.
La
existencia de finalidades en todos los elementos formadores es total.
Todo
tiene un fin y consecuencia.
Voy
a hacer ciencia y comienzo con pruebas empíricas del asunto.
No
hago razonamientos abstractos que acaban convirtiéndose en
creencias.
La
falta de finalidad en nuestras vidas viene demostrada en el número
de adicciones que rodean todo el ámbito humano. Más o menos dañinas
pero existentes como medio de gastar el tiempo, de consolar la
necesidad propia de actuar, ante el vacío total de finalidad de la
acción.
Todas
estas acciones se repiten ante la falta de una visión finalista de
nuestra vida.
Cuando
hemos terminado las labores necesarias impuestas por las
circunstancias, somos dueños de nuestro tiempo y lo inutilizamos en
nada, actividades que no son nada y el viento se las llevara un
segundo después de que pasen, ante la falta de finalidad donde
invertir.
Hay
que buscarla pues no es un hecho que se dé en la naturaleza que nos
rodea.
Los
animales no tienen finalidad alguna en sus vidas. Sus comportamiento
son una repetición de lo acontecido, con diferentes variaciones por
la experiencia, pero mínimas. No toman decisiones sobre la forma de
su vida, sólo manejan cómo hacer el camino ya descrito, más fácil.
Pero
el ser humano, comenzó a utilizar instrumentos, lo le trajo la
búsqueda de las utilidades, es decir objetos con posible
finalidades, en la realidad circundante.
Ante
este proceso, es normal, acabar extendiendo esa visión a nuestra
propia persona.
La
falta de respuesta a esta pregunta es clara y evidente, pero lo peor
es que su planteamiento en la actualidad es un asunto irrisorio.
Todo
elemento natural tiene una finalidad ya determinada, y nosotros,
¿tenemos también una finalidad determinada?, si es que no ¿qué
hacemos?, si es que si ¿cuál es, donde está?
Pero
al fin y la postre, la acción consecuente de la pregunta, seria la
misma, pues en el caso de su no existencia, la acción seria su
construcción y estudio y habiendo conseguido un estado determinado
de finalidad seria, a su vez, la respuesta a la segunda pregunta.
Profundamente
convencido que haciendo diferentes juegos de datos, de inmensos
datos referentes a tests, encuestas, recuentos, numeraciones,
estudios, sobre cientos de miles de individuos, se podía avanzar
hacia el estado de realización y la cercanía a la supuesta
finalidad.
Llegado
a este punto, el planteamiento de la pregunta tendría mucho mas
sentido y consecuencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario