domingo, 12 de julio de 2015

EL VIRUS ANÍMICO



!Qué construcción Cosmológica qué se puede hacer!
!Qué pensamiento filosófico objetivo pretendemos tener!
El objeto de nuestro pensamiento, el concepto sobre el que especulamos, la sensación que calificamos, la intuición que interpretamos y todo lo demás que quieran o que piense versa sobre una entidad inestable, que cambia, varía y anula, entonces, cualquier estudio objetivo.
Los máximos principios Platónicos tienen que pasar por las gafas de Kant, tomar la tangente del camino de Nietzsche y huir, huir siempre de Wittgenstein.
La razón no está sujeta al sujeto que la usa, sino, que éste llegará a ésta según su estado anímico se la presente.
El mundo se llena de colores interpretativos ante el objeto, y a ver quien encuentra la paleta del pintor.
El cambio del contenido de tus pensamientos en funcion de tu estado circunstancial es evidente y como dato generalizador y extensivo, vemos que la teorías completas de los autores, vienen instaladas en una circunstancias concretas y en una visión particular del objeto de estudio.
Éste es un comentario racional, cognitivo pero no contradice la conclusión al ser propedeutico, metodológico y no conclusivo.
Mis reflexiones, ordenadas y racionales tiene variaciones, obteniendolas, en diferentes momentos, diferentes conclusiones ante el mismo problema por unos elementos emocionales.
¿Cómo liberarte de ellos en una actuación puramente racional?
Sacando al sujeto de todo elemento relacional con el que interactua. Sea espectador.
La relación del sujeto que piensa y establece racionalmente con el mundo, viene total y absolutamente construidad por el estado anímico esta persona tenga en éste lugar y en aquel momento.
Las conclusiones contrarias en los pensamientos, propias o de varios sujetos, viene suscita, no por las acciones y errores de la razón, sino por el punto de partida. El logos es universal.
El Uso y Concepción de la Fiosofía ha sido vário y distinto según sea el estado anímico del mundo en su momento.
Sabemos y entendemos, que el mundo, sin nosotros no existe ni es, tenemos claro que sin nuestras reglas de funcionamiento no tendría ningún sentido de acción.
Las personas, como medios formadores y constructures de la realidad, no realizan  un ejercicio de reativizar los principios formadores de los objetos, sino, que la relación con ellos, es distinta.
No se relativiza el uso, funciones o importancia de los elementos formadores , sino que por una mera y misera razón estética o ética aquellos elemnetos cambian totalmente en su realidad.



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