¿Y donde guardar la unidad de la entidad que madruga y se despierta al ritmo y color de mi
corazón, música y colores?
¿Cuál entidad estática, definida y estudiable se permite, si
su modificaciones nos son incontrolables y no tiene más razón de existencia, de
cambios, de mutaciones, cuando duermo mejor o peor, o, si aquella mañana
escuché, antes de subir al tren, aquella canción?
Heráclito, Aristóteles, Nietzsche….la vida es movimiento y
lucha...esto lo siento solamente en diversas ocasiones y no en todas, pero,
claro, tras escribir aquello que me satisface, la realidad se ralentiza y me da
una pausa de tranquilidad, basada en una inmovilidad definitoria…y …Parménides,
Platón, Kant y Descartes, pongamos, allí aparecen.
Me es difícil y complicado hacer un estudio ontológico sobre
mi persona, pues no sé donde está.
Hacer el estudio en la propia variación, en el mismo cambio,
es un suicidio, condenado a la imposibilidad de un resultado concreto y no variable
y falso.
Y ,me vuelvo a agarrar a la imposibilidad para obtener la
posibilidad de la reflexión propia (incluso filosófica).
Imposible encontrar un entelequia y teleología propia del
sujeto pues sumergido está a cambios accidentales sin más motivo que la propia
esencia constitutiva de la vida.
Mi solución me arrastra por el suelo de las criticas y
piedad y dado por inútil el intento de una justificación personal y una razón
consecuente de acción, me describo, me vivo y, según las consecuencias, estudio
el o los elementos más oportunos para mi persona, pero, repito, para mi
persona.
Carece de todo sentido y realidad el intento de realizar un
estudio objetivo, científico, real, no bajo una entidad cambiante, sino bajo un
sujeto cognoscente variable.
¿Qué os voy a decir de mi persona si, depende del sueño de
anoche cuando os diré lo bello que es el camino del descubrimiento o me
quitaría el sombrero para saludar, con todos mis respetos, a la incalcubilidad
y sorpresa de la vida?
El único motivo de estudio real y efectivo, sería el
calcular, buscar motivos, principios, situaciones y demás que provoquen el
cambio de las perspectivas de la vida. Entender como somos, a donde nos lleva
nuestra vida y nuestros pensamientos, a ver hasta donde me sube a la hora de ver
la realidad, el corazón de la mujer a la que tanto amaba o el paisaje de las montañas
que me invitaron a sentir mi pequeñez y me arrastraron hacia la humildad de
nuestra supuesta conciencia egocéntrica sobre la concepción del cosmos.
Quizás sólo podamos concluir cuando podemos cambiar nuestro
estado anímico, pero nunca, pero nunca jamás, a donde este nos llevará.
Los pensamiento, las reflexiones, se escondieron, se
ocultaron y me engañaron entre la oscuridad de mis sentimientos.
¡Sí, claro que puedo llegar a una verdad indiscutible con
Descartes o descubrir que forma tiene ésta con Kant!, pero según sea el lugar
donde he soñado que estaba la noche anterior, tendrás más o menos validez.
La Filosofía, es decir, el estudio de entidades abstractas,
es absolutamente necesario para la formación humana.
Sin ella, podríamos merendar con los simios, sólo que
tendríamos tenedores eléctricos.
Pero ¡qué lejos me llevas tú, ingrata, de un día para otro¡
¿Será que no hago lo que creo que sí?
Y el tren continua por las vías, en las cuales, yo de niño,
ponía monedas, para después entre las risas inocentes de entonces, nos molaba
verla toda finita y aplastadita. Antes llegar a mi parada, habré mandado este
texto, que no es sino más que mis pensamientos en tal día como hoy.
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