En demasiadas ocasiones hacemos de la
vida lo inmenso e inacabable.
Esto es un gran error.
No es Poesía, sino un puro ejercicio
comparativo en la infinitud de lo pequeño allí donde se quedan
nuestros males emocionales.
En ocasiones nos pensamos que la
tristeza puntual nos va a acompañar toda nuestra vida y la desgracia
abarca toda la totalidad en sus diferentes dimensiones.
No somo mas que una pequeña fugacidad
en la tierra y tu vida mas.
Tengas o no tengas ese mal en tu
corazón tu vida acabara igual que como empezó.
Entristecerte es perder el tempo, no
nos llevara a ningún lugar, no nos corresponde hacerlo, por nuestra
pequeñez, siempre sera un mal pasajero.
Nuestros males son diminutos en las
dimensiones del tiempo y la humanidad, y como tal hemos de tomarlas.
En demasiadas ocasiones creemos que mi
angustia nos acompañará por una eternidad, cuando no, nuestra
angustia no es mas que un pequeño grano de arena en el cubo de
sucesos, en mi caso, de España en el último segundo
No le demos tanta importancia a
nuestros males y otorguémosles la validez real que tienen.
Nuestra intención, vicio y falsedades
en las eternidades nos persiguen y aumentan nuestro dolor.
El dolor se pasa, pues somos seres
finitos.
La infinitud no existe y el mal acaba.
Entendemos las desgracias como males
inherente propios de la continuidad y no los aceptamos como reflejos
y suspiros de la actualidad.
La vida sigue y el tiempo no nos
espera.
Olvidate de la esquina de las
desgracias y sube por la escalera del futuro.
Tenemos la tendencia de cargar con un
pasado que nunca fue y moldear nuestro futuro con desgracias que
todavía no son.
La consciencia sobre la volatibilidad
temporal inherente de tus problemas debe de ser máxima.
La preocupación ha de ser la mínima
pensando solamente en la finitud de nuestra existencia.
La trascendencia, abstracción y
eternidad de las desgracias, no son, los males son contingentes,
reales y finitos.
No nos preocupemos, que no hay tiempo.
La vida es un instante y la tuya no es
mas que un parpadeo de los ojos de la humanidad durante una hora de
su vida.
Los problemas y preocupaciones hay que
dosificarlas, no porque tengamos alguna razón especial que nos lleva
a aguantarlas o a llevarlas con tranquilidad y poderío, no, será y
es porqué a vida es corta, y no podemos andar preocupándonos y
rondando las desgracias que nos develan durante todo este breve, de
justa duración, afortunado viaje.
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