lunes, 23 de junio de 2014

ESTADOS ANÍMICOS DEFINITORIOS

Lo tendemos a malinterpretar, desechar, incomprender, imaginar como locuras o listarlo como poesía o literatura cuando oímos la existencia personal del mundo como tal.
Cuando se hace alusión a mundos particulares formadores de la persona, poca gente le dan una oportunidad de realidad.
Las personas nos movemos en un elemento material, inmutable e invariable.
Ante esta sensación concebimos el mundo como único al cual nos asomamos.
Aun cuando me razonan sobre el cambio constante de la realidad hay que pensar que nunca salimos de ella, de estas características que la constituyen.
Y una de ellas es la de la unicidad vivida estando constituida por un mundo físico al que damos preponderancia y al que consideramos como realidad unidimensional.
Pero y sin embargo, tu visión del mundo, es decir, el peso y la importancia de los objetos, el lugar y dimensión que ocupan, el esfuerzo para realizarlo, los gustos, el placer, la tolerancia y otros puede cambiar en el transito de unas horas después de una increíble noticia.
Pero ¿haces literatura?, no.
Estos diferentes estados anímicos, es la realidad que vivimos, son los mundos en los que nos movemos.
La predisposición, relación, ubicación, forma y otras acciones referidas a los elementos en la construcción de la realidad tiene que cambiar para llegar a unos niveles cualitativos diferentes hacia lo que te rodea.
Este nuevo estado anímico es un mundo real, en movimiento.
Las leyes y teorías físicas que gobiernan la naturaleza formarían una realidad única si no existiese estando observada por las personas.
Totalmente seguido tras la introducción del ser humano, el mundo necesariamente, comienza a existir, sujeto a unos elementos anímicos definidores.


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