domingo, 8 de junio de 2014

NEWTON EN TOLEDO





No había nunca estado, ni pensaba que lo estaría.
Había recibido la invitación.
En ella estaban los otros invitados. Grandes científicos y pensadores.
Cuando me informe de su presencia y del lugar en concreto, no dudé ya, ni por un segundo en irme allí.
Era una gran reunión a todos los niveles de la ciencia que estaba creciendo y su vinculación con las ideas divinas, era ampliamente debatida.
Hacia seis meses, que en mis estudios sobre la gravitación entre los diferentes elementos formadores del sistema solar, había sido capaz de plasmar, con seis meses de antelación, entonces, la posición que iban a tener los astros, pasado mañana, el 19 de septiembre.
Aquí empezó el río de la incomprensión con comentarios sucios sobre la proveniencia de esa información, mis conjuros o pactos con el diablo.
El prevenir cualquier cosa con tanta antelación era cosa de los astrólogos, adivinos, magos o cualquier otra forma mística de actuación.
Pero no, ignorante pueblo que cansado me tenías, es ciencia, pura ciencia. La naturaleza tiene unas leyes de funcionamiento que nos permiten calcular su futuro.
Asombrado me dejó al enterarme que iba a ser en Toledo, España, en el gran bastión del cristianismo.
Era el tercer día cuando me toco, o me permitieron, subir al atril a desmenuzar, principalmente las leyes formadoras de la teoría de la gravedad.
Que los cuerpos caía independientemente por la atracción sea cual fuese su peso fue ya propuesto por Galileo, pero yo le había dado un desarrollo, con la explicación mediante leyes y el calculo matemático a partir de relaciones numéricas entre masa, distancia, fuerza y atracción.
- Podemos calcular el volumen, posición y distancia de los cuerpos en función de las relaciones que surgen al aplicar entre ellos la existencia de la fuerza de la gravedad. Su duplicación con la masa o su división de las distancia. Así empecé y tras esto, toda mi teoría a grisso modo.
Al acabar la explicación magistral que cómo aplicar estos conocimientos para el calculo de las posiciones exactas de los cuerpos celestes y hacer después una aplicación ejemplos más cercanos de la tierra, jamás olvidaré la cara de incomprensión y sorpresa que pusieron los teólogos, presbiterios, curas y santos padres, que allí y en España claro que estaban, a la par que desarrollaba el tema.
- Pero ¿se siente Usted con la capacidad de decirnos cual será el deseo que Dios tendrá, del estado y situación del Cosmos en un momento determinado?- me dijo el propio rector, Jesuita, de la universidad de Toledo.
- No padre, son leyes que se aplican. Entre la relación de determinadas magnitudes, podemos dar explicaciones de los actos y futurizar.
El obispo Francés de Marie-tolousse también miraba con cara de sorpresa
- Pero, ¿el mundo ya viene constituido?, ¿ya viene determinado?, ¿me planteas Usted, un futuro necesario?
Era precisamente la definición exacta.
- Si, mientras la ley, que por naturaleza así será, no sea superada por otra, su validez estará en su necesidad.
- Señor Newton, debe Usted de saber que Dios es Omnipotente y que no está sujeto a ninguna ley de actuación.
Sabía que debía de callarme y así lo hice.
Lejos estaban del racionalismo Europeo o del empirismo Ingles.
Los padres católicos abandonaron el hemiciclo, no sin despedirse cortésmente, pero haciendo gestos y comentarios de reprobación. Casi les parecía una broma.
Pero de Toledo no se fueron pues mañana era el soñado 19 de septiembre.
Y llego la noche de la comprobación.
La predicción fue exacta.
La ley era correcta.
El mecanismo y la continuidad se daban.
Observadores de toda confianza para las Magistrados religiosos, la curia y los científicos en general, ratificaron que mis previsiones eran precisas y que no se distanciaban ni en un grado de la situación final.
Con toda esta demostración, efecto fue contrario a que yo esperaba.
Las sospechas conforme a cómo había yo adquirido esa información con la influencia maligna de satanás, llegaron.
La magia de la ciencia había llegado, la previsión se hizo posible, Dios comenzó a acercarse al ser humano.
Se hizo la mañana del 21 y ya me disponía a subir en la carroza que cruzando la meseta y los montes cantábricos, me llevaría al atlántico y de aquí a mis queridas tierras Inglesas.
En aquel momento, un Franciscano se cruzó en mi paso y me preguntó sin complejos.
- Doctor ¿me dice Usted que el universo tiene un movimiento y estado, independiente le la voluntad y acto potencial de nuestro señor Dios?
- Le digo que se puede calcular el futuro con leyes y que estas forman de por si, son parte de toda la realidad divina. Era un autor holandés, protestante y sefardí proveniente de Granada, pero si puede lease a Spinoza y le hablará de Panteísmo.
Volví a casa tranquilo.
Había conocido una bella ciudad.
Una magnifica cultura.
Unos sabios científicos.
Pero una iglesia macabra y retorcida que me provoco mucho miedo y temor.
Los aires de libertad e ilustración que iban invadiendo Europa, aquí en la bella e indomable España, llegarán.


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