Ooo!, aprendices de filósofos, no os empeñeis en buscar una verdad que no existe, y esto no es una antinomia, sino un leve susurro de nuestra incapacidad.
La filosofía es el camino de los tienen diferencias con lo circundante o los otros que la hacen, la estudian, la practican por una inquietud placer mental. Triste y malos caminos dentro de la belleza.
Sea como fuere, la Filosofía está perdiendo grosor en la actualidad, pero, además en dos vertientes. Por un lado, en el campo educativo legal y actual, apenas han dejado las migajas para el único conocimiento no manchado del polvo de la tierra y si a esta situación la añadimos la postura vital y social, encontraremos un enfrentamiento hasta su desaparición.
El sentido del olvido será la última enseñanza que nos llegará.
En el futuro, habrá una Sociología constructiva y una Ética circunstancial. Pero ni método para conocer, ni inquietud por saber.
El reflexionar en abstracto será la acción de los locos.
La pregunta sobre esencias y características ontológicas serán incomprensibles.
La inutilidad práctica de la Filosofía será el nicho de su tumba.
Será como sombreros para gente sin cabeza.
Cansado se sentía aquel de las expresiones y conclusiones cada vez que hablaba de sus estudios de Filosofía. Hasta él acabará debatíendo y pensando si, su amor, no era más que un error.
Sólo con la diferencia se avanza, pero con ésta, es el posible camino de la soledad en los pensamientos y tras ellos, en la vida.
Así pues, y como solución para seguir, continuar con ella, y no hundirla entre el barro del olvido, será elevarla por encima de la totalidad y tratarla, a esta totalidad o realidad en la nos insertan, con desprecio y suficiencia.
No buscar la imposible inserción allí, sino la crítica desde la lejanía.
No ver tu error al degustar la Filosofía, sino entender la miseria de todos los que no reflexionen y piensen sobre aquello que no pesa ni mide, pero que actúa más que nada.
Acoger el pensamiento Filosófico, con la alegría y la fortuna de estar así elegido.
Tengo las imágenes de personas que hacen filosofía y las que no y me balanceo entre la sonrisa real de unos ojos que se interesan y quieren saber y otras, que no son más que unos dientes bien blanqueados por el dentista y totalmente rectilíneos por las maquinas de éste. El la transparencia del pensamiento contrastado con la realidad que nos espera.
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