lunes, 11 de noviembre de 2013

LA FILOSOFÍA HA MUERTO




La Filosofía ha muerto.
Sólo el ser humano puede resucitarla. Pues nosotros la creamos entonces.
Actualmente, la alusión a cualquier tema que salga de lo actual, es decir, de la proximidad e inmediatez, es nula.
Las pocas actuaciones reflexivas encaminadas a la construcción racional, están también ubicadas en el reducido espacio de lo que pasa en el día de hoy.
En algunos periódicos te encuentras con pasajes escritos, que quizás lleguen a comentarios transmundanas referentes a algún tipo de conceptos que debían de funcionar como base de la construcción actual. Pero son pocos y olvidados.
Las humanidades son segundo plato frio.
.En las muchas y diferentes culturas, en diferentes épocas y lugares, se empezó a explicar el mundo utilizando la razón, investigando y deduciendo. Estos movimientos filosóficos formaban parte del grupo social. A lo largo de la historia, la filosofía nunca ha sido una actividad común, un uso extendido Siempre ha estado practicada por una minoría con unas diferentes características propias del lugar allí donde se dieran, siendo usualmente sus escritos, los pensamientos que describían el movimientos propio social con sus creencias usos y valores. Acompañaban a la historia, a su lado, sin motivos de discordia, pues cabían en todos los sentimientos.
Pero ahora no, ahora van por diferente camino.
La práctica de los principios, usos y costumbres propios de la actualidad, atacan, sin piedad ni misericordia a la Filosofía.
La inmediatez es la acción que imposibilita por contradicción a la filosofía. Lo contrario no puede permanecer al unísono.
En los tiempos anteriores, muy poca gente tenía las posibilidades de estudiar y hacer filosofía. Aunque su construcción intensa en algunos grupos, en otros fue totalmente desconocida, por razones muchas, entre ellas la imposibilidad de que llegase. Pero en la actualidad, la capacidad de información se ha multiplicado por millones. Además de posible millonada de personas, los horarios son totales. Pero y sin embargo en estas nuevas posibilidades mayores de comunicación , no hay nada con un elemento reflexivo que se salga de la problemática directa.
No se piensa ni se razona en términos absolutos. Las posibilidades sobre las construcciones futuras, son cambiadas por resolución interesada de actualidades.
Claramente es lícito que los motivos de reflexión sean diferentes, pues los referentes cambian constantemente, pero está vacío el cuenco de la explicación trascendental de lo que ocurre, aquí, en el mundo.
La generalidades explicativas del mundo y las personas como medio constructivo de una realidad coherente en si misma y con futuro de permanencia, no se dan en ningún lado. La actitud reflexiva cuyo fin es el conocimiento esencial de los hechos y enfrentarse a ellos desde los mismo, no nos llega a ninguno por los millones de bits de información que de una forma u otra recibimos diariamente.


 Lo que fulmina a la filosofía, no son las circunstancias, sino los principios actuantes en el movimiento cultural que tiene prisionero al mundo occidental.

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