La elección ya está hecha y la suerte está echada.
Nos hemos definido y ubicado con una serie de características
y circunstancias concretas.
La discusión sobre el fin y objetivos buscados en
aquellos actos y mecánicas sociales, poco o nada tienen que ver con la
formación como personas.
Actualmente, la persona es un hecho aislado y, con ella,
el individuo que se sitúa a su vera.
No oigo ni escucho nada sobre nuestro útil
funcionamiento, sobre nuestra correcto desarrollo como personas, sobre nuestra
autentica naturaleza y actividades de
desarrollo como tales.
Los únicos valores constructores de la realidad son
estructuras económicas, geográficas y políticas que son elementos secundarios
en la felicidad de la persona, pues ésta solo lo será en el desarrollo como
tal.
Nos importa más la posesión de bienes materiales, lo cual
es importante, que el aprendizaje para mantener el control emocional y personal.
Otros casos similares, en los cuales una correcta acción esencial de mejoría de
nuestra naturaleza propia, como ser social y autorreflexivo, lleve a dejar y
quitarle importancia a asuntos que ahora nos quitan el sueño.
Tenemos problemas radicados en una la mala concepción de los elementos de la
figura humana que necesita para la realización. Nos han vendido como tales unos
que no lo son.
Formemos personas, no para tener sino para ser.
La manta del engaño nos envuelve a todos.
No creo ni entiendo como un acto descabellado el estudio
de las personas y sus mecanismos conceptuales, personales, abstractos,
relativos, anímicos, sentimentales, significativos y demás, en la búsqueda de
una correcta realización nuestra en el mundo.
Y concienciarnos que la lucha no es contra nadie, sino
contra las estructuras impersonales e insensibles que actúan sin la
participación humana. Raros son los que lo saben, muy pocos los que lo sienten
y casi ninguno denuncia esta opresión
formal y real.
La persona, el individuo ha pasado a segundo orden. El mundo
funciona nunca jamás bajo las decisiones humanas y si bajo las decisiones de
las fuerzas intangibles anónimas que como fuerzas instintivas actúan en el
mundo económico, social o político.
Me rio con fuerza de las previsiones de los economistas. Ridículas
decisiones ante el tanto por cien de aciertos, tanta certidumbre como la meteorología
que solo versan algo de fidelidad allá en dos días nomás.
Las personas nos dejamos llevar, somos utilizados al
olvidar nuestra individualidad y características propias con el mismo valor que
las imperantes y existentes.
Nos cuesta mucho huir y buscar nuestra felicidad,
investigando en nuestra persona y viendo lo que podemos encontrar y hallar.
Siempre lo buscamos allá donde nos han dicho, a nivel gregario, que está y nunca la encontramos.
El motivo más usual de la deformación del cosmos
humano, es el dinero y el poder. Pero a
ellos también, los que lo tienen, pues el dinero y el poder son muy traiciones,
ruines, falsos y degeneran todo lo que tocan.
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