lunes, 8 de abril de 2013

LOS ESCRITOS Y EL ARTE



Busquemos el propio disfrute estético como objetivo de la escritura.
La historia, la temática, la información es decir, el contenido, impera como razón en la elección de la lectura.
En el arte es,  la forma,  el único y último motivo de disfrute,  apreciación y calificación valorativa de la obra. En la lectura no. Cada tipo se ajusta a unos estereotipos, estructuras, modelos y otros asuntos similares en la información que transmiten. Historias, personajes, situaciones, reflexiones, ciencia y los demás que se os ocurran.
Entiendo que en los escritos debemos de buscar también la pura y dura estética.
Sucesión de adjetivos provocando el contraste sentimental, verbos transitivos separados por pocas palabras que aceleren el proceso mental, verbos intransitivos que nos lleven a la trascendencia, artículos definidos o indefinidos que alejen o acerquen al sustantivo, las metáforas cortantes en las reflexiones o adverbios casi abstractos que califiquen acciones usualidad máxima. Así y otras cuestionen que hagan de la lectura un placer de realizarla por disfrutar al hacerlo y no por el contenido trasmitido.
Sentir el disfrute del momento.
Es el acto de lectura.
Es la fenomenología del propio hecho en sí, sin salir ni un centímetro de su propio momento.
Sentirte en el envuelto en el trascurso de la lectura, en el descenso del rio del lenguaje, que pasa por corrientes, por lagos, por cataratas y que entra en la presa del mar al voltear la última página.
Frases afirmativas, aseverativas,  cortas y simples que introduzcan en la aventura de esa lectura. Párrafos lentos, conceptuales y  explicativos que acaben en metáforas descriptivas en la humanización de la lectura.
Los mecanismos se multiplican en  la realización de la obra. Es un escrito esculpido  y pintado. Trabajado como la arcilla en tus manos.
La información trabajada así, es lo digno de máxima admiración.
Pero el relato o reflexión en su forma tiene también un hueco en el mundo del arte.


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