¿Qué
es una conversación sin contertulios?
¿Hay avance sin ideas que contrastar?
¿Hay
estudios sin quién al que contárselo?
¿Qué
sentido tiene los monólogos sin ningún trámite de corrección?
Mirad,
fue ya hace mucho tiempo cuando unos pensadores
tuvieron la concepción, y
sometieron el aprendizaje a la confortación de ideas. El dialogo entre los
diferentes contertulios daba como resultado el enfrentamiento de ideas y posturas.
Si seguimos esta dinámica hasta el infinito llegaríamos a una posición absolutamente
verdadera pues no habría ya ninguna objeción a esa última opinión.
Esto es un hecho teórico, real, aun que mentira. Pero
nos vale como punto de apoyo para
esbozar la conclusión de este robo intectual
en el intento del escrito. La universalidad es un concepto vacío, la verdad universal, una
locura y las verdades parciales a las que si podemos llegar, son un camino de solución.
Si me quedo oscultando monólogos
acabo en el error.
Con
estos pensamientos entró Andrés en el Bar, a tomar su te vespertino. Pensando
al ritmo del movimiento circular de su cuchara no escuchó los pasos de Carla
que a él se acercaban.
-
Andrés compañero, tú cara de evadido
roza ya la preocupación –rieron los dos, qué preocupación tienes.
-
Ninguna –contesto, sólo estoy tratando
de tomar una decisión importante.
Carla,
soltando la barra y doblando las rodillas se sentó a su lado
-
¿Qué me dices?, ¿Me preocupo?- el tono
era afable y distendido pero su cara reflejaba algo de intranquilidad.
-
No, mujer, no, estoy decidiendo si sigo
escribiendo en esa página blog o no.
-
Pero, ¿qué escribes?
-
Pues de lo mio, Carla, hago pequeños
comentarios y descripciones de algunas encuadernaciones famosas –tras el
movimiento de las cejas de Carla expresando interrogación, Andrés prosiguió, y
resulta que apenas he encontrado conversación, respuesta u opinión, en las
proposiciones primeras de decoración. No sé si es un buen medio para avanzar.
Me tomaría una paella con estos pocos que han esbozado pequeños dibujos definitorios.
Compartimos ideas estéticas.
-
Vale, Andrés, pero ¿tú que buscas?
Esto le venía de perlas
a Andrés para invitar a la conversación a Sócrates y definir el objetivo de la
construcción colectiva de una gran presentación. Una forma o manera de
encuadernar que al menos agradase a mucha gente.
Carla, su compañera trataba
de convencerle de continuara, pues le sería un elemento de ejercicio de su capacidad creativa. Le hizo ver lo
peligroso y poco útil que resulta el dejar de pensar o crear en toda tu vida.
Tu cerebro no deja jamás de crecer si lo
abonas y además siempre podrá encontrar alguna persona con las mismos o
cercanos valores decorativos
-
Si, si, la teoría es muy bonita pero el
ánimo es necesario y la ilusión compartida un soporte directo.
Dejaron ahí esa
conversación y comenzaron a hablar de las flores, pues Carla cultivaba muchas
plantas que regalaban flores a todo el vecindario allá en la primavera que
fuese.
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