lunes, 20 de julio de 2015

Del control huido

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Démosnos cuenta de la gran cantidad de estructuras grupales que actúan fuera de nuestro control y a nuestro alrededor.
Hay demasiadas actividades humanas en las cuales el resultado no depende de la voluntad de sus integrantes sino se sigue el camino ya marcado por la entidad, por si sola y para si sola.
Nos creemos con la potestad de dirigir todos los interrelacionados juegos de intereses, cuando ellos ya han adquirido identidad propia y actúan según sus propias y suyas leyes.
La política y el mercado económico son los dos, de entre tantos, más importantes
El mercado no depende absolutamente de ninguna persona, siquiera de un grupo de personas. Tiene y lleva unas reglas y mecanismos propios a los cuales el individuo tiene que claudicar si pretende algún éxito.
En la política, la persona debe de humillar sus maneras e ideas, pues el pastel está totalmente cocinado y si quieres, sólo hay una manera de jugar.
No son las personas quienes deciden, sino los ciclos diversos que sólo tienen el origen en su funcionamiento independiente de los sujetos componentes.
El hecho de que suba o bajen los productos tendrá cualquier explicación menos la que hayan decidido nadie que así fuera. Tras un montón de reglas y cálculos de las situaciones numéricas y circundante obtenemos el gasto o valor a realizar. Nadie lo decide, el mercado anda por donde él quiere.
No, no, ni las mas grandes potencias controlan, cabalgan con seguridad sobre los caballos despotricados del mercado económico mundial. Es el el qué decide hundir o dar.
La política es un mundo cerrado. Solo pueden entrar como aprendiz de lo que ya hay. Participar a cualquier nivel pasa por, la aceptación de ella por los elementos dirigentes. Nunca hay una posibilidad repartida de alcanzar tus objetivos sino claudicas ante los imperativos que gobiernan. La política también esta enferma.
La endogamia reina en ella.
Cuando llegas, ya eres parte integrante del asunto.
Es un hecho holístico en el cual la corriente de acción les lleva a todos al mismo punto.
Sí, somos libres, pero de actuar dentro de unas reglas ya dadas e impuestas.
La única solución seria desempolvarnos como un oso cuando sale de pescar tal y como se quita el agua.
No somos nada conscientes de esta sumisión y humillación, ante uno, el mercado, y el otro, la política.
Estoy hablando de unas evidencias, conclusiones e ideas, que son de dominio y uso publico.
Pienso que el mayor problema está en la existencia y su posible o no de modificación y en la aceptación de estos hechos como parte integrante una cotidiana normalidad.
Las consecuencias racionales son tremendas como llegar a la negación de la vida colectiva hasta ciertos niveles por el descontrol que nos surge sobre ella, digamos.
No sé como sería elegir a un grupo de dirigentes que no tuvieran que pasar por el filtro del poder ya establecido en el estadio anterior y no sé tampoco, cómo conseguir unas experiencias económicas directas sin la intromisión de ningún elemento más.
La solución es difícil o imposible.
Pero el ser conscientes del asunto y tener mas conocimientos de allí donde nos movemos, siempre es interesante y bueno.
Todos sabemos este control de las estructuras supraindividuales, autónomas y sin identificar, sobre nuestro desarrollo.
Nadie tiene la culpa y como consecuencia y sin solución, la tenemos la colectividad.


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