domingo, 17 de noviembre de 2013
¿QUÉ SI QUIERO HACER FILOSOFÍA?
- ¿Qué si quiero hacer filosofía?, ¿me preguntas Andrés?
Mientras me hacia esta pregunta movía al ritmo la cuchara por los bordes del café que se estaba tomando, y me miraba con cara de curiosidad y escepticismo
- Sí, Gloria, tus razonamientos, tus estudios y tu personalidad así me llevan a preguntártelo.
- Andrés, ¿tú has probado ir a vender melones a una fiesta de cazadores?, ¿tú tienes ideas por alguna discusión laica y no religiosa que debata más allá de los problemas políticos puntuales?
- Mujer, seguro que hay forums en Internet para debatir cuestiones metafísicas, sean del orden que sean.
- No, amigo, lo que hay son lugares místicos que huyen de la realidad actual pero que no hacen filosofía.
Dió media vuelta y dispuso el taburete mirando al espacio central del café. Llevaba un traje clarito, de falda ancha y con un estampado, discreto, pero muy bonito. Tenía la mirada bastante distante de la realidad circundante.
- Vale, amiga, ponme un ejemplo con el cual yo pueda reunirme con mis amigos para debatir y concluir.
Mirándola me quedé. Sabía que la pregunta era difícil, pero necesaria y pensativa se me quedó mirando. Se pasó la mano por los laterales de la cabeza y estirando dulcemente de la coleta me dijo:
- ¿Tú crees que es correcto para nuestra formación como especie la evolución y cambios constantes en nuestros usos y costumbres?, ¿tú piensas que la tecnología es un elemento propio del ser humano?, ¿tú piensas que las personas estamos diferidas por unas circunstancias históricas?, ¿hay que olvidar el pasado, aún aprendiendo de éste, y tirar siempre al cambio y hacia adelante?, ¿no tienes curiosidad por salir de la inmediatez y estudiar nuestra persona?, ¿tenemos un sentido como tales?, ¿somos un producto evolutivo accidental?, ¿tiene algún sentido el origen del tiempo?...
- Para, para, Gloria. Sí, hay temas metafísicos interesantísimos que no se debaten en ningún sitio, ¿por qué?
- Por dos motivos fundamentales, uno por ser preguntas inherentemente contrarias a ritmo, quehacer, esencia y fundamentación de este mundo actual y dos, que aquel que lo empiece, es difícil y complicado que encuentre, digamos, cómplices, es raro que no sea apartado, con descripción de la normalidad y esto es lo peor, que muchos pocos de lo que lo hacen, sólo buscan expresar su desacorde con lo actual sin nada mas que decir ni aportar.
- Gloria, estás cañera.
- No, Andrés, estoy hasta los pies de escuchar tantas tonterías.
Seguimos hablando toda la tarde. Debatimos muchos de los puntos por ella nombrados, saciamos nuestra curiosidad, compartimos ideas, ordenamos y despejamos nuestra mente, pusimos en marcha nuestro pensamiento y los dos fuimos entrando en la satisfacción de, al menos, opinar, sabiendo lo que se dice.
Gloria se tuvo que ir y yo no. Allí me quede disfrutando del refresco una vez tras la fértil conversación.
Tenía una gran formación, era muy inteligente, hablaba con orden y claridad, cosas que yo admiraba y me sobraban. Pero, también tenemos un inconsciente absolutamente dominable por nuestra voluntad pero que alguna vez te manda mensajes. Gloria tenia unas caderas esplendidas que movía con mucha elegancia
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