Los vaivenes actuales para la formación de gobierno, aquí en
España, como podrían darse en cualquier otra democracia del mundo occidental,
comienzan a parecerme un circo que han montado bajo el nombre de democracia. Se
crió como una palabra entre iguales y su consecuente decisión en la Grecia clásica
y se impuso cuando en la Francia ilustrada se extendió a todo el pueblo. Comenzó,
saltando feliz, entre sus principios justos, necesarios y oportunos, hasta
ahora, pataleada, arrinconada, apalizada, arruinada, vilipendiada y
ridiculizada. No me ubiquen en circunstancias propias y constructivas del
proceso y veamos lo engañado que es este camino que lo tratamos como
democracia. El poder del pueblo, se está convirtiendo en una poderosa oligarquía
que en ellas mismas nacen, se crían y aprenden, los futuros dirigentes y reinas
madre del hormiguero.
Se publican continuamente noticias que recogen como los
cuatro partidos actuales, en España, que tratan de formar gobierno, y, en esto, se saltan, por allá
donde les apetece, los principios y fines propios de la democracia.
Primer principio, démosle el poder al pueblo, y ¿pensáis que
lo tenemos?, pues ¿tenemos opciones de elección que no estén ya decididas por
otros?, ¿aquello que votemos se respeta entre los acuerdos y apaños
posteriores?, ¿hay muchos elementos y acciones que el pueblo votó para que
fueran hechas y han sido totalmente, sorprendéntemente y supuéstamente
olvidadas?
Segundo principio y el fin, la mejora del pueblo, y ¿crees
que las decisiones del los partidos tiene elementos ajenos a la mejoría del
pueblo, como serian los sillones del diputado aquel o éste?, ¿es una acción
de mejoría ajena o un proyecto de realización propia?
Y, de aquellos partidos que surgieron desde niveles y estructuras
nuevas, dado lo que hay, llega a un punto de desarrollo, que se equipara en
comportamiento con los ya existentes. Enferman y empobrecen.
Y antes de que la maltraten, apalicen, maten a patadas y la
trasformen, bajo el mismo nombre, en una estructura propia y particular de los
beneficiados componentes de los grupos cerrados políticos, se podría someter a
la eutanasia y darle una muerte digna.
El primer tomador de oxigeno, que es mi voto, puede que deje
de llegarle.
Sin mi voto, seguirán gobernando el modus operanti de
aquellos que ahora nos dirigen, la oligarquía, legal, pero sin ningún acto
moral en la realización de la dirección del futuro de toda una comunidad.
Pero por lo menos no me restregarán por la cara que vivimos
en una democracia.
Sólo es realmente envidiosa con respecto a la comparación de otras formas de poder actuales, pero esto no es escusa, el ser menos malo, no significa ser correcto. Hay mucho espacio para su crítica, mejora e incluso eliminación y eutanasia.
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