Dos
son los vectores que actúan, primero, un a priorismo ontológico,
una voluntad de existencia, y tras esto, lo segundo, siendo las
consecuencias confusas, inexistentes, inoperativas, de la moral en
funcionamiento.
Todo
elemento comportamental de todo ser vivo tiene una funcionalidad en
éste que es un elemento necesario para darle una continuidad por la
justificación de ser. Su presencia es necesaria para el normal
funcionamiento de él y del cualquier biohábita que ocupe.
Hambre,
procrear, defender, perseguir, luchar y otros. Todos estos modos
comportamentales son absolutamente amorales, estando totalmente
justificados para el funcionamiento total de la realidad. Es el hecho
mantenido, evolucionado, superviviente de la selección material
operativa.
Pero
la Ética y Moral del ser humano, no tiene ni una pequeña
posibilidad de explicación o de origen en cuanto a la evolución
material del mundo. Su origen y fundamento es absolutamente desacorde
con la selección natural y funcionamiento ordenado y progresiva de
la natura.
Es
un elemento extraño, sobrepuesto.
La
misericordia no es un elemento evolutivo.
El
perdón es una maniobra totalmente ajena al funcionamiento natural.
La
ética que las personas manifestamos es un claro elemento
diferenciador, por el motivo de contenido, pero y mucho mas
importante, por el origen creacional posible de ésta, de la actuación ética.
¿Cual
es el origen de este comportamiento ajeno?, me pregunto.
Y,
ya sin dudas y vacilaciones teóricas, se aterroriza rápidamente en
el absoluto olvido en la actualidad de su aplicación constructiva
de la unión social o grupal de las personas.
El
único elemento vinculante que pueda garantizar una correlación
correcta en tamaño tal de unión, es la existencia de unos códigos
de comportamiento y actuación asumidos, es decir, una ética y
moral, en vistas al buen funcionamiento colectivo.
Sólo
con la aplicación legal y punitiva, siempre estará cojo el intento
de convivencia.
Somos
tan ignorantes a la par que inocentes que obviamos que una educación,
tanto filial como escolar, ética y moral, son absolutamente
imprescindibles y necesarias.
Cuando
se estudia, se plantea, se propone, se ve, alguna proposición de
orden cívico, ético y moral, siempre hay problemas, siendo de la
índole, tamaño, forma o lugar de residencia diferentes, varios y
dichos explícitos o insinuados implícitamente.
La
temática es peligrosa y siempre acompañada de unas acusaciones
sobre filtraciones ideológicas.
La
visión de la necesidad científica de la Ética necesaria en funcionamiento, no se contempla.
Las
discusiones se extienden y se olvidan del origen y necesidad.
Hay
comportamientos y acciones de índole ético, es decir únicamente y
propias humanas, que son absolutamente indispensables y que no son
valorarles.
Somos
demasiado inteligentes como para ser dominados por ninguno sistema
punitivo.
Tontos
de nosotros.
Son
juicios sintéticos, necesarios en el desarrollo y constitutivos
ontológicos.
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