jueves, 15 de agosto de 2013

LA REALIDAD Y LOS SUEÑOS


¿La realidad?, ¿de qué realidad me habla? y ¿soñar?, ¿qué es soñar?
            ¿De qué está compuesta esta realidad, qué  forma tiene, donde está?
            ¿Cuándo se sueña, qué hacemos al soñar?
            No son dos hechos tangibles sino dos entidades abstractas.
            En la respuesta a estas preguntas tenemos la primera producto de la mundanalidad, es decir, por realidad entender la materia física que nos rodea y las interrelaciones entre sus componentes y soñar visto como los sueños inconscientes, entendidos como no premeditamos que podemos tener en los momentos en  los que dormimos.
            Pues estos dos pensamientos pueden ser volcados y entendidos mucho más cercanos a nuestra esencia.
            Primero, la realidad es un elemento totalmente subjetivo y sujeto a la propia individualidad que la ve.
            Dos, soñar es una manera y perspectivas  de vivir totalmente correcta.
            Y tres, la realidad es una interpretación y el soñar es un reflejo de nuestra persona.
            La realidad unánime no es ni existe. Trabajamos con una suma de individualidades que forman una unión. Tenemos que aceptar que no hay un elemento estático sobre el cual actuar, sino una existencia en la cual lo único que podemos compartir es la manera de acercarnos a ella y experimentarla. Mecanismos de actuación. Las totalidades que nos hablan de una realidad estática, acabado y definida, son equívocas. Debemos de aceptar los movimientos propios de allí donde nos momentos y es lo único estático que podemos aplicar a la realidad.
            El soñar. Es un elemento definitivo y definidor de la esencia humana. Por un lado no es sino el reflejo de nuestras ansias y por el otro entendámoslo y no lo veamos como unas vías de salida de la supuesta realidad, sino como un elemento de empuje hacia la mejora de nuestra vida.
            Tenemos que  aceptar que la realidad está en ti y que los sueños no son elementos irrealizables de huida sino motores de actuación y análisis.
            No aceptar la realidad de manera inmovible y entender los sueños como una forma de vivir es, pienso, creo y deseo la manera correcta de actuar.
            Quizás somos bastante más humanos proporcionalmente a lo que soñemos.
            ¿Esto lo escribo desde la gran montaña verde con el sol cayendo por el horizonte?
            No, desde el desvelo propio de la existencia consciente.
            No lo sueño entre las sabanas de mi cama o las caricias de mis anhelos, lo pienso y especulo desde el teclado del ordenador.

            

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