El objetivo es vivir, estar, sentir, y compartir la felicidad. Ver de qué se trata y conseguirla.
El primer problema, que podemos
encontrar en el caso de un estudio de carácter científico, es
decir, resolutivo y previsor, estriba en definir el término.
La definición es compleja pues apenas
podemos dar una indicaciones puntuales y descriptivas, hablando sobre
los niveles de satisfacción y demás factores que produzcan un
bienestar personal
Ahora, una vez tratado de definir,
viene su concreción.
¿Cómo llegar, en que consiste, qué
significa, qué grado de cumplimiento tiene en nuestra esencia y cómo
llegar a ella y asuntos de este tipo, es decir ontológicos?
Este planteamiento definitorio, en
este caso, del ser de la felicidad, está realizado bajo una serie
de definiciones y especulaciones que concuerden únicamente con esos
grados de felicidad y lo sentido en ellos, pero que no nos hablan
apenas de su definición comprensible y definitoria.
¡Qué feliz me sentía!
Sí, pero ¿qué elementos, dentro de
esta felicidad encontrabanse?
El error se trata de la inclinación
metafísica en su explicación de lo que será un termino de
aplicación y concreción material y directa y de la individualidad
propia del que la siente.
Como en muchos otros aspectos, nos
sumergimos, con excesiva facilidad, en la ternura y las caricias de
los sueños, quitándole el peso, que sí que lo tiene de los asuntos
a tratar.
Y la solución es una, que será la
imposición de un método de trabajo e investigación empírico,
aplicable y que tenga resultados directos.
Y esto ¿cómo es posible en una
entidad abstracta, inmanente, que no permanece para su estudio y que
se evapora tras el sentirla y disfrutarla?
¿Cuando fui feliz?
Concretarlo y estudiarlo.
El camino a seguir son los recuerdos y
la vida ya pasada.
El pasado ya no es nada, jamás debe
de condicionar el presente. El optimismo debe de hacer que lo
olvidemos como mochila en su concepción y trato anímico que pesa e
impide avanzar.
Pero y sin embargo, el pasado sí que
puede ser visto desde la distancia, cómo un acontecimiento que
ocurrió en ti y que conlleva el hecho de hacerlo palpable como
objeto observado aun no teniendo, si así lo buscar, ninguna
influencia en tu actividad actual.
Bien y esto ¿cómo se consigue?
Con la auto-observación.
Esta acción es problemática desde el
momento en el que se estudia desde la lejanía y sólo se observan
los datos físicos y temporales en su forma más concreta, es decir,
que donde fui, a quién conocí y conceptos tal y como lo digo, pero
sí que hay una manera realmente descriptiva de como fue el asunto y
cuales fueron mis reacciones ante este.
Las circunstancias y elemento que
rodean aquel momento en el cual sentiste esa felicidad.
Este estudio te puede dar una lista de
elementos que te llevan directamente a ella.
Una vez tenga esta lista propia,
hacerla extensiva, es decir, acumular datos referentes a las
situaciones en las cuales los individuos, máximos posible sintieron
felicidad. Estudio colectivo y concluso.
En mi caso, independientemente de mi
nivel actual, fue sin duda, de máxima felicidad, mi punto álgido en
el comienzo de mi juventud, digamos, algún año mas y alguno menos
de los 18 años.
Vale, venga, bien, ya tenemos el
objeto a estudiar, y ahora ¿cómo hacerlo?
La solución siempre se encuentra en
la auto-observación y ésta sólo sera posible en la recreación de
momentos similares para ver en cual de ellos se dieron y
comprenderos.
Será los momentos puntuales que se
han dado con la música y la climatología.
Hay temas de música, que cuando los
oigo rememoro con intensidad aquellos años pues estas canciones las
viví a tope viviendo aquellos años. Fui feliz, sin dudarlo..
¿Qué ahora no lo soy?, poco importa,
que la distancia te da más sensibilidad y objetividad en el estudio.
¿Y los elementos?, el viento frio y
el sol perezoso que aparecía todos los años en aquel lugar donde
iba con mi familia y que, tras salir de la urbe, me inflaba de el
nuevo camino hacia el divertimento.
Ya tengo dos factores objetivos y
descriptivos de momentos de la felicidad, y ahora tenemos una
posibilidad de hacer estudios objetivos y obtener datos del mismo
tipo.
Siento que mi corazón volaba (auto
observación) cuando escuchaba aquella canción, pero por qué, me
digo y recuerdo claramente que era por la inmanencia de la impresión
y situación. No tenía un hecho expansivo en el tiempo, sino una
ausencia del tratamiento temporal, era la inminencia en el asunto.
Con el asunto del tiempo atmosférico,
también. Mi recuerdo consiste en la puntualidad de aquel paseo, bajo
el sol, pero con el frio de la primavera, en el cual el tiempo se
detuvo en mis pensamientos.
Conclusión, tenemos dos elementos y
momentos en los cuales podemos estudiar los elementos formativos para
calcular en qué consiste los momentos de felicidad.
La primera conclusión y última de
este escrito y estudio, es la sensación de inmanencia que acompaña
a la felicidad.
Una de las características que
provocan el éxtasis puntual estriba en su no dependencia del pasado
ni su importancia en el futuro.
Es actuar prescindiendo de todo más
que la sensación de plenitud momentánea.
La felicidad es un hecho puntual,
inmediato y no un estado duradero y prolongado.
Así pues, tenemos elementos para
hacer un estudio científico en ciertos conceptos, pese a su
ontología y existencia abstracta y metafísica (no en la existencia,
sino en la definición)
No me digan que con alguna canción no
se encuentran recorriendo aquella calle, en este día como otro
cualquiera de aquella primavera por las calles de aquel concreto
lugar.
Recordar los hechos personales
ocurridos puede ser algún mal negocio, pero recordar las sensaciones
buenas en los elementos en los que las tuviste, entiendo que es una
buena inversión para calcular tus movimientos futuros camino de la
felicidad.
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