No somos conscientes de la visión
totalmente formada que tenemos por las circunstancias y conocimientos
técnicos y científicos que nos rodean.
En todas las etapas del pensamiento
filosófico, siempre se ha podido encontrar, en ellos mismo que
describen, pensamientos y opiniones generalizadas, uniformes y
repetidas a lo largo de la historia.
La Filosofía se ha bifurcado del
camino hasta ahora buscando nuevos horizontes y planteamientos, que
la repetición con su puntualización, volverá a traerlos.
Quizás sea el carácter
revolucionario de la imposición de la razón y lógica en las
relaciones sociales, buscando la realización de la verdadera
dimensión humana en ellas, sea, como camino nuevo debido a su
practicidad, el único andar de la evolución práctica filosófica.
Lo que sí que cambia de raíz y con
ello, casi todas nuestras concepciones del mundo que nos rodea es la
ciencia y la tecnología.
Ciertamente, hubo pensadores en la
antigua Grecia, muy avanzados, que con solo la observación directa
obtenían concepciones y teoría contrarias a la impresión humana,
como la circularidad (Aristarco, Empédocles) de la tierra.
Ahora bien, casi todas se estancaban
ahí, por una clara y pura lógica de aplicación.
Cuando lees a varios pensadores de
aquellos tiempos que te hablan de luces detrás de la esfera
(Aristóteles) o de fuego, hogueras celestes hablando de las
estrellas, en su Cosmología y su concepción, te
puede parecer una barbaridad y sentirte muy lejano de aquellos que
esto afirmaban.
La distancia viene marcada única y
exclusivamente por la no apreciación en cuanto que nosotros tenemos
unos medios técnicas que nos han permitido tener una visión más
correcta, digamos del universo y superar la suya, lo cual no
significa, y aquí está el error que no supieran lo que decían,
dentro de la más absoluta similitud con casos y posturas actuales.
Con total y absoluta tranquilidad,
construían teorías correctas basadas en lo conocimientos y datos
temporales y en la actualidad ante esto, tenemos tendencia a pensar
en ellos como un pensamiento equivocado, como mentes trasformadas,
como poca maduración mental, como amplia capacidad para el engaño y
demás y nos cuesta entender que su constitución psicológica no sea
diferente a la nuestra.
No, somos todos los seres humanas,
calcos de unos sobre los otros y serán las circunstancias únicamente
las que nos distinga, hablo de abandonar, esta concepción
de pensadores primitivos y engañados.,
No vivían en uno de tus sueños.
No se imaginaban ni tenía supuestas
confesiones divinas.
Eran científicos y pensadores que
realizaban investigaciones, deducían, mantenían conversaciones como
los pensadores actuales y buscaban sus consecuencia.
La única diferencia será el punto de
partida.
Hablando, digamos de la belleza del
mar o de la virtud de la buena comida, vestidos de la misma manera
todos, difícil sería distinguir la época correspondiente.
Mirando al cielo anoche estuve
pensando en que acierto tuvieron aquellos que se atrevieron a
describir las estrellas como pequeños agujeros en la esfera
terrestre, pues así, mirando a ras y a ojo descubierto, con
atención, se puede llegar a imaginar y deducir ese concepto. Para
ello sólo hay que pararse a pensar y las mas brillantes mentes
actuales, con aquellos datos, probablemente hubieran tenido muy
parecidas conclusiones.
Tenemos la tendencia a alejar de
nuestra actualidad, a todo lo acontecido en la historia.
Aún siendo un tema claramente
vinculado al desarrollo vital del ser humano, la mayor abundancia de
teorías y técnicas, explicativas y realizadoras de la actualidad,
no diferencia, en absoluto nuestra capacidad de construir la
realidad, de una cantidad y calidad a otras dos en el mundo
tecnológico.
Nos cuesta pensar que desde que la
aglomeraciones humanas y control natural que nos permitiera tener una
actividades lúdicas, en cuanto a lo observación en la búsqueda del
conocimiento, las personas no hemos cambiado y las mismas preguntas,
en tono e intención que ahora se hacen los científicos, entonces ya
lo hacían.
No nos alejemos tanto del origen y
aceptemos la técnica y los avances técnicos como un elemento
puramente accidental en la construcción humana.
Los trajes, no cambian el sexo del la
persona que los vista.
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