Pese a mi interrogativa, la selección natural se acaba en cuanto entramos a formar parte de una sociedad en la cual no hay ninguna característica física que favorezca la reproducción de unos o de otros, más.
La evolución es producto, nomás, de la capacidad para enfrentarte mejor a las circunstancias que nos rodean.
Fuimos formateados y acabados hace miles de años, cuando la capacidad y el entorno natural sí que actuaba. Es un estereotipo fijo. No somos en rasgos genéricos, en capacidades compartidas, en aspectos fundamentales diferentes allá donde señales en el mundo.
Y la incógnita viene ahora en la forma que nos dice que sí hay unas características que mejoran o entorpecen la adaptabilidad a nuestro entorno. Éstas supuestas características que si que actuaron en un principio, son tales como la capacidad auditiva, la visual, la sensibilidad, los reflejos y otras que por tanto tiempo han funcionado..
Pero el problema no va más que tomando forma.
La capacidad auditiva grande, actualmente, es un hecho peyorativo cuando se vive en unos lugares donde la contaminación acústica es grande y entonces produce molestias de un tipo u otro, la visual, tres cuartos de lo mismo al estar rodeados de elementos visuales como ordenadores, televisiones y etc que ante una gran capacidad y recepción de estímulos visuales produzcan también molestias, la sensibilidad, lo mismo y otras, pero no todas estas características que en principio mejoran el Homo sapiens sapiens son negativas. Algunas no varían su beneficio como los reflejos pues siempre son buenos pues conducimos o se nos cae el bolígrafo.
Bueno, pues estas capacidades buenas o malas que en toda la historia natural de este planeta han permanecido o desaparecido en función del mejor funcionamiento de ser que las albergara, en la actualidad sean, repito, buenas o malas, ya nunca desaparecerán y el ser humano puede permanecer eternamente desplazado en su propio entorno, en las construcciones por el diseñadas, su propio ser.
La naturaleza nos construyó para otras lindes.
Si aquellos que tuviesen una capacidad auditiva baja que les permitiesen vivir con facilidad sin estar sometidos a la presión auditiva tuvieran mas posibilidades de reproducción, acabaríamos todos un tanto sordos pero mas cómodos allá en la ciudad donde estuviésemos. Pero no, ya estés sordo como beethoven o con una capacidad auditiva del lince, tus posibilidades de reproducción, aquí y ahora son las misma.
Jamás estaremos habituados a todo aquello que inventemos o construyamos. Aún sean siempre y nunca jamás molestos o negativos, alguna otra explicación y solución le encontraremos. Es actuar contranatura.
Nuestra evolución ya se acabo, desde que llegó la justicia social necesaria y afortunada, todos tenemos los mismos derechos a procrear.
La naturaleza dejó de actuar sobre nosotros cuando nos unimos en masa y gritamos por la igualdad, que incluía el numero de hijos de todas clases sociales, razas o países. Son derechos irrenunciable y que no pongo ni un segundo en duda, sino que los apoyo con todas mis fuerzas.
Pero esto, en la actualidad y donde estamos, es una trampa. Es una trampa como el dinero, igual.
Los genes que aumenten o disminuyan tu capacidad de interacción con el medio que nos rodea, aquellos que sean negativos para esto, seguirán. Esto es bueno, pero hay que actuar en sus consecuencias.
Los que tenemos imposibilidades para tener una adaptación total en la sociedad, sobre todo personales, nadie nos quitara el derecho a tener hijos, los cuales, si no los genes si la educación allí, producirá mas elementos, mis hijos en mi ya caso, con probabilidades en las dificultades de adaptación máxima a lo que hay. Conozco gente que tienen una infinita mayor capacidad que el que os escribe, para funcionar, con grandes éxitos aquí donde vivo. No creo que sea mejor él que otros, pero aquellos que sus genes no le produzcan estas características, nunca jamás las tendrán por que siempre estarán y serán con su biología propia. La variabilidad de los genes mas adaptados y los menos adaptados, siempre será máxima.
Pienso en la solución.
Y ésta es hacer el camino al revés.
Estudiemos nuestra naturaleza, sus características, sus inclinaciones, su desarrollo optimo y construyamos la sociedad en función de ella.
Me explayo, la velocidad buscada en todos los campos, no creo que sea un hecho que se adapta a la naturaleza que nos formo. Hijos de la tranquilidad, la espera, la paciencia, el silencio producto de nuestros principio como cazadores somos atacados directamente por el ruido y la rapidez.
La comodidad, el sedentarismo, el inmovilismo y similares van absolutamente en contra de una naturaleza formada para andar muchos kilómetros diarios y perseguir o huir a muchas distancias.
Estamos inadaptados al ser que creemos que somos.
Nos construimos un mundo que nos rodea que no es para nosotros.
Somos peces que nos hemos metido en peceras con agua llena de cloro.
Es una trampa pues no vemos que aquello que creemos como bueno no hace mas que talar nuestra naturaleza.
Nuestra ambición por la vida rodeada de tecnología sepulta en metros de tierra una naturaleza y constitución física que tanto costó de conseguir.
La solución será complicada, pero como todas las buenas, no será sino la suma de pequeños actos y estructuras que nos devuelvan nuestra capacidad de ser como somos.
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