Hay situaciones constitutivas de la realidad, regladas,
legisladas y en este caso temporalizadas, que son unas barbaridades.
Me parece obvio y manifiesto en la degeneración del
sistema en el cual se acepta, comprende y se permite que los representantes
elegidos en la búsqueda de la igualdad y solidaridad entre todos los
ciudadanos, hagan, justamente lo contrario.
El trabajador asalariado como ellos, con el mismo nivel
cualitativo de nómina y con una
diferencia cuantitativa abismal, tiene
tres días de vacaciones en Navidad nomás.
Aquellos a los que votamos y depositamos en ellos nuestra
confianza en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria, se toman,
cogen o se permiten todo el mes de Enero de vacaciones y se pasan por el forro
de ahí donde duele todo ápice de igualdad. La tranquilidad y normalidad con la
que hacen y justifican este acto es sublime e impresionante.
Además no tienen ninguna cualidad especial que les pueda
dar la excepción debido a sus características intelectuales o preparatorias.
Lo más preocupante no sea la existencia de esta minoría,
sino la normalidad y aceptación con la que los ciudadanos de a pie nos tomamos
estos privilegios que disfrutan LOS POLITICUCHOS, de aquí y allá.
La vergüenza en su trabajo a desaparecido.
Aquellos que la tuvieran yo no los conocí.
Aquellos que la tienen serán pocos pues yo no los atisbo
por más que busco.
Que no se les olvide y que no se nos olvide que no son autónomos
viviendo de sus negocios, sino que trabajan para los que les pagamos, es decir,
los habitantes de una organización estatal propia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario