viernes, 20 de enero de 2012

REMINISCENCIA


Sumergido en el camino de mis pensamientos, busco aclarar todo aquello, múltiple y vario, que se me oculta a la claridad de mi razón.
Navegando entre imposibilidades de esta realidad, naufrago en las fijaciones impuestas y asumidas.
Aunque le hinque los dientes con violencia, el áspero peso de los principios sociales me abruma con sus hipocresías e ignorancias.
Vivir instalado en el mundo de la mentira, no sólo me corroe, sino que, además, me sitúan fuera de ella.
Así habla mi razón desnuda  intentando contar la descolocación que nace en mi persona ante su falta de comprensión y aceptación de los movimientos humanos que se dan, y que conozco, en la sociedad que me rodea.
No es, este escrito, una reflexión de su estructura, significado o verdad de esas construcciones angulares que utilizamos y que son útiles para vivir en el error.
Las palabras que forman mis dedos pasan por mi razón, pero son empujadas muy violentamente por mi corazón.
La desidia y su aceptación inmovilizan la capacidad de actuación.
No quiero entrar en concebir en el razonamiento con objetos concretos que son una manifestación plena del problema, tales como los medios de comunicación de masas.
Me quedo con el olor a podrido de tantas cosas que vemos y oímos constantemente y que no provocan, en casi ningún caso, mas que comentarios, bajitos y entre dientes de maldición y desde la aceptación total y casi ya no sentida, de una realidad con la que no estamos casi nunca, de acuerdo.
Las letras de música lejanas son el único acompañamiento que encuentro, con su inspiración y comprensión, cuando apelo al error asumido y justificado, por todos.
Los gritos histriónicos en su contra o la aceptación de manera salomónica e inevitable de la realidad, son el estribillo que acompaña toda la reflexión histórica sobre la descolocación natural de los personas en nuestra realidad.
Cuando deje de escribir, será como colgar el teléfono interno y volver a la actualidad.
La reminiscencia de mi infancia terminará entonces.


No hay comentarios:

Publicar un comentario