Y se llega a la disyunción y o el mal
es el camino a la comprensión o es una imposibilidad dentro del amor
divino.
La comprensión sólo es posible desde
la diferencia.
Si no hay elementos posicionados, no se
puede establecer la situación.
El conocimiento del bien y viceversa
hace necesario el conocimiento del mal, y viceversa también.
Sin embargo no puede ser maceado entre
las brazos del amor, el campo de concentración Nazi de Auswich.
Sí somos parte del amor como
totalidad, como omnipotencia, el máximo sufrir no tiene cabida.
Y ante esta disyunción sólo me quedan
dos salidas activas y una pasiva.
O bien Tener Fe o actuar con la razón
o bien aceptar totalmente nuestros limites e imposibilidades de
comprensión.
La Fe llega, por definición de manera
inconsciente, es decir, no es un acto de voluntad.
Habidas hay las practicas para que ésta
llegue. El conocimiento, hechos y palabras de los profetas, la
práctica de la vida por Él propuesta y etc, tienen como conclusión,
en muchos casos la aceptación de Dios y la cabida de este mal con
comprensión en el mundo Divino.
La Fe es el camino de la verdad, la
comprensión y la vida, promulgan.
La razón activa actuá sin piedad y
arroja todas evidencia sobre las que la tienen.
Todos los postulados en la defensa de
Dios, son recursivos pues parten siempre de la justificación de lo
que ya se da como existente.
Los autores Teólogos que tratan de
hacer una demostración racional, la razonan y concluyen como
existencia de la totalidad, pero no como Divinidad que decide y
actuá.
Diferentes escuelas filosóficas
atiestas, lo han negado desde la posición antropológica en el
intento de huida de la incomprensión.
La incompatibilidad entre la crueldad
humana y la existencia de un dios en el amor, es un acto simple
intelectual, de asociación de ideas.
Las dos posiciones existen y son
absolutamente compresible y llevables.
Ante esto hay una aceptación pasiva
ante la imposibilidad de demostración de algunos hechos ni la
capacidad para entrar en estados de Fe, como acto voluntarioso.
Tanto la afirmación de su existencia
como su negación son dos elementos con igual posibilidades de
afirmación o negación.
La afirmación religiosa óbvia la
realidad y la ciencoia no acepta sus límites.
Es ciertamente una temática sin
solución.
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