domingo, 18 de mayo de 2014

INCOMUNICADOS. MARX Y PLATÓN




Iban, al menos, paseando a dos metros de distancia.
Al mismo ritmo de zancada, pero con una figura de andar muy diferente.
En aquel momento Platón se volvió a girar
- Pero, Marx, ¿cómo pretendes conseguir sin un punto fijo hacia el que avanzar?, si quieres construir alguna entidad, deberás tener un modelo hacia el que quieras ir ¿Donde tienes la justicia?, ¿cual es su idea y forma?
Las palabras de Platón sonaban a desidia de aquel que trata de convencer, que no avanza nada y además nota la apatía en la compresión del contertulio.
- Ya te he dicho, - le dijo Marx a Platón, que sí que tenemos puntos de referencia, pero que no son fijos y que han tomado forma a través de los tiempos. Según se daban o hacían las circunstancias, Hemos dibujado como hemos llegado, hacia donde vamos y como, y consecuentemente, hacia donde hemos de ir y cómo. La historia marca la esencia de la realidad.
- Es decir ¿en una evolución material fijas los fines hacia los que vamos?
- Sí.
- Y, ¿qué forma tiene el Bien, en esa sociedad que pretendes construir?, ¿cual será la justicia?, ¿quienes estarán destinados a las labores propias?. Marx, debes de saber y asumir, que no todas las personas somos iguales, tenemos una serie de elementos formadores esenciales que nos dan unas características para una correcta preparación en el determinado campo que así busquemos. El raciocinio, la gran alma racional de algunos, les da unas capacidades para gobernar, que no las tienen otras personas.
- Tú elitismo es el mal de la humanidad y ha sido el motor de ella, entre la lucha de estos supuestos seres más preparados para decidir y estos desplazados a trabajar o a servir. Platón, será la lucha de clases entre los que creían que sí y los que sabían que no, lo que pondrá en marcha la definición y estructuras particulares que alcanzarán las sociedades.
Se seguiéron mirando con cara de incomprensión y algo de indiferencia. Ambos dos sabían de la enorme diferencia de sus pensamientos y lo poco fértil que sería su conversación.
- Platón, la supuesta esencia de la humanidad no existe, nos hemos ido construyendo con los errrores propios de los sistemas.
- Marx, si no tuviéramos unas pautas y modelos esenciales de comportamiento y hacia los cuales evolucionar, andaríamos perdidos sin ninguna identidad.
Iba con ellos, un tercer acompañante.
Era el primo del hermano de la amante de Platón, al que apenas conocía. Es más, la persona a la había oído nombrar en algún circula habíase sido a Marx, por sus consecuencias revolucionarias de sus escritos ya muy pasados en el tiempo.
Éste llevaba todo el camino escuchando atentamente hasta que se atrevió a hablar
- Señores, ¿por que excluyen el uno al otro?, ¿por qué la formación esencial, que sí la tiene, no viene definida por el susodicha lucha de clases?, ¿hemos nacido para solucionar elementos básicos vitales a través de un recorrido material y práctico?
Vitales, material, esencial, práctico, eran demasiados sustantivos como identidad o adjetivos aplicados para los dos sabios. Tenían que digerirlos despacio.
- Andrés García, debía Usted saber que la pureza ontológica de lo que debemos descubrir, no puede tener una forma material pues ahí estriba la imperfección del producto ¿en este mundo que le rodea encuentra algún motivo de perfección?, ¿no es ella la que hay que buscar?, la perfección existe,la definimos, pero no esta ni tiene forma material ni en la tierra.
- Andrés ¡tápate los oídos! - los nervios iban subiendo, es la escusa par huir de la realidad. Imagínate, que te educan afirmando una serie de estructura abstractas, como propone Platón, solo narradas y deducidas por aquellos a los que les hes beneficiosa, ¿qué forma van a tener?, la que les sean satisfactorias y no rompa sus estructuras y formas vitales.
Andrés estaba impresionado y perdido.
Los dos pensadores eran las dos caras de una moneda y él, no sabía cual era la linda de las dos.
Se sentía convencido por la epistemología o manera de desarrollo y explicación de la realidad de Marx, cuando nos propone un mundo en el cual, el motor de la historia que había sido la lucha de clases, desaparezca y alcancemos la total igualdad, para también experimentaba una enorme belleza y realidad ontológica el hecho de deducir que entidades existentes y con una aplicación y realidad, eran y no podía ser de otra manera, abstractas y existentes, de las Ideas de las que Platón le hablaba.
Los dos siguieron discutiendo, como hicieron desde que se conocieron toda la tarde.
Todos los que los conocimos, supusimos que jamás llegarían a un acuerdo dentro de sus diferencia.
Soltando algún resoplido me largué del camino y comencé el regreso a casa.
Por el éste me encontré a un gran amigo mio, cuya casa estaba en el mismo lugar, con lo que en compañía lo tomamos. Le conté a grosos modo la conversación y la indecisión que yo albergaba.
En un momento del camino, me puso la mano en el hombro y me susurro
- RacioVitalismo, amigo
- ¿RacioVitalismo?, de qué me hablas Ortega.
- De la fusión explicativa de los términos abstractos existenciales y formadores del desarrollo vital del ser humano, que tomará esta vitalidad propia y constitutiva. Sí, los sentimientos, emociones, luchas y amores, son términos constitutivos de nuestra persona, pero también podemos estructurarlos y estudiarlos de manera racional y científica.
Era con el qué más a gusto hablaba, conversaba y caminaba.
Por ser hispanohablante y un hombre realmente tranquilo y agradable.
Cuando llegamos al punto de bifurcación nos dimos la mano y nos despedimos
- Andrés Garcia, que descanse.
- Don Ortega, señor Gasset, que tenga una buena noche.

Aquella era fría y del mar tormentoso de grandes corrientes, pasé a la calma y el calor de mi cama, mientras echaba, sin piedad, todas las dudas y pensamientos filosóficos de ella.

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