentes sistemas
propuestos, me asomo al corazón con
ellos y encuentro también asideros resolutivos propias de unos versos
¿Qué
prefieres? – me pregunto aquel, la filosofía – le contesté, pues no sé hacer
poesía y toda no me gusta, es mas –añadi, siquiera sé definirte donde empieza
y donde acaba.
En lo
sutil del pensamiento me tropiezo con frecuencia con definiciones de algún gran
autor que podrían caber con facilidad en aquella triste poesía de aquella
persona perdida entre sus dudas.
El
corazón o la razón como medio aclarativo.
La
lógica en el desarrollo o la espontaneidad del texto.
La
mente o el corazón.
Amo y
quiero a la Filosofía, pero no lo neguemos y entendamos que algún verso nos
puede dar una contestación igual de valida a los misterios que el arte del
pensamiento trata de trasmitirnos.
No me
engaño y no me olvido lo que soy.
El
raciovitalismo me invade y me lleva a pensar en el orden de los sentimientos,
pero no me olvido que ellos son lo que soy.
La
filosofía griega me acerca a los
pensadores paseando por las colinas con sus alumnos recitando poemas
envolvientes del alma de sus discípulos.
La
mirada nostalgica de Kant, buscando esa forma de acercarse a la realidad me
suscita los sueños de un poeta sumergido en el amor hacia su mundo.
El
existencialismo me empuja hacia la poesía de la persona evocando sus grandes
sentimientos.
Aquí,
tratando de ordenar mis ideas me transporto a un poeta que trata con su alma de
decirle a todos lo difícil de expresarse.
Sin
filosofía no tenemos educación ni porvenir como personas pero sin duda la
poesía refleja lo que somos como tales.
Tratos
de hacer oraciones subordinadas hacia la belleza del texto y me encuentro con
puntos y aparte producto de mis estudios y dedicación.
¿Poetas
dirigiendo al mundo?
No,
Hume, práctico, comamos todos y después pensemos y disfrutemos escuchando
poesía.
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