viernes, 20 de junio de 2014

EL CAFÉ. LA DEFINICIÓN EN DEFECTO



Primero andaba Andrés, con una expresión pareciese de enfado que quedó confirmada cuando bruscamente se sentó en la silla al costado de la barra del café.
- !Siempre lo mismo¡,¡siempre!. !Listos que lo miran todo ya hecho y creen que descubren¡
Acabado el año pasado, habiendo imprimido 100.000 ejemplares con un 50% de las ventas ya realizadas, la perspectiva era realmente buena. Aquel día siguiente de la cena del fin de la campaña, Don Enrique predijo un gran año próximo y afirmo que este año volvería a ser así.
Pero no, no lo ha sido por estos acontecimientos incalculables que son muy fáciles de explicar una vez ocurridos, pero hay una total nulidad en su predicción.
- Andrés, calmate, que estar con ese estado de humos este lunes a las 7'15 es realmente malo para la salud – dijo muy calmado Pedro.
-Al menos nos vamos ya a casa.
- Sí, impreso y terminados los libros que se van a publicar y estrenar ahora es decir, esta mañana en la Otoño librería.
- No le debiste de decir, ayer y después de todo, Andrés, que la vida es una tómbola y el destino un duende juguetón y menos a Don Enrique.
- Dos cosas, una le hemos acabado el trabajo como y cuando el nos lo pidió y dos, no me arrepiento. Siempre pensamos en que la vida tiene un orden de acontecimiento y una razón explicativa de la aparición y existencia de las cosas cuando las juzgamos y valoramos a toro ya pasado, es decir, cuando hemos llegado ya al final, entonces muy sabios y grandes narramos el camino que hemos llevado, tratando de darle aires de descubrimientos. Pero no, antes del camino ¡no sabíamos nada!
- Andrés, ante la vinculación de unas circunstancias, los resultados son inminentes. En tus manos esta el buscar la no confabulación de ellas contra ti.
- ¡No, no, Pedro!, ¡salid del intento de calibrar las circunstancias después de que ocurran¡, !dejad de llorar el niño al que a mordido el perro acusándoos a vosotros mismos de no calcular las consecuencias. Lo no ocurrido nunca es ya, ni bueno ni malo. El futuro no es nada. El pasado solo nos trae la mentira en el hoy de lo que esperábamos. Relajate lo mas que puedas en la actualidad. La vida es una princesa traicionera y el destino un bufón burlón.
- Bueno Andrés, puedes tener una preparación para tener al destino más condicionado y que tus condicionantes sean también arma tuya.
- Sí, algo te ayudará, pero el habituarnos y el concienciarnos de la incalculabilidad esencial sería beneficioso para nuestra vida. La incertidumbre en todos los sentidos es un elemento conformante e integrante de ella. En el mismo momento e instante que entendamos que en la vida humana las cosas, felicidades o desgracias, tan pronto como vinieron así se van.
El libro impreso este año, para gozo de este destino irónico y burlón, divulgaba sobre la imposibilidad de la aplicación de los medios matemáticos para la investigación científica de la realidad sociológica. Allí donde Galileo hablo del lenguaje de la Naturaleza o donde Newton alegó de las leyes invariables dadas por Dios para el funcionamiento de este mundo y de toda la materia en el contenida, se quedaba en nada cuando esto era aplicable a los seres humanos. Ni necesarios, ni calculables, ni exactos y por tanto siempre infinito en los dígitos de la impresión.
- Pedro, ya te digo, que aun controlando un numero alto muy alto de los términos primeros que forman el hecho y el desarrollo de una entidad, sea cual sea ésta, el resultado final siempre se nos escapará de las manos.
Conociendo el peso de cada ladrillo, sabremos el peso final de la caseta, ahora bien, aun conociendo cada instante de la vida del ser humano más contiguo a ti, nunca jamás habrá posibilidad de conocer de manera científica su futuro.
Andrés apoyó los codos sobre la barra y perdió la mirada difusa, triste y cariñosa por encima del cristal antiguo de brazos barrocos que le daban vida y solera. Con las palmas de las manos se acariciaba lentamente los lados de su cabeza mientras pensaba en aquellos momentos en los que pensó que la vida jamás le daría nomás que aquello que se hubiera ganado o merecido.
- Pedro – le dijo, Andrés, no sólo caprichosa, sino también ladrona, pues roba, todo aquello que desees, cuando puede.
- Andrés, escuchame con calma y atención lo que te voy a decir. Hay un elemento, amigo, que está fuera, absolutamente fuera de la manos suaves y ladronas de la vida o los besos calientes pero traicioneros del destino.
- Y ese ¿quién es el afortunado?
- Tu persona.
- ¿Por encima de las circunstancias?, ¿no?. Es una solución psicológica, pedagógica pero no me busca ni me da la verdad.
- Perdoname, amigo Andrés, lo que tenemos que hacer es buscar la verdad allí donde esté y no donde nuestro primer impulso que los aires del pensamientos le dan a nuestra razón, nos lleva, poco más lejos del primer puerto de las dudas hasta algo mas allá de la cala de las incomprensiones.
- No te entiendo...
- Esas razón de ser que tratas de buscar a la existencia y ser de la totalidad te vende en su intento que pones, como un acto de comprensión. ¡No dejes que el agua del conocimiento inunde tu mente y ahogue más acciones de tu vida.
- ¿Me quieres decir que las incógnitas son buenas?
- Te quiero decir que las explicaciones son buenas, muy buenas, siempre que puedas vivir sin ellas.
- ¿No hay explicación para esta falta de ventas?
- Sí, pero una vez consumado el fracaso. Muy fácil es. Cada crítica de arte moderno que hacia me lo recordaba a mi mismo, criticar,juzgar o estudiar el resultado y no cuando no había nada o no era nada. Me dejaba tumbado en el error ante mi imagen del folio en blanco y mis posibilidades de hacer algo tan fácil como aquello que ahora te contaba y antes criticaba.
Si a los dos el verano pasado, alguien nos hubiera propuesto estas posibilidades, le hubiéramos tachado de ignorante.
Pero las cosas, tuvieron la mitad de las revoluciones de las esperadas.
Los elementos nuevos aparecen con aquel traje que tampoco te gustaba
Las sorpresas te esperan tomándose un helado en el bar de la esquina.
Todos sabemos por qué han ocurrido las cosas pero nadie sabia y nunca sabrá el futuro pues nunca sabremos por qué van a ocurrir las cosas.
Todo tiene un antecedente, un por qué, pero éste sólo es existente en el momento en el que se da.

El método empírico es nisiquiera necesario, son un cúmulo de elementos contingentes que se amontonan fuera de la necesidad.  

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