La Filosofía ha muerto.
Sólo el ser humano puede resucitarla.
Pues nosotros la creamos entonces.
Actualmente, la alusión a cualquier
tema que salga de lo actual, es decir, de la proximidad e inmediatez,
es nula.
Las pocas actuaciones reflexivas
encaminadas a la construcción racional, están también ubicadas en
el reducido espacio de lo que pasa en el día de hoy.
En algunos periódicos te encuentras
con pasajes escritos, que quizás lleguen a comentarios transmundanas
referentes a algún tipo de conceptos que debían de funcionar como
base de la construcción actual. Pero son pocos y olvidados.
Las humanidades son segundo plato
frio.
.En las muchas y diferentes culturas,
en diferentes épocas y lugares, se empezó a explicar el mundo
utilizando la razón, investigando y deduciendo. Estos movimientos
filosóficos formaban parte del grupo social. A lo largo de la
historia, la filosofía nunca ha sido una actividad común, un uso
extendido Siempre ha estado practicada por una minoría con unas
diferentes características propias del lugar allí donde se dieran,
siendo usualmente sus escritos, los pensamientos que describían el
movimientos propio social con sus creencias usos y valores.
Acompañaban a la historia, a su lado, sin motivos de discordia, pues
cabían en todos los sentimientos.
Pero ahora no, ahora van por diferente
camino.
La práctica de los principios, usos y
costumbres propios de la actualidad, atacan, sin piedad ni
misericordia a la Filosofía.
La inmediatez es la acción que
imposibilita por contradicción a la filosofía. Lo contrario no
puede permanecer al unísono.
En los tiempos anteriores, muy poca
gente tenía las posibilidades de estudiar y hacer filosofía. Aunque
su construcción intensa en algunos grupos, en otros fue totalmente
desconocida, por razones muchas, entre ellas la imposibilidad de que
llegase. Pero en la actualidad, la capacidad de información se ha
multiplicado por millones. Además de posible millonada de personas,
los horarios son totales. Pero y sin embargo en estas nuevas
posibilidades mayores de comunicación , no hay nada con un elemento
reflexivo que se salga de la problemática directa.
No se piensa ni se razona en términos
absolutos. Las posibilidades sobre las construcciones futuras, son
cambiadas por resolución interesada de actualidades.
Claramente es lícito que los motivos
de reflexión sean diferentes, pues los referentes cambian
constantemente, pero está vacío el cuenco de la explicación
trascendental de lo que ocurre, aquí, en el mundo.
La generalidades explicativas del
mundo y las personas como medio constructivo de una realidad
coherente en si misma y con futuro de permanencia, no se dan en
ningún lado. La actitud reflexiva cuyo fin es el conocimiento
esencial de los hechos y enfrentarse a ellos desde los mismo, no nos
llega a ninguno por los millones de bits de información que de una
forma u otra recibimos diariamente.
Lo que fulmina a la filosofía, no son
las circunstancias, sino los principios actuantes en el movimiento
cultural que tiene prisionero al mundo occidental.
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