miércoles, 12 de septiembre de 2012

REFLEXIONES. I.




I

El saber el por qué de cualquier dato nos ayuda, en principio a poder realizar mejor la interpretación de él, pero no significa que su ausencia absoluta impida su completa definición.
Una cuestión, un dato, un hecho que, sin duda alguna ha sido mas veces cuestionado, es la concepción de la vida.
El resultado, ha sido, al menos a nivel teórico nefasto, pero, a nivel real ha sido, sin duda útil y progresivo.
El  proceso indica, entonces que el saber un por qué claro y distinto no es necesario para la evolución y ahora, ya sin ver los datos estadísticos te encuentras con la imposibilidad de encontrar un camino único y necesario y que sólo ocurre una vez entre unos hechos. La explicación física encarna todos los problemas y buscando un por qué metafísico te encuentras con un numero incalculable de distintas explicaciones.
         El no saber la razón de la existencia, no impide una correcta realización de ella, estudiando, analizando como se desarrolla.
Si, pero esta realización no se debe de estudiar desde un propio desarrollo físico, numérico o estadístico, sino en aquella dimensión, allí donde se encuentra, en su relación con los demás, La relación entre los seres humanos es la vida, y ¿cómo se ve?,¿cómo se siente?...cuando se habla, pues entonces se describe  la vida.


II

           Y me lo planteo ¿cómo es posible que una decisión tomada por tu persona en un momento dado sea capaz, el mismo individuo de traicionarla en otro instante y de, y como consecuencia,  sentirse mal  a posteriori?.
Esto refleja, al menos dos cambios inherentes en la persona.
El hecho está claro que ocurre, y mi interés estriba en las consecuencias ontológicas de tal ¿es que estamos compuestos por diferentes “yo” existenciales que surgen en función de las circunstancias exteriores?, ¿Es que estamos formados por diferentes estados, uno de ellos la conciencia, y otros que forman parte de nosotros de los cuales somos inconscientes como parte integra y ante los que directamente no podemos actuar?.
Si su mero planteamiento suscita estos problemas debido a su débil realidad, (pero que la tiene pues actúa)  sea quizás la forma de encontrar respuestas ante este problema,  el hecho que te den posibilidades prácticas   de actuación, siendo una definición negativa, es decir, entonces, que no hacer para evitar este problema pues cualquier otro tipo de definición se encontraría sujeto, debido a su naturaleza descriptiva, al relativismo provocado por el solipsismo* del pensamiento humano.
Es, desde luego, en el caso de un cambio llevado por las circunstancias un elemento metafísico pues no hay ningún cambio estructural en “tu cabeza” pero si que hay un cambio  de actuación. ¿Hay algún mecanismo el cual te permita mantener una entereza personal?  No se trata de una involución referida a no descubrir, tratar en nuevas situaciones, en otros planteamientos, es posible que  hable, en definitiva, de fuerza de voluntad desde una prospectiva epistemológica.

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