jueves, 24 de abril de 2014

LA FELICIDAD Y SU ESTUDIO



El objetivo es vivir, estar, sentir, y compartir la felicidad. Ver de qué se trata y conseguirla.
El primer problema, que podemos encontrar en el caso de un estudio de carácter científico, es decir, resolutivo y previsor, estriba en definir el término.
La definición es compleja pues apenas podemos dar una indicaciones puntuales y descriptivas, hablando sobre los niveles de satisfacción y demás factores que produzcan un bienestar personal
Ahora, una vez tratado de definir, viene su concreción.
¿Cómo llegar, en que consiste, qué significa, qué grado de cumplimiento tiene en nuestra esencia y cómo llegar a ella y asuntos de este tipo, es decir ontológicos?
Este planteamiento definitorio, en este caso, del ser de la felicidad, está realizado bajo una serie de definiciones y especulaciones que concuerden únicamente con esos grados de felicidad y lo sentido en ellos, pero que no nos hablan apenas de su definición comprensible y definitoria.
¡Qué feliz me sentía!
Sí, pero ¿qué elementos, dentro de esta felicidad encontrabanse?
El error se trata de la inclinación metafísica en su explicación de lo que será un termino de aplicación y concreción material y directa y de la individualidad propia del que la siente.
Como en muchos otros aspectos, nos sumergimos, con excesiva facilidad, en la ternura y las caricias de los sueños, quitándole el peso, que sí que lo tiene de los asuntos a tratar.
Y la solución es una, que será la imposición de un método de trabajo e investigación empírico, aplicable y que tenga resultados directos.
Y esto ¿cómo es posible en una entidad abstracta, inmanente, que no permanece para su estudio y que se evapora tras el sentirla y disfrutarla?
¿Cuando fui feliz?
Concretarlo y estudiarlo.
El camino a seguir son los recuerdos y la vida ya pasada.
El pasado ya no es nada, jamás debe de condicionar el presente. El optimismo debe de hacer que lo olvidemos como mochila en su concepción y trato anímico que pesa e impide avanzar.
Pero y sin embargo, el pasado sí que puede ser visto desde la distancia, cómo un acontecimiento que ocurrió en ti y que conlleva el hecho de hacerlo palpable como objeto observado aun no teniendo, si así lo buscar, ninguna influencia en tu actividad actual.
Bien y esto ¿cómo se consigue?
Con la auto-observación.
Esta acción es problemática desde el momento en el que se estudia desde la lejanía y sólo se observan los datos físicos y temporales en su forma más concreta, es decir, que donde fui, a quién conocí y conceptos tal y como lo digo, pero sí que hay una manera realmente descriptiva de como fue el asunto y cuales fueron mis reacciones ante este.
Las circunstancias y elemento que rodean aquel momento en el cual sentiste esa felicidad.
Este estudio te puede dar una lista de elementos que te llevan directamente a ella.
Una vez tenga esta lista propia, hacerla extensiva, es decir, acumular datos referentes a las situaciones en las cuales los individuos, máximos posible sintieron felicidad. Estudio colectivo y concluso.
En mi caso, independientemente de mi nivel actual, fue sin duda, de máxima felicidad, mi punto álgido en el comienzo de mi juventud, digamos, algún año mas y alguno menos de los 18 años.
Vale, venga, bien, ya tenemos el objeto a estudiar, y ahora ¿cómo hacerlo?
La solución siempre se encuentra en la auto-observación y ésta sólo sera posible en la recreación de momentos similares para ver en cual de ellos se dieron y comprenderos.
Será los momentos puntuales que se han dado con la música y la climatología.
Hay temas de música, que cuando los oigo rememoro con intensidad aquellos años pues estas canciones las viví a tope viviendo aquellos años. Fui feliz, sin dudarlo..
¿Qué ahora no lo soy?, poco importa, que la distancia te da más sensibilidad y objetividad en el estudio.
¿Y los elementos?, el viento frio y el sol perezoso que aparecía todos los años en aquel lugar donde iba con mi familia y que, tras salir de la urbe, me inflaba de el nuevo camino hacia el divertimento.
Ya tengo dos factores objetivos y descriptivos de momentos de la felicidad, y ahora tenemos una posibilidad de hacer estudios objetivos y obtener datos del mismo tipo.
Siento que mi corazón volaba (auto observación) cuando escuchaba aquella canción, pero por qué, me digo y recuerdo claramente que era por la inmanencia de la impresión y situación. No tenía un hecho expansivo en el tiempo, sino una ausencia del tratamiento temporal, era la inminencia en el asunto.
Con el asunto del tiempo atmosférico, también. Mi recuerdo consiste en la puntualidad de aquel paseo, bajo el sol, pero con el frio de la primavera, en el cual el tiempo se detuvo en mis pensamientos.
Conclusión, tenemos dos elementos y momentos en los cuales podemos estudiar los elementos formativos para calcular en qué consiste los momentos de felicidad.
La primera conclusión y última de este escrito y estudio, es la sensación de inmanencia que acompaña a la felicidad.
Una de las características que provocan el éxtasis puntual estriba en su no dependencia del pasado ni su importancia en el futuro.
Es actuar prescindiendo de todo más que la sensación de plenitud momentánea.
La felicidad es un hecho puntual, inmediato y no un estado duradero y prolongado.
Así pues, tenemos elementos para hacer un estudio científico en ciertos conceptos, pese a su ontología y existencia abstracta y metafísica (no en la existencia, sino en la definición)
No me digan que con alguna canción no se encuentran recorriendo aquella calle, en este día como otro cualquiera de aquella primavera por las calles de aquel concreto lugar.


 Recordar los hechos personales ocurridos puede ser algún mal negocio, pero recordar las sensaciones buenas en los elementos en los que las tuviste, entiendo que es una buena inversión para calcular tus movimientos futuros camino de la felicidad.

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