-!No, no me hables de los problemas que tenemos!, Primero seamos conscientes de nuestra pequeñez y con esto apliquemos el trato proporcionado que hay que darles. Esos grandes problemas son apenas un poquito más que nada - dijo Andrés, tras limpiarse del labio superior la pequeña ralla de espuma que se le había quedado tras apurar la cerveza.
- Si, claro, siempre que no te pase a ti. Mira que es fácil pedirle al torero que se arrime más desde el burladero - dijo Juan a la par que cogía su pequeño y concentrado café.
- Y me puse a mirar - siguió Andrés, el atardecer. Era todo un inmenso mantel de nueves enrojecidas, que entre las sombras y el color llegaban hasta la cumbre de la gran montaña. Allí no cabían mis problemas, ellos y yo enpequeñecimos. Sentí y pensé que aquello que me quita el sueño pasará y será este espectaculo lo que sí que seguirá.
- Pero, Andrés, qué hacemos con la angustia que estos nos provocan
- Venciendolos bajo el principio que ellos y nosotros moriremos en el tiempo y no habrá continuidad donde pagarlos.
- Bonitas y buenas tus palabras, pero he de decirte que la grandeza de la inmensidad muere si nuestra pequeñez no la vea y admire como tal.
Andrés y Juan permanecieron pensando cayados unos minutos, mirandose en el espejo que tenían delante y meditando sus dudas, conclusiones y el problema sin resolver.
Boby, camarero, Chileno, a su vera y detrás de la barra había seguido toda la conversación y allí estaba mirandolos bajo su piel oscura y sus ojos betun. Sin mediar mas palabra por la amistad que el poner cervezas y cafe le había dado, les dijo
- Primos, el mundo, los problemas y demás, no son nada. Lo único que hay es voluntad y predisposicion, que tintan y dan forma y color a todo lo que nos rodea.
Los dos, voltearon la cabeza hacia él y le mirarón con sonrisas y afirmaciones.
Apenas unos metros suyos hacia su derecha, una mujer de mediana edad sacó una pequeña agenda de su bolso.
Ya habían entrado al local con los ojos enrojecidos y ahora comenzaban, huyendo de sus ojos a recorrer por sus mejillas unas discretas lágrimas mientras escribía en ella voluntad y predisposicion.
- "Gracias, boby, gracias"
martes, 31 de diciembre de 2013
viernes, 27 de diciembre de 2013
PAPA NOEL, LOS REYES MAGOS Y LAS NAVIDADES
Os lo anuncio para aquellos que no lo
tengas claro.
Os lo digo por si alguien duda de lo
que piensa.
Se piensa que todos somos consciente
de todo esto pero nadie lo dice, nadie lo manifiesta y nadie hace
nada por evitarlo, aunque sea aquellos que imponen el problema los
que impiden su resolución.
Las grandes compañías con poder
económico para hacer publicidad, van a romper en todas sus
dimensiones estos tres elementos constitutivos de culturas y
religiones.
La temática es repetitiva y
constitutiva, pero da la sensación de nuestra inconsciencia hacia un
hecho innegable.
Las fiestas Navideñas han pasado a
dejar de tener otro sentido mayoritario más que el marcado por las
grandes compañías hacia la compra como mudus operanti y, lo cual
tenía que estar penado legalmente, mediante la utilización, manejo,
conducción, engaño, adiestramiento y deformación de la debilidad
propia y constitutiva de los niños pequeños.
Y ahora sigo con esto, pero como cuña
también decir que se produce un mal momento para los adultos, una
indigestión, ¿por qué?, ¿por abusar de la carne seca?, no, por la
tremenda carga mental que supone la compra de todas los objetos
pedidos y deseados por los niños tras el adiestramiento subliminar
que estos reciben.
Le quitan toda naturalidad y
satisfacción a los regalos que reciben pues siempre habría querido
algo más ante la saturación de deseos que las mal intencionadas y
maquiavélicas grandes compañías les dan, los toman y los
conquistan.
En España, el ejemplo más evidente
que yo encuentro es el de Papa Noel.
Bueno soy un hombre de mediana edad
(42) y provengo de una familia de clase media bien acomodada que
jamas tuvo un regalo de P.N. ¿Y cuando empezó?, bien, abramos los
ojos, aquel día que aquel empresario, que su baba se desliza por
entre sus dientes en cuanto ve la posibilidad de dinero, decidió
enajenar al pueblo haciéndole ver la necesidad y alegría de
introducir otro motivo de regalo. Este vampiro, supo como llevar a
cabo el proceso y aquel estaba en atacar al los niños, induciendoles
para que le pidieran juguetes a sus padres. Este empresario,
goteandole ya las babas y cayéndole por entre las ranuras de la
boca, vio como los padres nos sentíamos con el compromiso de
satisfacer a “nuestra preciosa princesita” o “al fortachón
vaquerito” (valgame dios que yo, regateando cualquier explicación
minimamente realista les he dicho que los renos no cabían por la
puerta)
Es el ejemplo más claro de la
manipulación social por los grandes concentraciones monetarias.
¿La solución?
¡Clarísima!
Moderemos todos nuestras compras,
apaguemos la televisión en estas fechas y respetando las culturas
nórdicas y apuntalando la nuestra regalar en los reyes.
Si alguna persona de hace, digamos y
sólo digamos, dos cientos años, levantara la cabeza y mirara, no es
que estuviera de acuerdo con esta forma de navidades, sino que jamás
la asociaría con la navidad que el conociera.
Hablando con algunos sobre algunos
temas, la competencia eléctrica, los intereses ofrecidos por los
bancos y etc, parecen no darse cuenta de la gran confabulación que
realizan entre ellos para obtener, no robar, pero sí obtener los
máximos beneficios disimulando una competencia inexistente.
Pues lo mismo con los regalos.
Las grandes fortunas o acumulaciones
monetarias manejan el funcionamiento de la vida y desarrollo social.
No soy un apologista, ni idealista o
dogmático sin sentido. Pienso más como Hume que como Rousseau, pero
no seamos inocentes y démosnos cuenta y denunciemos la constante
manipulación a la que estamos sometidos.
miércoles, 25 de diciembre de 2013
CANTANDO
Totalmente anestesiado por las brumas
de los que son días festivos para aquellos privilegiados, me
encuentro saliéndome por la tangente de la realidad.
Flotando, con mis pies a pocos
centímetros del suelo de la realidad, la música me empuja hacia
donde el horizonte desaparece.
La soledad del sitio donde me
encuentro me acompaña y me da ritmo sobre y en aquellas cuestiones
que pendulan y bailan sobre mi cabeza.
No te equivoques – me dijo mi
pensamiento, repitiéndome por veinteava vez las mismas coplas de
arrepentimiento.
Darle forma a algo que no la tiene es
un acto de inutilidad, de necedad, de tontos.
Cuando me quiero dar cuenta la música
cambia y otros colibrís invaden paulatinamente mi visión de
entonces y ahora.
Encadenado de por vida a mis
sentimientos me pregunto donde está la salida y más importante, me
encuentro con la incoherencia de no querer salir de aquello que
mengua la libertad.
Sacame de aquí – le gritó el
corazón a la razón, y ésta, desde la cabeza, lo mitraba con
benevolencia y sin moverse un solo ápice, lo dejó vivir en su real
realización.
Las palomas del divertimento de
aquella pieza de los clásicos, hay días en que se posan suavemente
sobre los cables de la luz, allá, lejos, donde sólo alcanzas a
mirarlas.
La ternura de la melancolía y el
abrazo de la soledad, es la mejor compañía para escribir.
Y la tangente continua y atraviesa los
paralelos que dibujan todas aquellas personas que desfilan esta tarde
paseando en frente de mis ojos.
Abrumado ante la suma de factores que
desmelenan mi estatismo racional, me sumerjo en la geometría y
entiendo como versos y poesía, los ángulos y relaciones que tienen
entre si las lineas y figuras con las que aquel día se quiso dibujar
la realidad.
Y llegó el momento que considerá el
oportuno y de mi lugar de trabajo, me levante dispuesto a cantar,
avance algunos pasos hacia adelante y tras aclararme la voz, vi y
supe que no tenía auditorio y mi canción, como mis pensamientos se
perderán en el olvido del silencio.
Maldecía el ser una persona en toda
su esencia.
Y la literatura acababa en el segundo
capitulo, y la filosofía explotaba en un sin fin de soluciones igual
de correctas, y la poesía huía entre los dedos de mis manos.
- No dejes jamás que la desidia y el
aburrimiento te invadan y se cuelguen de tus espaldas, - me dijo el
respaldo de la silla donde estaba sentado y así pues, me aclaré la
voz y comencé a cantar en forma de letras y espacios.
martes, 24 de diciembre de 2013
PEQUEÑAS REFLEXIONES HIPERBÓLICAS
REFLEXIONES
HIPERBOLICAS
1.
LOS ESCRITOS Y EL ARTE.
2.
INGENIEROS SOCIALES.
3.
LA SINGULARIDAD.
4.
EL LENGUAJE Y LA RAZÓN.
5.
FUERZAS POLÍTICAS.
6.
MÚSICA Y SENTIMIENTO.
7.
HYLEMORFISMO.
LOS
ESCRITOS Y EL ARTE
La
historia, la temática, la información es decir, el contenido,
impera como razón en la elección de la lectura.
En
el arte es, la forma, el único y último motivo de
disfrute, apreciación y calificación valorativa de la obra.
En la lectura no. Cada tipo se ajusta a unos estereotipos,
estructuras, modelos y otros asuntos similares en la información que
transmiten. Historias, personajes, situaciones, reflexiones, ciencia
y los demás que se os ocurran.
Entiendo
que en los escritos debemos de buscar también la pura y dura
estética.
Sucesión
de adjetivos provocando el contraste sentimental, verbos transitivos
separados por pocas palabras que aceleren el proceso mental, verbos
intransitivos que nos lleven a la trascendencia, artículos definidos
o indefinidos que alejen o acerquen al sustantivo, las metáforas
cortantes en las reflexiones o adverbios casi abstractos que
califiquen acciones usualidad máxima.
Así
y otras cuestionen que hagan de la lectura un placer de realizarla
por disfrutar al hacerlo y no por el contenido trasmitido.
Sentir
el disfrute del momento.
Es
el acto de lectura.
Es
la fenomenología del propio hecho en sí, sin salir ni un centímetro
de su propio momento.
Sentirte
en el envuelto en el trascurso de la lectura, en el descenso del rio
del lenguaje, que pasa por corrientes, por lagos, por cataratas y que
entra en la presa del mar al voltear la última página.
Frases
afirmativas, aseverativas, cortas y simples que introduzcan en
la aventura de esa lectura. Párrafos lentos, conceptuales y
explicativos que acaben en metáforas descriptivas en la
humanización de la lectura.
Los
mecanismos se multiplican en la realización de la obra. Es un
escrito esculpido y pintado. Trabajado como la arcilla en tus
manos.
La
información trabajada así, es lo digno de máxima admiración.
Pero
el relato o reflexión en su forma tiene también un hueco en el
mundo del arte.
INGENIEROS
SOCIALES
Me
encuentro en demasiadas ocasiones con la dificultad para hacer la
digestión del montón de irracionalidades, chapucerías,
malfunciones, incompetencias
y
demás, que nos rodean y para mi mal, que son vistas como corregibles
pero dentro de un desarrollo normal.
Las
formalidades y estructuras heredadas que impiden la actuación, las
soluciones alejadas de cualquier realidad y aplicación invaden la
sociedad en la que vivimos las personas. Tratemos de curar y tratar
con misericordia a aquellos que violen la convivencia social, pero no
empeñemos toda ella para tratarlos con dulzura.
Soy
un hombre espiritual y trascendental en mis pensamientos, pero soy
totalmente consciente de las dificultades que acusa nuestra realidad
en la supuesta y mala defensa de los derechos, fundamentalmente de la
mayoría. Si quieres dar sentido ontológico, metafísico o
espiritual, lee o haz filosofía o profesa una religión. Ahora bien,
si lo que buscas es arreglar el mundo, no hagas demagogia, y como
único sentido busca la funcionalidad y utilidad vistas del hecho en
particular para el bien general.
El
sentido, es una expresión abstracta, inexistente, teórica. Hay que
buscar, estudiar, construir la solución pero tras imponer un tipo de
funcionabilidad acabada a esta realidad. Que no griten grandes
imposibilidades sino que susurren pequeños detalles correctores, en
cuya suma estará la solución. Y es esto, que se sientan aludidos
aquellos que no busquen soluciones, sino perpetuar su poder
corrompiendo el voto con falsa y vacía demagogia. El dialogo es de
sordos o la correspondencia de ciegos. Las charlas constructivas son
una utopía y los combates verbales son guerras buscadas y pensadas
por la gloria, nomás, de la victoria. El mundo público está
dirigido por personas que creen saber y sólo están instalados en un
sistema falso e inútil en la búsqueda de soluciones reales,
aplicables y con una función correcta. El egocentrismo o
grupocentrismo se extrema y las acciones constructivas desde el
altruismo propio del beneficio colectivo, desaparecen en su falta de
nacimiento. Grave es también que aquellos que denuncian este
funcionamiento como inllevable, inviable, infecundo y más son
tomados como movimientos propios de soñadores empedernidos. Hablar,
entender, arreglar los asuntos desde una practicidad absoluta. La
demagogia totalitarias en el sentido, son una perdición. ! Que
enfermen los degenerados y putrefactos especuladores y que se abran
de brazos los positivos y necesarios ingenieros sociales, con
justicia, igualdad, movimiento y soluciones ¡
LA
SINGULARIDAD
Cuando
hablamos, debatimos, paseamos y otros, si no estamos sumergidos en
primeros pensamientos, el mundo exterior se manifiesta y
toma vida como totalidad. No distingo individuos con una
interpretación y visión de los hechos propia y particular.
Sentímosnos
solo en las reflexiones y pensábamos, que la tercera persona juzga
objetivamente respecto a ti, como parte integrante de la totalidad
externa. Creemos, entonces, que aquel que te observa, puede deducir
tus objetos existenciales.
¡Qué
gran verdad tienen los que te rodean!
¡Se
fijan en la persona y con lucidez y fijación, concluyen
correctamente!
Esto
es la vergüenza de tus pecados sentidos ante la observación externa
y sus posibilidades, creídas, de su capacidad de saber.
¿Esto
es?
La
continuidad del asunto implica sacudirse de ciertos pesos
existenciales con los que todos cargamos pues el sujeto vive atado a
los pensamientos externos, y a su juicio, nisiquiera objetivo y no
más que probable.
Este
juicio individual que arrastramos, no es trascendente, es pasajero y
contingente pero pasa a tener un gran peso, potenciado y madurado con
los grandes medios de comunicación, que han hecho real y tangible la
inmensa cantidad de opiniones sobre opiniones, dándoles, estando
dentro de una apreciación, una verdad objetiva.
En
la mirada de los otros no está la verdad. Es cotidiano sentirte
apuntados por ojos externos y pensar el juicio colectivo como si cada
uno de los observadores actúan bajo los mismos principios llegando a
conclusiones similares.
Esto
no es verdad y debemos de ser conscientes de la
fructífera individualidad de cada uno y de todos.
Luchemos contra la vulgarización propia de la muchedumbre y
cultivemos la rica fecundidad y creatividad del individuo como tal.
No es el individuo contra la normalidad.
Normalidad
es un término vacío de contenido y sólo hace alusión a lo
establecido entonces.
Lo
existente es lo singular y sus pensamientos propios y sólo son,
cuando son expuestos y sacados por la persona que los pensó.
Sentirse observado es producto de no aceptar la propia individualidad
y diferencia entre sí de aquello que forma la realidad.
No
estamos rodeados de una unidad sino de una suma de individuos, que no
es lo mismo.
EL
LENGUAJE Y LA RAZÓN
La
propia discusión se especula tratando con su solución.
Y
comenzamos preguntándonos ¿y de donde vendrá la capacidad del
raciocinio del ser humano y que nos separa del resto de los animales?
Y
nos respondemos que es elemento propio de la evolución. Cuando
tratamos con diferentes elementos externos y calibramos y estudiamos
sus diferentes relaciones y características, nos encontramos con un
proceso racional puro. Así, en aumento, el bagaje cultural supera,
por acumulación, siempre el nivel anterior en el raciocinio.
Hasta
aquí, aparece como el desarrollo de una capacidad ya
inherente que con su interrelación en su exterior va tomando forma.
Y
ahora comienzan las dificultades, cuando tenemos que saber
que esas primeras elucubraciones mentales, conclusiones racionales,
se hicieron sin lenguaje articulado como los modernos.
Y
me pregunto cómo podemos realizar pensamientos sin palabras, pues
cualquier acto mental que realizamos, va acompañado de un monologo
propio.
Y
vuelvo y digo, que si el lenguaje es la máquina que produce nuestra
capacidad de razonar, me encuentro con una acción y elemento exógeno
que de mi raciocinio.
Es
decir, que no hablamos porqué sabemos pensar, sino que razonamos
porqué hablamos.
Esto,
el lenguaje y la razón forman un trío muy fecundo en afirmaciones e
imposibilidades.
¿Será,
entonces, el estudio del lenguaje la manera de comprendernos pues
estamos formados como somos con su aparición?
Esta
es una temática moderna pero existente. Centrarse en el estudio del
lenguaje como elemento resolutivo de los problemas.
Como
elemento que incitó este asunto fue la pregunta ante si tenía
capacidad para pensar sin el lenguaje y, entre incorrecciones
ontológicas (pensar es utilizar el lenguaje) o imposibidades
operativas (cerrar los ojos y empezareis a hablar a los vientos) vi
la necesidad e importancia de su estudio en la forma trascendental,
es decir, del lenguaje como entidad formativa y formadora de nuestra
persona.
Se
puede pensar que el artificio del lenguaje es lo que provoca la
superioridad máximo del homo sapiens sapiens sobre el resto de los
animales o que nuestra mas alta capacidad de raciocinio nos ha
llevado a construir la máquina.
Estoy
aquí siendo extremo es decir, uno o el otro, antes y primero.
La
solución de desarrollo propio no llego a concebirla, quizás, por
yo, cómo todos las personas ya, tengo un total desarrollo en mi
lenguaje y mi razón.
LAS
FUERZAS POLÍTICAS
Si quieren hablar de la esencia de la realidad, de su visión generalizado del asunto en cuestión y de similares, que se vaya al ágora, al senado, a las charlas en un café y que no introduzca sus garras en la búsqueda del poder en nuestro sistema, pues la política, es una acción práctica y no teórica, en busca de la mejora colectiva. Y leo, y vuelvo a leer y me encuentro lo mismo. La reunión entre las fuerzas políticas en pro de una solución, es impensable, parece como si los intereses de los partidos no fuera el bien del pueblo en general, el cual debía de pasar por el dialogo social y el acuerdo político. Nada, de esto nada, pero se que mis críticas son campanas en el desierto, pues si no es así me resulta impensable el no ver y corregir, entonces, esta situación. En mis años de vida, ya me he cansado de intentar comprender que, tal y como me dicen, que las cosas son así, que así es el mundo, que así es el sistema, que así es la realidad y así ha sido la historia. Estamos inherentemente condenados a que la política sea así por su propio peso esencial, afirman algunos.
Vamos
a dejar de seguirles el juego, vamos a quitarles la mascara y a
pellizcarles para que se despierten del sueño que les han metido.
Eso que hacen no es que no sea política, es el mal humano en su
antigüedad, la búsqueda de intereses particulares, o de clases o de
partidos, en vez del acuerdo general, que al fin y al cabo es el
máximo beneficio para todos nosotros. En la actualidad no
encuentro ningún político que me provoque confianza pues no he
visto hasta ahora ninguno al que le vea hacer un acto altruista en
beneficio del pueblo. Altruista, quiere decir por encima de su
persona, partido político y las supuestas, pero no existentes, ideas
políticas en búsqueda, si así ha de ser, el renombrado beneficio
social.
Mi
sorpresa ante el ridículo se incrementa. Varios fantoches
convencidos de nuestra comprensión de sus verdades a medias me
obnubilan.
Salto
de un medio de comunicación a otro y el circo no descansa. No me rio
ante inocentes payasos, sino que me mareo en la podredumbre propia de
la jaula de animales.
Platón
y Montesquieu llorarían cogidos de la mano si estuvieran en el
espectáculo, junto a Felipe II, lamentándose que no fue la tormenta
económica quien hundió las naves, sino el peso del oro robado en
las Américas.
Listas
abiertas ya, pues quiero comprar en pan en el mercado y no comer
bocadillos envasados al vacío y venidos, ni siquiera Dios, sabe de
dónde.
Orbitando
al redor del policentrismos sube y baja la marea de nuestra economía
según la distancia con y amplitud de, sus mentiras y corrupción. La
falsa diferencia en los poderes del estado, resulta agria, y lo que
fue agua bendita pocos años a, en vino amargo ha acabado.
Regeneración urge.
Firmado
por un ciudadano que se ve impotente para el cambio y se siente atado
de la barbas, y nunca mejor dicho, de otros.
LA MÚSICA Y EL SENTIMIENTO
La música trasmite y suda por todos los poros el estado anímico característico de cualquier época histórica. En ella podemos encontrar la cosmovisión general establecida, aceptada y admitida con normalidad siendo reflejo de los deseos y fines propios de cada generación.
Desde
su más pronta concepción ha ido de la mano de situaciones anímicas.
Digamos
desde el barroco, yendo por el modernismo, pasando por los años
setenta, hasta la actualidad, donde la gente se retrotrae al pasado
ya más cercano, se puede realizar un estudio sobre las
circunstancias que rodean y definen las características y
sentimientos de esta forma de expresión humana.
Si
hacemos un estudio psicológico, sociológico, económico, literario,
ideológico y más, con ansias científicas, se ve y entiende la
música de esa época. Esto sabido es por todos.
Pero
nos vale también para investigar las consecuencias en el interior
humano que produce una serie determinadas de las circunstancias y
reflejada en la composición cultural de la música.
Corres
el peligro, en su estudio de quedarte en la dimensión puramente
estética de la música, juzgable por el placer auditivo que nos
provoca. Nos queda también el estudio epistemológico sobre los
sonidos, ritmos, instrumentos, voces y su resultad, su intención de
búsqueda y su fundamento en la utilización y cómo, de dichos
elementos.
Oyendo
música de los setenta entiendo y veo que destila esperanza, ilusión,
romanticismo e inocencia. Guitarras acústicas y voces tranquilas. Es
un nuevo comienzo de siglo tras los atropellos anteriores. Y tras
esto, el materialismo y la inconsciencia nos invaden y atrapan y los
ritmos sinsentido se imponen. El Barroco nos elevaba en la asumida
vida ante Dios mediante el virtuosismo y dentro de ritmos e
instrumentos y el Romanticismo daba el poderío de toda la
orquesta pues el hombre alcanzaba toda su dimensión. Muchos aspectos
se anclan allá donde se producen. Estudiémoslo, relacionémoslos y
hagamos un estudio intelectual y no sentimental.
No
ha aparecido cada época un nuevo el concepto de música, ni de
instrumento para producirla, ni la concepción rítmica. Lo ocurrido
es un cambio moral, llevando a uno estético y que arrastra a la
creación de música. En la actualidad la mentalidad ha cambiado
mucho respecto a la de los años setenta, la visión vital también y
como su consecuencia la concepción artística, musical y los
instrumentos utilizados para ello.
Veamos
que ritmos forman la tristeza, estudiemos que instrumentos dan
añoranza, digamos que voces reconforta y encajémoslo todo en un
momento histórico puntual y veamos por qué esto se busca.
Si
estudiamos el estereotipo del autor propio, la forma de su
música encaja totalmente con una actividad moral, ética, cívica y
demás propia y correspondiente a sus tiempos.
Entendamos
qué y cómo producen el cuanto de.
Tenemos
la creatividad encadenada a los tiempos en los que vivimos y somos
esclavos de nuestras circunstancias. Sino todoi al menos la
producción, pues en la totalidad personal aspiro a que las
superemos (siempre, claro, mirando a Ortega y Gaset)
HYLEMORFISMO
Cuando
pregunto por esta asunto en alguna conversación me encuentro, con
normalidad caras de sorpresa, bien por la temática o por el propio
interés de ella por alguno.
Y,
ante esto, dada la madurez social, en cuanto a la posibilidad de
expresarte, lo encuentro como resultado de una malformación de la
cultura imperante en el mundo occidental.
Cuando
me encuentro con una variación sentimental o un cambio anímico en
un corto espacio de tiempo sin más actividad que meditar, me
pregunto si una variación eléctrica o un campo electromagnético
pueden dar como resultado un asunto claramente espiritual
¿Qué
siente el fracaso?, ¿Qué siente el orgullo?, acaso ¿según la
forma geométrica de las interconexiones neuronales, en “U” o
“V”, provocan el sentir éxito o fracaso?
Se
me escapa por todos lados, sitios y lugares esta continuidad entre
mis neuronas y sentimientos, entre mi cuerpo y mi estado anímico.
El
Hylemorfismo cada vez cabe más en mi persona y me lleva a separar la
materia del espíritu o el cuerpo del alma.
Vuelvo
a entender que todas las personas tienen en algún momento dado este
pensamiento. El problema estriba en que es aceite en agua, el
introducir una reflexión sobre esta relación entre la materia y
nuestra persona. Es un movimiento intelectual totalmente extirpado de
nuestra actualidad, y si se trata tiene muy poco de objetividad en
sus conclusiones, sea por ética o religión y todos sus axiomas
puros.
Pienso
que debemos de ser consciente de su importancia y tratarlo
científicamente, es decir, separarlo totalmente de cualquier
valoración y realizando únicamente una investigación
fenomenológica.
Este
asunto es, sin duda, el elemento más importante en la definición
ontológica del ser humano.
Sus
consecuencias son definitorias y definitivas con respecto a nuestra
actuación necesaria y oportuna.
lunes, 23 de diciembre de 2013
PETRA Y EL PASADO
Y caminábamos juntos de la mano,
bajando por la pequeña costa que deslizante trascurre al ladito del
pequeño río, cuando Petra se giró bruscamente y me lo preguntó.
- ¿Por qué lo hiciste, Andrés?
Tanto mis pies como mi corazón se
pararon. La claridad de mis ojos y los objetos que tenía delante se
confundían con la nubosidad que escampaba mi pensamiento.
- ¿Y tú cómo lo sabes?
La contestación me era difícil de
encontrar pero la curiosidad por ver, cómo Petra, a la mujer que
tanto quería, habíase hecho con aquella información. No la quería
mezclar en aquellos asuntos que no sólo distanciabanos si se
supiesen, sino que además podrían ser peligrosos para ella.
- Andrés, llevamos ya varios años
juntos y aún hay ciertas cosas que yo desconoco de tu vida. Este
asunto no es un hecho descriptivo más de tu persona, sino un asunto
definitorio de ella y me creo con derecho a saberlo.
- Pero Petra, ¿será necesario que te
dé explicaciones de aquello que ya pasó?, ¿es que el presente de
nuestra relación necesita sujetar a un pasado ya acabado?
Llegamos a el pequeño laguito a donde
desembocaba el río, caprichoso, juguetón, limpio, cristalino y lleno
de vida. Yo me senté en la verde vera y Petra entre mis piernas.
- ¿Tampoco me vas a decir el por qué
del hecho?
- ¿Para qué?, fue un asunto
puramente personal. Si sacamos los acontecimientos de nuestra
realidad se deforman, pierden consistencia y se convierten en un
sinsentido en manos de los otros.
- Bueno, ya que veo que no quieres, yo
te diré el por qué. El por qué alude simplemente a la verdad y a
la relación sin escondites, ni cuevas negras de la información.
Al decir esto, se giró totalmente
hacia mi persona. Era realmente hermosa. Sus ojos negros como el
betún y sus labios de manzana, a pocos centímetros, eran realmente
bonitos, atractivos y atrayentes.
- Petra, ¿para qué mezclar la
felicidad con la verdad?, ¿te interesa mucho la verdad?, ¿quieres
buscar la razón de ser de todo hecho y acontecimiento?, ¿es que
tanto nos cuesta vivir el momento?
Se levantó de entre mis rodillas y
avanzó, quizás unos metros para coger alguna piedrecita y tirarla
hacia el lago. Lo hizo tres o cuatro veces y cada una de ellas,
volteaba su cabello, negro también, de un hombro al otro. A lo lejos
pasó un pequeño barco de vela que nos tuvo a los dos absortos
momentaneamente.
- ¿Ha sido tu hermana quien te lo ha
contado?
- No, ella no. Te sorprenderías mil
si te lo dijese quién lo hizo.
Mientras apoyaba mis codos el la
tierra y me tumbaba sobre ellos, mis ojos se quedaron detenidos sobre
las tranquilas aguas, pensando, asombrado por donde me vendría la
sorpresa. ¿Donde empieza mi vida y acaba la del otro o donde empieza
la del otro y acaba mi vida?. ¿Fue Antonio, Alfonso o Juan?, tres de
mis mejores amigos y alguien había contado algo que yo no quería
que se supiese?, si uno de los tres.
- Espero que al menos sólo te hayan
esbozado en un intento de hacer realidad lo que ellos nunca podrán contar como si lo fuera.
- Andrés, no creo que sea bueno
salirte tanto del camino marcado por todos ¿te crees con capacidad
para encontrar el camino tú solo?
- ¡ah!, ¿que tú crees que llevamos
el bueno?
Se calló, avanzó hacia mi, apoyo sus
manos en mis rodillas y comenzó a tararear una canción mientras
atrapaba mis manos, las estiraba, me levantaba y haciéndome gestos,
me arrastro con amor y de la cintura, hasta la orilla del lago.
- Sabes, Petra, yo te digo que aquello
no tiene ningún peso en mi conciencia ni será motivo de nada en le
futuro, así que dejemos que el tiempo se lleve todas las hojas del
pasado y que el agua arrastre hasta el mar del olvido todo aquello
que no nos valdrá allá, en el futuro.
- Se giró. Nos abrazamos. Nos besamos
y continuamos. ¿Por qué salir del engaño?, la vida, sueño es y
así quiero vivirla.
domingo, 22 de diciembre de 2013
EL VÉRTIGO
Cuando escribo desde la emoción
temática tiemblo al pensar que se lea desde una butaca en el teatro.
Mis sentimientos me llevan a creer que esbozo un espectáculo cuando
mi único objetivo es razonar y no hacer arte con mi opinión. De ahí
que cuando la temática me afecta y me influye sufro por el resultado
de escribir desde el corazón.
En el vértigo de la caída me
envuelvo en tantas ocasiones como cuando me levanto a trabajar o
siquiera, salir a la calle.
Vivimos navegando en el mar de las
prisas.
La caída desenfrenada hacia la
intranquilidad del espíritu es máxima.
Difícil, sino imposible, alcanzar un
lugar en los cuales el ritmo se disminuya y las conversaciones
cambien de tema, modos, formas y volúmenes.
Cuando soy consciente, ya estoy
corriendo por no llegar tarde a aquella cita y a su vez, voy
compitiendo contra mi sombra, entre los coches y con la moto, a ver
quien llega antes. La sombra me lo pone difícil pues ella no tiene
nada que romperse.
Y cuando paro, y me descanso, me doy
cuenta de lo huido que estoy de mi mismo.
Las prisas y presión nos deforma.
El horror del contacto superficial nos
inhumaniza.
Es un hecho totalmente admitido y
formador de la sociedad actual pero esto no significa, nunca, que sea
correcto.
Las prisas deforman la realidad y nos
hacen ser lo que no somos actualmente, es decir, pingüinos en la
selva tropical.
Es una de las podredumbres actuales.
Vivir a todo trapo, ansiedad,
maximización del movimiento y actividad, no parar y otras
expresiones similares que acompañan e ilustran este asunto, el de
desviarnos de nuestra realización por hacernos presos de nosotros
mismos con nuestras prisas.
Cierto es que se puede decidir
rápidamente por intuición. Esto es una actuación rápida del
pensamiento pero no por ello menos válida. El problema estriba en
que el enfrentarte a muchas decisiones propias del momento, aún
siendo intuitivas, producen una gran carga que descoloca a la
persona.
Demasiado fácil es que seamos
manejados por el sistema desde el momento en el cual las prisas, con
sus normas de funcionamiento, nos atrapan.
Y ahora quiero yo pensar sin máxima
prisa ni supuestos y axiomas impuesto y me resulta imposible.
No te desvíes de la normalidad, no
quites las manos del acelerador, piensa y actuá rápido y
triunfarás. Esto me exigen, esto te piden y seré devorado, como
otros más por las imposiciones actuales.
Cierto es que este escrito está
realizado bajo la presión de un momento de total aplicabilidad de la
reflexión, también es verdad que hay rincones donde esconderse de
esta ansiedad, pero la realidad es que estamos sometidos a unos
niveles de actividad, movimiento y presión que no son constructivos
ni buenos para las personas.
Cada vez vemos mucho más lejos y allá
perdida en la lejanía a nuestra esencia. Lo que estamos construyendo
o se cambia el diseño o puede ser nuestra tumba.
No quiero acabar así, pues no creo
que ésta llegue pues siempre, algo más o algo menos, habremos
algunos que disfrutemos con asuntos que requieran en principio una
calma y tranquilidad, sino espiritual, sí en el momento y modo de
pensar, como puede ser, leer y o escribir Filosofía, Historia y
ciencias.
sábado, 21 de diciembre de 2013
PASEANDO CON FREUD
Bajábamos renqueantes por una populosa, pero entonces vacía, calle del centro de Londres.
Era, yo, 20 años más joven que él, pero tuve la inmensa suerte de que le pudiese acompañar todas las tardes hacia su casa desde la biblioteca privada del club. Como todos los centro Europeos, iba bien vestido y sin ningún signo extravagante. Serio, quizás un tanto sobrio, caminaba y yo a su lado. Marchaba con la cabeza alta y sus ojos mirando al frente. No cabía ninguna duda en su mirada, a pesar de las espinas que tenían sus teorías.
- Pero, maestro,- le preguntaba mientras caminábamos, ¿cómo voy a ser consciente de algo que actúa sin que mi persona la capte?, ¿no es una pequeña imposibilidad?
Freud sonrió y me miro con compasión diciéndome
- Me gusta mucho ver que piensas, andrè y déjame que te diga que es ciertamente difícil, por no decirte, imposible, autodiagnosticarte, de ahí, que yo propongo a mis pacientes unos pequeños momentos de reflexión conjunta. Esto será llamado psicoanálisis y nos permite ver qué escondidos motivos te mueven. Ser espectador de uno mismo no es posible, pero de otros sí.
- Pero, es decir, ¿vivimos presos de unas experiencias pasadas?
- Sí, básicamente sí. Tenemos una libertad limitada pues está controlada por nuestro subconsciente.
Aquí continuamos andando.
Se encontraba muy lejos de su tierra Austriacas pues la tuvo que dejar y el subconsciente que tanto manejaba le hacia constantemente malas jugadas y se notaba en demasía hacia donde iban sus pensamientos y por donde andaban sus creencias.
Y seguimos hablando
- Si quiero que sea mi consciencia quien se imponga a este mar de sensaciones que actúan por la retaguardia y mal forman los caminos, ¿me podrá ser posible?, ¿podemos vencer e imponer a nuestro consciente?
Seguimos hablando tranquilamente pero sin pausa hasta llegar al café que se encontraba justo debajo de su
casa.
Era una pequeña calle peatonal, con unos ladrillos rojizos y pequeñitos en los muros de las casas contiguas, que le daban belleza y singularidad al lugar, situado, además en la zona centro de Londres cerquita del Támesis.
Entramos en el café continuando la charla en la misma barra del bar. Seguimos hablando de la psique, del pensamiento, del los impulsos escondidos, de las pasiones sexuales que nos definen y otras cuestiones, del misterio y la locura formadora de cada uno, de las que este hombre tanto sabia y ensañaba, mientras el camarero de susodicho café nos observaba y oía, mientras secaba algunos vasos, debido a que el local estaba vacío. Cuando menos me los esperaba, el barman, mirando fijamente a Freud, le pregunto
- Sir, ¿son tres partes formadoras o es una que mira a las otras dos?
Pausa hizo en sus palabras y quedándose mirandolo se cayó, pensó y dijo
- Tres partes formativas
El camarero se echó algo más atrás y aspirando suavemente le dijo al maestro Austriaco
-Sir, yo siento, y yo pienso tras sus palabras que tenemos dos elementos formadores. Uno, el león que nos forma, sea su subconsciente, conciente e inconsciente y un espíritu que lo observa y trata de corregir.
Tuvosé que sujetar las gafas con los dedos para evitar que se cayeran tras oír a aquel nuevo contertulio.
- Acláremelo más, también señor.
- Si, y con placer. Tenemos claramente dos niveles de existencia a nivel intelectual, y uno está, señor, bastante por encima del mundo físico que según me cuenta condiciona a posteriori todas nuestras decisiones. El término espíritu está tremendamente contaminado y es difícil de utilizar, pero podríamos hablar de un espíritu que observa nuestro pensamiento, que lo juzga, que trata de corregirlo, pero que en muchas ocasiones las conexiones de las ideas se imponen y le dejan en silencio y arrinconado.
La materia se impone, pero esto no es por necesidad. Tenemos una parte supramaterial que investigar.
Freud no había bajado ni un segundo sus ojos de los del camarero. Había seguido con signos de afirmación cada una de las ideas y tras permanecer cayado, mirándole al hombre de la barra, pregunto
- Y ¿tú sabes donde habita o se oculta este supuesto espíritu que observa a nuestro consciente y aparato psíquico viéndole tomar decisiones?
- Pues no.
Pagó de una manera un tanto descortés. Era un hombre rígido.
- Mira, Andrè, mucha sabiduría había en sus palabras, pero ¡no sabes en que lodos se va a meter si comienza a hablar de espíritus y realidades supramateriales!, ¡platón!, ¡santo tomas!, ¡hegel!
Ante esto, me envalentone
- No, Freud, no está realizando una cosmología omniabarcante. Entiendo que desde la pureza del pensamiento no científico, describe aquellos momentos en los cuales desde nuestro espíritu, como así lo ha llamado, tomamos unas decisiones, que serán desmentidas en aquel momento en que el consciente funcione, desde el apartar a este supuesto espíritu que calla ante la potencia del consciente, que es el prisionero de tu cuerpo.
Tras acabarnos el café entre más y más charlas, Freud cogió su sombrero y se encamino, despacito a su muy cercana casa.
Tanto él como yo, sabíamos el mundo del pensamiento y su amplia repercusión, que él había abierto con sus libros y estudios hablando y desarrollando esta construcción partida y esta existencia separada de nuestra propia persona.
De camino a mi casa la niebla subió por las veras del río e invadió todo mi paseo de vuelta.
jueves, 19 de diciembre de 2013
MI MORAL Y SUS PISTAS DE ESQUÍ
Asombrado, patidifuso y algo consternado me quedé cuando escuché el otro día, semejante barbaridad e irracionalidad.
No hay peor mal que el aceptado, que el tomado como normalidad.
Aquí, en España, esta tierra que tanto quiero, es, ahora, el reflejo de un hecho como tal.
Los políticos de la comunidad donde yo vivo, la Valenciana, se toman o cogen un mes de vacaciones en Navidad.
Asombrado y anonadado me encontraba, cuando los vi recogiendo sus enseres para irse de vacaciones el mes de Enero (a esquiar algunos).
Si estableciésemos una media de la dificultad del trabajo y su correspondientes vacaciones, estos afortunados engañados por su propio movimiento, estarían fuera de la media. Trabajan mucho menos y tienen muchas más vacaciones que la media.
Mi desidia de la denuncia ya me agota y quiero pensar que somos malos per natura y que el poder nos corrompe a todos los que allí estuviéramos, si no, ¡qué desfachatez y sinvergüenza le echan esta gente a la vida!
Pienso que no hay ninguna persona con nómina, es decir, como ellos, y que no sea dueño del negocio en si, que tenga tantas vacaciones (navidad, pascuas, verano, festivos y demás).
Tendrán, calculo yo, tres veces más vacaciones que el tete, es decir que yo, y además, y para mi cachondeo, pagadas con mis impuestos.
Pero el asunto de este escrito no es describir el problema, que todos conocemos y protestamos, sino que aún quejándonos, se ha asumido con una normalidad que la clase política, haga estas barbaridades.
Clase política pues están cerrando los margenes en su torno. Ni se entra ni se sale, sólo se regenera.
Pero, ¿qué hacer ante tanta desfachatez?, ¿quién quitará del poder a aquellos que lo tienen y, y fundamentalmente, se benefician?
En otros países de Europa se han visto protestas violentas del pueblo, pero ese no es camino y aquí en España no se hará.
Pero, y entonces, ¿cómo, el pueblo soberano, que somos todos y cada uno que les pagamos las cigalas, podemos evitar que obtengan y exhiban tantos privilegios?
Acciones violentas no creo que lleguen a estas tierras, por suerte y porque son inefectivas.
Si quieres cambiar algo en alguna parte, debes tener como condición primera y fundamental poder operar desde dentro del sistema u organización. Desde fuera, no tienes acceso a los pequeños mecanismos de cambio.
Entraríamos en un estudio de las relaciones de poderes, de la legislación y del control mutuo. Una autentica tómbola sin ningún tipo de buena intención al construir más que la mala intención de la lucha por el poder crónica.
Me queda y cabe esperar que esta conciencia del problema que yo escribo y que ya piensa todo el mundo, sea las aguas en las cuales se hará política en un futuro y se evitará ver como normalidad estas acciones.
la educación individual y moralidad social deben de actuar.
No estarán realizando ningún acto ilegal, ¡no!, ¡Dios!, ahora bien, la altura de moralidad no les llega a la altura de la suela del zapato cuando, haciéndolo tan mal como lo hacen, veamos que con el dinero que sacan de mis impuestos que pago trabajando el 24 de diciembre y el 1 de enero, se lo gasten los personajes yéndose a esquiar.
Me siento obligado y véame condicionado a hacer generalidades, a sabiendas de su injusticia.
miércoles, 18 de diciembre de 2013
NARRACIONES HIPERBÓLICAS
NARRACIONES
HIPERBÓLICAS
1.
CONVERSACIONES.
2.
BEBIENDO CON NIETZSCHE.
3.
KANT EN LA BIBLIOTECA
4.
SÓCRATES EN LOS ALBORES DE LA FILOSOFÍA.
5.
RENÈ Y EL POSADERO.
6.
LEIBNIZ EN LA VERA DE LA MONTAÑA.
7.
RAFAEL Y LA ESCUELA DE ATENAS.
8.
EL MONASTERIO Y LA RAZÓN.
9.
PASEANDO CON MARX.
10.
LA LIBERTAD EN EL CAFE.
CONVERSACIONES
Aristóteles,
a lo lejos, observaba a Galileo colocar las bolas en las rampas
dejándolas caer, recogiéndolas y tomando anotaciones preguntándose
cómo podía actuar así para comprender a la naturaleza y su
movimiento propio, mientras éste, galileo, volvía la cabeza atrás
y pensaba que cuanto talento se desperdiciaba por no tocar la
realidad material y estudiar sus mecanismos.
Al
verle, Galileo, dejó sus experimentos y se acercó a Aristóteles.
Los dos volvieron, andando el camino ya hecho, hablando, especulando,
dialogando, corrigiéndose y sobre todo, disfrutando mucho ambos.
Así,
Galileo golpeó iba goleando piedras con su pie por el camino hasta
que alzó la vista -Aristóteles era alto y delgado y él, Galileo
era bajito y corpulento y le dijo:
- Amigo,
padre de la ciencia, mente privilegiada, fíjate en la trayectoria y
la distancia ¡cambian con el golpe!
Aristóteles.
Subiendo las manos le dijo:
- Mi
más que amigo, genio incansable, monstruo de la física, observa
como todas las piedras caen igual, pues tienen un movimiento
propio por su naturaleza.
El
camino hacia la posada era largo y lo disfrutaban mucho conversando
desde sus antinomias.
Llegaron
al lugar, a la posada y se sentaron en la mesa central iluminada por
las enormes llamas de la chimenea.
El
pelo largo, flácido y blanco de Aristóteles le caía suavemente por
los hombros y con los antebrazos apoyados en la mesa y la túnica
sobre las rodillas, miraba y escuchaba con interés a Galileo, el
cual moviendo y trazado figuras con las manos y por el aire, se
tocaba los rizos de su cabello, casi rojos, que salían y escapaban
hacia todos los lugares.
- Aristóteles,
compañero, concéntrate en lo que te cuento y es que
independientemente del peso ¡caían igual! Pruébalo y veras, ¡pon
las bolas en las rampas!
- Galileo,
maestro, no toques a la naturaleza para comprenderla, es su
esencia lo que impera, así, tú y yo, en esta mesa y observando por
la ventana, utilizando nuestra razón podríamos explicarlo todo.
Entonces,
y a la par de sus comentarios, unas risas se hicieron audibles.
Venían de otro caballero, cubierto, en la mesa de al lado.
- Buen
comentario, dijo.
Y
galileo comentó
- Venga
a dialogar con nosotros, señor.
Ésta
se quitó la capa y los dos se quedaron desconcertados al ver que el
vestido de un hombre escondía el cuerpo de una bella mujer. Vestía
una ligera, blanca y ceñida camisa a la altura de la cintura con
unos pantalones rectos de hombre.
Siguieron
hablando, haciendo ciencia, discutiendo sobre la naturaleza, los
experimentos, la observación, todo siguió igual menos la mirada,
que cambió de tono y lugar. Llegaron las sonrisas y se acabaron los
vasos de vino.
En
la barra habían dos personas más, ocultas, discretas y observando
la escena.
- ¡Oh,oh!,
sólo la voluntad les sacara del placer físico y los conducirá
correctamente, dijo Zenón.
- ¿Qué?,
la voluntad ¿de qué?, sonrió Nietzsche mientras le contestaba.
BEBIENDO
CON NIETZSCHE
Perdido
entre las sombras y claroscuros de su bigote, me sentía subyugado
por su mirada la cual se movía entre la clarividencia y la locura.
Con
sus gestos y palabras denotaba que lo suyo no era una lucha solamente
teórica, sino personal y vital también.
Subidos
en el viaje a través de la historia me relataba, con fuertes
aspavientos la máxima cobardía que habíamos demostrado, todos y
cada uno de nosotros en su desarrollo.
-
Y esto ha de acabarse – concluyó
-
Sí – Maestro le dije, pero ¿cómo vamos a huir de nuestra
pequeñez e irresolutivilidad ante su falta de sentido de los
problemas diarios?
Se
giró bruscamente y pidió dos cervezas en la vieja taberna camino
del viaje a este hospital en las montañas Austriacas para consolar
su dolor crónico de la cabeza. La cerveza no se lo aumentaba, le
sedaba en su dolor.
-
El día – dijo casi gritando, que aceptemos con fuerza y valor
nuestra potencia como individuos, nuestra facultad para vivir sin
estar sumisos nada mas que al límite impuesto por nuestra
naturaleza. Impongamos nuestra potente individualidad frente a esta
vida, poblada de Dioses que nos acobarda.
-
Maestro – le repetía, usted es un hombre fuerte, pero ¿y los
demás, qué hacemos?
-
Huir de vuestros progenitores y la mentira en la que nos hemos
educado. Comenzar desde el principio, partir de cero, ¡olvida tus
enseñanzas e imponte a la vida!
Ciertamente
éste era el tercer viaje al refugio y balneario acuífero donde
íbamos para su cura y a mi me permitió acompañarle en un par de
ellas. Cada vez lo encontraba mas huraño, introvertido, encerrado en
sus ideas, pero también más seguro de ellas y con más riqueza para
justificarlas y exponerlas.
-
A gente como tu – me señaló con el dedo, os han utilizado los
poderes fácticos e interesados que haciendo alusión a vuestra
capacidad explicativa y aludiendo a Dioses o similares, os han
convertido en esclavos, ¡lucha por tu libertad!
Tras
leer a otros autores cohetaneos suyos, pude apreciar que la filosofía
de Nietszche se hacía Antropológica, alejándose de otros y
comenzaba a hablar de las personas como centro de reflexión. Aquí
me hizo una norma directa a mi comportamiento y no una reflexión de
la estructura del cosmos a mi relación con este.
-
Qué me dice – mi cara cambió de aspecto, así como mi tono, tengo
derecho a luchar por mis convicciones
-
No Andrés, vas a pernoctar en la irrealización propia del ser
humano que ha perdido su capacidad de satisfacerse como tal, viviendo
en el engaño impuesto.
Mi
cerveza cayó en una panzada. Asustado me dejó aquella afirmación.
¿No iría mejor mi vida si aceptara con toda su intensidad las
dimensiones reales de la vida y no me fuera a buscarla allá donde no
está?
-
Yo me realizo, -le inquirí, cuando hago el bien hacia la gente que
me rodea.
Su
bigote se lleno de espuma cuando solo tal carcajada que lleno la
barra de cerveza
-
¿El bien?, y ¿de que bien me hablas?
-
Hombre, pues aquel que todos conocemos, ¿no?
-
Pues no, joven, no. El bien es una palabra vaciá de contenido y sólo
hace referencia a los intereses o creencias, de algunos, dentro de
su pequeñez.
-
Pero, entonces ¿qué salida nos queda?
-
Aceptarnos tal y como somos y no tratar de huir de lo que tenemos.
Se
acabó la cerveza y apoyándose en mi hombro, comenzamos a salir de
aquella vieja taberna camino del balneario.
Me
habló de lo que admiraba a la figura de Jesús el Nazareno, por su
capacidad a luchar ante las leyes y valores impuestos en su pueblo,
de la cobardía del pueblo en la edad media europeo y otras
cuestiones en el camino hacia habitación. Era un hombre
entretenidamente intenso, dogmático, enajenado e incomprendido.
Tenía la costumbre de hablar de lo que ya no se hablaba.
En
la oscuridad de la noche, sólo alterada por unos somnolientos
rayitos de luz de la luna, vi, como su figura, un tanto encordaba de
sus horas de soledad con los codos encima de la mesa, se
alejaba
suspirando relatar todas las verdades que creía que ya tenía.
-
Buenas noches, Maestro – le grité, y con un además de la mano se
despidió de mi.
KANT
EN LA BIBLIOTECA
Venia
de París y aquellos primeros meses de tranquilidad y sosiego
en Konigsberg, ya comenzaban a poder conmigo.
Pasaba
la mayor parte del tiempo estudiando y trabajando en la gran
biblioteca
de
la ciudad. Frio y silencio. Fui al lugar en la búsqueda del libro,
Historia de Inglaterra, de David Hume para estudiar el abandono y
vuelta a Inglaterra, de ellos y de la Normandia, editado unos
pocos años antes, en 1754 y en el continente apenas había unos
pocos ejemplares. Éste, precioso, papel de trigo, piel de cabra y
cosido con barbas de ballena.
En
los tres meses que llevaba allí , en visita familiar, siempre
había encontrado a la misma persona sentada en el angulo
final de la corta mesa rectangular de aquel primer piso, de
negro, con chaqueta corta y camisa blanca con pequeños ornamentos
al final de las mangas.
Al
segundo mes fui acercándome fruto de mi curiosidad por los
momentos de abstracción que parecía sufrir mirando objetos
pequeños en encima de la mesa.
Aquella
mañana sentado casi a su lado comenzamos a dialogar
Coloco
su plumón con el que escribía entre el y yo diciéndome con mucha
calma y tranquilidad
-
Señor cual es su nombre y si me permite dirigirme a Usted.
Sorprendido
le conteste
-
Por supuesto, mi nombre es André
Pues
bien, caballero, mi nombre es Inmanuel y me gustaría preguntarle una
cuestión
-
On-i-va, caballer
-
¿ Ve Usted el plumón?
-
Perfectameau
-
Es marrón, de madera y está aquí y ahora, ¿no?
-Si,
señor pero hágame, mon Dieu, preguntas mas complicadas
Sonrió
con una sonrisa afable y calmosa a la par que levantaba el objeto lo
observaba y decía
-
No encuentro, por más que lo mire, las características del
aquí y ahora.
Yo
me quedé extrañado y él, todavía sonriendo volvió la cabeza a
sus libros
Ya
cerrada la biblioteca y volviendo paseando a casa de mi familiares me
andaba preguntando que me quiso decir aquel hombre. Cierto era que
esas dos últimas cualidades no estaban en el objeto que el me
enseñó, pero, donde sino, pues son la cosas
las que están en el espacio y tiempo ¿no? Decidí volver
urgentemente mañana a preguntárselo.
Sí,
allí estaba. Escribiendo con calma y delicadeza, tal y como la había
visto desde que llegué. Iniciamos la conversación con otros
motivos hasta que mi interés se hizo inllevable y le dije
-
Pero, entonces, dígame, ¿donde están el espacio y el tiempo?
lentamente se aproximo los dedos indices de ambas manos a los lados
de su cabeza y me dijo
-
Aquí
-
Inmanuel, son características del mundo y no de su persona
-
No, André, no , el arriba y abajo, el delante y detrás, no son más
que modos de ordenar el mundo, que nosotros le damos a éste. El aquí
y el ahora los ponemos nosotros, se acabó el mundo circundante que
nos trae la información, vamos a darnos cuenta que nosotros la
construimos y que trabajamos con aquello que hemos formado en nuestra
mente
Tras
esta galopada de información, me hizo la última y me dijo
-
Ya me dijo que el plumón era marrón ¿no?
Si
le contesté asustado
-
¿Y como sabe Usted, mi ya amigo Parisino, que estamos viendo lo
mismo ?
Ya
no lo vi más, pues al día siguiente comencé, mi viaje de regreso.
Mi mundo había cambiado pues vi, con toda claridad que era mi mente
la que lo formaba. Era ella quien ordenaba y trabajaba con todo
aquello que mis ojos veían. Ya no vemos el mundo, si no que el
mundo es visto por nosotros. Lo que antes era sujeto se me convirtió
rápidamente en agente.
La
verde vera que acompañaba el tranquilo discurrir del Sena, no me
apartaba ni un segundo de los altos arcos de aquella oscura y
fría biblioteca.
SOCRATES
EN LOS ALBORES DE LA FILOSOFÍA
Venía
de las tierras de mis padres situadas a poca distancia de Atenas. Aun
siendo un hombre, tenía 30 años, todavía no había podido degustar
la exquisitez del Partenón construido por nuestro gran gobernante
Pericles. Me habían comentado que debía de ir a verlo.
Aquella
día por la mañana me había paseado por la belleza, deambulando
entre la perfecta armonía y simetría reflejadas en las columnas de
la construcción. El cambio angular me ofrecía la verticalidad en
todos los lugares que mirase. Era bello y la serenidad de su
proporcionalidad perfecta me llegó y me llenó todo mi espíritu.
En
ese mismo día por la tarde, salí a pasear con la intención de ver
todas las construcciones desde las perspectiva de la distancia.
Y,
entonces fue cuando me encontré con aquel pequeño grupo de personas
que rodeaban a un hombre mayor, ya anciano, pero robusto y con una
gran luminosidad en la mirada hablando con fuertes pero cortos
movimientos de sus manos. La curiosidad me llevo a su cercanía.
Este
hombre estaba dialogando con un grupo de jóvenes. Puse mi sentido a
su merced.
- ¿Dónde
encontraremos, entonces, la justicia de este acto?-les pregunto.
Un
jovencito levanto la mano. Tenía aspecto de aguerrido, bravo,
curioso pero
con
calma y naturalidad le dijo
- Quizás
en las leyes que nuestro gran gobernante Pericles ha dado a esta
ciudad, tu Atenas.
- ¡oh!,
mi joven y válido Jenofonte, y yo te sigo preguntando ¿me
hablas de un acto o de la justicia?
El
joven permaneció dubitativo y mudo.
Un
hombre joven sonrió a Jenofonte, en reflejo de su ya amistad
al compás que
levantaba
su mano.
-
Dime, Platón, dime, háblame desde los ya muchos años que estamos
juntos recorriendo las colinas circundantes de Atenas
- Y
yo le digo, Maestro, ¿no estará fuera de este mundo que nos rodea,
de formas concretas e inexactas, teniendo una existencia real?
- ¿Me
hablas de ese triangulo perfecto sobre el que Tales habló, y midió
con toda la exactitud posible las pirámides de las columnas de las
tierras del nilo?
- Si
maestro, de ellas te hablo.
- ¿Y
que relación le asignas con la realidad?, ¿es ésta copia de
aquellas?
- ¡Si,
maestro, si!, ¡coloquémoslas en un mundo que huya de las
imperfecciones!
Pensativo
y sereno se le quedó mirando.
Energético
y respetuoso le contesto
- Si,
bien, pero quiero que me hables de la justicia y no de matemáticas
ni geometría que se nos escapan de nuestras manos. Quiero que
definamos la justicia como medio y camino para llegar a construir una
comunidad con
Comunidad
correcta. Quiero huir de los actos con contenido pero vacíos
de significados que
los bien llamados sofistas tratan de imponer en este mundo buscando
la utilidad de las leyes, nomas. Así pues ¿la justicia se encuentra
en las enseñanzas prácticas y formales de estos maestros que les
dan a la juventud de nuestra ciudad para que se muevan después en
ella?
Impresionado
me tenía su conversación.
Fijaba
mi atención en cada uno de los pensadores hasta que volteé,
pensativo mi cabeza, y vi a un elegante hombre, con una hermosa
túnica tejida con delicadas telas apoyado con su mano izquierda en
un gran pino mediterráneo y observando plácidamente la
conversación. Sócrates fue, entonces también consciente de su
presencia y exclamo
-
¡Protágoras!, ¿qué nos trae el placer
de verte?
- ¡Sócrates,
amigo!, no el placer de escucharte, que siempre lo es. Estaba
meditando en el orden jurídico que aplicar en función del bien y
del mal a ésta, nuestra gran ciudad. ¡oh!, amigo ¿cuándo dejarás
de huir hacia la nada?, ¿cuándo concretarás tus pensamiento en la
utilidad y practicidad de ellos?
- Amigo
también me complace oírte,
pero sabes que no estoy de acuerdo en la simple construcción de
elementos prácticos de funcionamiento y pienso que debemos encontrar
la esencia de estos elementos que superen la propia construcción de
esta ciudad.
- Adiamanto
ya te habló, Sócrates, de las diferentes
Justicias que nos encontramos en este mundo.
- Sí
Protagoras, sí, le respeto y mucho, como a todo aquel que piensa
pero como ya te dije, debemos de buscar verdades fuera de las
circunstancias propias y que tengan una generalidad. conocimientos
que ya están ahí, circulando en nuestro espíritu y conocimiento.
En
aquel momento, y con cara de atención, emoción, concentración e
interés, el joven, de anchas espaldas, Platón, interrumpió la
conversación dijo:
- Encontremos
estas ideas inmutables, huyamos con la inteligencia, dejemos los
sentidos y entremos en el mundo de las perfecciones intemporales que
nos llevarán al estado social y mundo perfecto.
Sin
aliento se quedó tras realizar estas afirmaciones, mientras los dos
sabios mayores se miraban entre los dos ¿admiración, extrañeza,
distancia, afinidad? Leí en sus miradas.
Volví
hacia casa, había sido un día realmente espectacular.
El
sol se escondía en el horizonte allá a lo lejos en el mar
donde en sus limbos acaba el mundo. Su luz se reflejaba tranquilidad.
En
el carro que avanzaba lento, tras estar en situaciones como estas
comprendí porqué el centro del mundo y el futuro estaba aquí.
Rodeado
de olivos e mis tierras, vi a lo lejos a mi madres que salía a
recogerme.
RENÈ
Y EL POSADERO
Tenia
que pulir toda a madera.
Muchos
robles de Prusia me trajeron para construir mi magnifica posada en el
camino a París. Contrataría a varios campesinos a que la
dejaran como la seda. A los señoritos y señoritas de la alta
nobleza y otros potentados así les gustaba.
Tenía
un amplio espacio para sus lujosas carrozas y unos grandes establos
para todas sus caballerías. El interior de humo de sus pipas y los
hedores y efluvios de los grandes vinos Franceses y Españoles que
les ofrecía habían ennegrecido lasa placas de la noble
madera.
Sumido
en estos pensamientos entro un hombre alto, espigado joven y elegante
a mi local. Se aproximo a la barra, y muy cordialmente me pidió un
vino tinto - un gran vaso, añadió. Se lo serví. No era tonto, ni
mucho menos, pues antes de hablar ya vi como le brillaba la mirada.
Se giro y se quedo contemplando el espectáculo de todas las señoras
y señores con sus grandes traje barrocos de la alta nobleza que en
aquel 1630 se llevaban en toda Francia.
Así
pues, yo continué mi trabajo pasando el vino tinto de un gran bidón
de roble, igual que la madera de mi posada, pues quería que
fuese la mejor, a unas copos de cristal Veneciano que tanto me
habían costado.
Al
momento se giró y me miro y sin postulados me dijo
-
¿Y no será que van todas desnudas y con los lacítos en sus
muslos?
-
¡No,señor, no en mi posada, no¡ aun siendo de la alta nobleza no
les hubiera permitido entrar así -ya no me gustó nada su
comentario.
-
Bien, bien, no se enfade, pero ya le digo que a veces los sentido nos
engañan, y no es lo, que creemos que vemos, venga, póngame
otro vaso de vino.
Me
giré y me fui directamente hacia el bidón del vino y un tanto
tembloroso y volví con éste.
-
Ummmm, bueno, si señor, ¿cuantos llevamos?
-
Dos señor, le contesté. Por su vestimenta, sus maneras, su
vocabulario y educación allí permanecía escuchando sus tonterías
inmensas, sino le hubiera dado la espalda ya.
-
¿Seguro?
-
Si, Señor, tengo la fortuna de que instruyeron en la aritmética, mi
padre, para llevar los negocios.
-
No me mire así, posadero, ni va a ser Usted ni el último ni
el primero a quien la razón engañe
Tantas
dudas y preguntas me estaban incordiando. Pero ¿qué tenía en su
cabeza este caballero?, ¿en qué estaba pensando?, ¿a donde
quería llegar dudando de todo lo que le rodeaba?
En
el otro lado del recinto vio a un conocido al que se acercó a
saludar .
Yo,
un tanto aliviado me apresuré a preguntar a los demás clientes si
querían algo más. Volví a la barra y aun estuve un largo rato
observando la curvatura del humo que enhalaban las pipas de las
hierbas asiática recién traídas para ellos y su tabaco hasta que
el caballero volvió. Y directamente me dijo:
-
Mi nombre es Rene, Rene Descartes y ¿el suyo?
-
Andrè Señor.
-
¿Ha dormido bien esta noche? y ¿ya se a despertado? -aquello
ya fue demasiado, apoyé mi cabeza entre mis manos le dije:
-
Señor, señor, por favor ¿dónde quiere usted llegar?, tengo muchos
clientes que atender:
-
Déjeme que le diga que no hay diferencia alguna entre la sensación
de realidad de esta situación y la de los suenos
que haya tenido esta noche. Piénselo, piénselo
-
Rene, me dijo. A la iglesia voy todos los domingos a pedirle a
nuestro Dios que me de claridad en mis pensamientos y acciones
y me permita llevar bien mis negocios y mantener a mi familia.
Nuestro Dios no permitiría estos engaños.
Me
miró profundamente, la palabra estaba en su boca, la expresión en
sus ojos y la continuidad en el puno apretado encima de la barra. Se
acercó por encima de la barra a mis orejas y me dijo en voz baja
-
Y si este Dios quiere engañarte también, ¿a donde se nos va la
verdad?
Me
separé de él. Eso era un sacrilegio. Por decirlo te mandan a la
hoguera pero por escucharlo también. Mi destino ya estaba
determinado en el caso en que nos hubieran oído, así que seguí la
conversación y le dije
-
¿Donde quiere llegar Rene?
-
A dudar de todo y buscar una verdad total y, en el caso que la haya,
estudiar su forma. Que si los sentidos, que si mi razón, que si mis
sueños, que si un Dios maligno !qué hay de lo que no pueda tener
ninguna duda¡
Se
retiro unos pasos hacia atrás y me observaba fijamente desde la
distancia. Los dos pensábamos. Bueno él no sé, pero yo si y como
tal se lo dije
-
Mi extraño intelectual, mi educado burgués, mi culto y sabio
cosmopolita Parisino. Mirándolo y pensándolo estoy, y esto no me lo
niegue señor, no me lo niegue. No le puedo contestar a todas sus
dudas pero que estoy pensando en ellas y ahora, no.
Sus
ojos se abrieron tal y cual los platos de mi cocina, las manos las
subió a a cabeza y las apretó contra esta y abrió la boca sin
emitir ruido alguno. Yo continué y le dije
-
Señor he de mantener a mi familia, somos humildes, por favor no
cuente a nadie mis palabras, ni las suyas en esta conversación. Me
hacia gestos afirmativos con su cabeza pero no estaba allí. Saco
muchas mas monedas de las que me debía las dejo delicadamente
en la barra
-
No se preocupe, mi ya sabio amigo, solo comentaré el vino exquisito
que usted tiene aquí y recuerde Cogito ergo sum gracias, gracias
exclamo. Sabe, sin dudarlo, que está porque piensa, ¿no?
-Bueno
no lo quise decir así. Señor, no tengo su formación, no le
entiendo totalmente. No tengo su sabiduría, pero sí, eso es.
-
Andrè, la formación te puede ayudar a comprender, pero la sabiduría
se alcanza observando.
Me
sonrió muy amistósamente, se acabo de un trago el vaso de vino y
salió con la cabeza bien alta por el pasillo central. y dos
veces se giro señalándome con el dedo. Extraña persona, aun tengo
curiosidad. Ocupando mi tiempo, rodeado del roble envejecido, a pulir
en las paredes y a cuidar así también en los bidones para que mezan
a mis vinos, me preguntaba que haba sido de él. Rene Descartes que
me dijo Cogito ergo sum. Aun sigo sin saber, ya muchos años después
que significaba.
LIEBNIZ
EN LA VERA DE LA MONTAÑA
Andaba
con la cabeza baja recorriendo con la mirada las piedras que
encontaba en su camino. Escuchaba con interés al maestro pero no
creía sus palabras
-
Pero señor, qué me dice usted, de verdad piensa que vivimos
en el mejor mundo posible?
Liebniz
apenas levantó la cabeza. Era un hombre agradable, relajado,
tranquilo.
Decía que para pensar bien había que hacerlo despacito y vivir, en
consonancia también. la
vida le había llevado por toda Europa, dándole pensamientos y
alejándole de posturas que no quería procesar.
-
Entonces, Andrés, me dices que tu crees en un mundo que fuese mejor
que el que tenemos?
-
Sí, contesté rápidamente.
-
Como cual -insistió.
-
Uno en el que no existiera la muerte.
-
Entonces qué sentido tendría vivir
-
Bueno, pues qué el mal no estuviese en nuestra cabeza.
-
Entonces tampoco existiría el bien, pues la opción del mal habría
sido totalmente descartada.
Sí,
entendía su razonamiento pero me seguía hundiendo en la
incomprensión. Se paró y comenzó a dibujar unos puntos en la
tierra, repartidos totalmente al azar. Se inclinó, y con pausa se
acerco a mis oídos y me dijo
-
hay algún orden con lo que lo he realiza?
-
No - le dije, los has marcado como has querido.
Al
contestarle esto, me apartó de los puntos, dibujó sobre ellos un
eje de coordenadas, se giró y me dijo
-
Baja al rio y refréscate con calma y luego vuelves con despacito.
Cuando
comencé irme, vi como se separaba unos metros, se sentaba en un
viejo tronco y con la cabeza entre sus manos hundía la mirada en el
dibujo.
En
el momento de mi vuelta estaba en la misma posición, me volcó la
mirada y me dijo
-
Si sacamos una integral dentro de las funciones elevada a la potencia
misma del punto anterior encontraremos la posición exacta del
próximo número. Estas operaciones, esta formula que te he contado
es la mejor manera de relacionar todos los puntos. Es una ecuación
y sus condicionantes que lo consiguen darle orden y razón.
Entendí el motivo pero necesitaba preguntarle.
-
Y esto que tiene que ver con la necesidad de la vida?
-
Andrés, cambia cada punto por un hecho, sea cual fuere en el mundo,
busca una ecuación que los conecte todos de la mejor manera posible
y tendrás a la vida construida.
-Y
la libertad?
-
La libertad,querido y joven amigo, es lo que hace posible y necesaria
la ecuación, pues le da una razón de estar allí a cada uno
de esos puntos. Vivimos en la mejor posibilidad de existencia.
Ciertamente
no acabé muy convencido. Que me dijese que este mundo era la mejor
combinación que Dios pudo hacer, me constaba entender .
Nos
despedimos en la cumbre de la montañita, pues su casa y la de mis
padres estaban cada una a una vera. Lo vi alejarse, despacito,
tranquilo, sosegado. Me había quedado impresionado de su capacidad
para relacionar entre ecuaciones, integrales y geometría todos los
puntos constitutivos, pero que lo que entendemos como vida sea esta
mejor realización entre todos los componentes que conocemos y que si
cambiasemos alguna variable la vida no sería posible como tal, no
acabó de convencerme. Imagino que fue porqué nunca quise encontrar
un orden geométrica de la realidad.
RAFAEL
Y LA ESCUELA DE ATENAS
Mañana
partía Aristóteles a las tierras de Macedonia, allá donde nació y
vivía su familia. Se iba a comenzar la educación del hijo de Filipo
II, Rey con ansias de reorganizar todo el mar Egéo y sus
alrededores.
Salían
paseando los dos, Platón y Aristóteles bajo el arco de la puerta
principal.
Platón
ya acusaba, al menos en la manera de actuar sus años de cercanía a
la vejez. Caminaba despacio, con su alma tranquila también, y
quizás un tanto encorvado. Tenía la vista fija en Aristóteles, más
alto y enérgico, el cual hablaba con mucha potencia pero con mucha
compostura y formalidad.
-
Platón, Maestro, ¿donde situaremos a los supuestos universales que
nos dan inteligibilidad a las cosas?, ¿donde colocaremos estos
referentes que nos has enseñado y que dan validez y entidad a las
imperfecciones terrestres?, ¿donde?
-
Aristóteles, mi alumno, no trates de limitar la realidad a este
mundo material que te rodea y ves más allá. Tenemos una referencia
y estas ideas referentes son realidades también. La situabilidad
espacio-temporal es una imposición de las ciencias prácticas y no
de la verdad.
Aristóteles
quedó cabizbajo pensando y calibrando sus palabras. Sabía que era
su último día en compañía de aquel hombre sabio y decidió dejar
el tema que tanto les había producido disconformidad en estos
últimos años.
-
Aristóteles, yo quiero pasar el resto de la vida que me queda aquí,
en Atenas, la ciudad que me ha visto nacer y espero que me deje morir
en ella, pero ¿y tú?, ¿qué piensas hacer?
-
Mire, Maestro, me llaman de mis tierras. Me voy a educar, al que
será, más tarde o temprano el heredero de una gran fuerza.
Alejandro tendrá mucho poder y tengo esperanzas en darle una buena
educación.
-
Ahh!, amigo, veo que ahí si que has aprendido y asumido mi
educación. Todo se educa y aprende. la comprensión de la realidad,
valores, conocimientos, posibilidades y fundamentos, nacen con los
individuos pero bajo una capa de lodo y barro cogido del suelo de la
materia allá cuando naces. hay que limpiar estas fronteras y con la
educación obtener a los ciudadanos que son, todos, los bien
educados. La polis, la ciudad, es el estado y aquí hay que preparar
a las personas para que vivan en este.
-
Sí, sabes que sí, que me encuentro totalmente de acuerdo con Usted
en que la educación es la base para toda construcción social, pues
cada uno tenemos unas características determinadas, unos límites
naturales y unas posibilidades esenciales y esto hay que
sacarlo a flote con la educación. Eduquemos en la convivencia
social.
Apenas
tres metros por detrás caminaba un esclavo Dórico, Espartano que
hablaba perfectamente griego y su madre fue Jónica del Asia menor y
le había criado en esta lengua.
Y
entre sus pensamientos meditaba - qué perdidos están estos dos
hablando de elementos que no existen, que no son. Mi padre les
hubiera mostrado lo que lleva al mundo adelante. Esto no fue jamás
la educación, sino la disciplina. la realización correcta de las
acciones no implica la comprensión de ellas para su realización,
sino el respeto que habrá que tener a las leyes que dirigen la Polis
o imperio. Abandonar la idea de la educación como piedra angular y
elemento conformante de la convivencia social y buscar más la
disciplina.
Los
tres continuaron andando por la colina hacia el puerto.
Durante
un largo tiempo allí estuvieron hablando cara a car el maestro y el
alumno a sabiendas que éste seria el ultimo momento y aquella la
última relación que probablemente iba a tener.
-
Espero que sepas dejar tu saber científico a un lado y mires más
las inquietudes tanto sociales como personales de los ciudadanos.
-
Lo intentaré, Maestro, casi tengo acabada una teorías social que
voy a pasar a los copistas. Señor, Usted me abrió los ojos y me
hizo pasar de las individualidades efímeras y alzó mi vista hacia
estas características compartidas y universales.
Se
rieron quizás un rato más hasta que se dieron un fuerte abrazo, con
sinceridad y respeto.
Tristes
se separaron. Aristotelismo menos, pues una nueva aventura comenzaba,
Platón más, pues su alumno más brillante se iba.
Tras
la última mirada iniciaron caminos diferentes.
-
Amo -dijo el esclavo, ¿por qué buscan hallar estas
universalidades?,¿la existencia de la entidad universal, no puede
ser consecuencia de nuestra potencialidad de encontrar un canon
similar de semejanza, creado por nosotros nomas para entendernos y
hablar?
Se
paró, se giró y miró fijamente al porteador y le dijo
-
¿tu padre y madre fueron Jónico y Dórico?,¿no?
-
Si.
-
Se te nota en el comentario, esta noche te lo explico. El saber no
tiene fronteras ni ningún tipo de impedimento para compartirlo.
Oscuro
estaba cuando llegaron a casa, cenaron cada uno donde le correspondía
y poco después, mientras el esclavo les daba follaje a la
caballería, Platón continuó escribiendo.
EL
MONASTERIO Y LA RAZÓN
Aquel
monasterio estaba a punto de derruirse.
Tenía
sólo 500 años, pero había sido quemado y saqueado en varias
ocasiones durante aquel último siglo.
Era
un viejo Franciscano, viviendo en la pobreza por voluntad y por
hecho, el que estaba dentro de la ya maltrecha y pequeña librería
donde y a plena fuerza de sus ojos, pues apenas habían unas velas
alumbrando todo el recinto, desmenuzaba los muy pocos papiros que
allí le quedaban. Se había prometido llegar a Dios desde su razón.
Había estudiado a ciencia cierta y mucho esfuerzo e interés a Santo
Tomas, el gran padre de la escolástica y los caminos para justificar
a Dios con la razón. No quería seguir a Santo Tomas porqué creía
de él que había utilizado demasiado la teoría Aristotélica y la
búsqueda de Dios de una manera racional en su creación, debía de
ser reflejada en muchos aspectos.
Era
por la mañana cuando sonó la campana del viejo edificio. Marcos
llevaba ya despierto desde la salida del sol siempre. Casi no tenía
necesidades y el pueblo de abajo, con unas ceremonias religiosas, la
proporcionaba un mínimo sustento, de aquí que su relación con el
exterior fuera prácticamente nula. Desde el patio interior, del
pasillo de la oración bajo a la corroída puerta principal a abrir
al visitante. Cuando abrió, su sorpresa fue relativamente
grande.
Marcos
vivía en el centro Europeo en el cual estaban viviendo plenamente la
edad media alta. Comunicación nula, teocracia e inseguridad. Las
visitas eran, en muchas ocasiones, malas. Pero le abrió. Era joven,
burgués, con un sirviente y dos buenos caballos. Así pues y sin más
le dijo.
-
Señor, me perdí ayer en el camino hacia Austria y ya se nos ha
hecho tarde y necesitamos descansar y nos gustaría hacerlo detrás
de la protección de los muros de tu monasterio, a cambio de un
dinero.
Marcos
sonrió, le invitó a pasar y les dijo:
-
Afortunadamente para todos, los franciscanos no cobramos por nada.
Aquella
noche sí que trajo algo especial. Los visitantes llevaban buenas
provisiones, de las que, con mucha moderación como con todo, Marcos
disfruto desde su voluntaria abstinencia diaria. Tras la cena,
Marcos, como buen Franciscano, les invitó a rezar con él, en la
pequeña ermita del patio central.
-
Señor, le dijo, este hombre joven, mis maneras religiosas no tendrán
nada que ver con las suyas. He visto los rollos y papiros de Santo
Tomas repartidos por las mesas y respetando mucho a ese gran pensador
discrepo en su elemento principal.
Marcos
llevaba unos quince años estudiando, comprendiendo, trabajando los
principios de Santo tomas y su posible bifurcación en otro campo más
lejano a Platón. Su sorpresa fue alta, pues a su abandonado
monasterio de aquellos únicos visitantes anuales, uno era aquel.
-
Y ¿cómo sabe nuestra disconformidad, Señor?
-
Porqué Usted trata de confirmar la existencia de Dios utilizando la
razón. Demostrar y justificar.
-
Enfrentado a Usted, me dice, vale, es que ¿usted que cree?
-
Yo creo en el mismo Dios que usted, pero yo sólo puedo llegar a
través de la fe. No tratemos de justificar ciertos elementos con la
razón pues con ella no tienen ningún sentido. Ciertos dogmas y
premisas religiosas son injustificables por la razón. Somos
demasiado pequeños para explicar la universalidad e infinitud.
-
Y digo yo ¿tiene miedo a definir el bien o el mal por el miedo a
sentirse mal calificado y lejos de lo que quería estar?
-
Ah, no, Marcos, y empezaré diciéndote que el bien y el mal son dos
características que Dios ha querido dar a unos elementos. Que son
dos palabras vacías de contenido significativo. Son dos conceptos
invisibles que Dios lleno de conceptos. las palabras no son nada, los
conceptos se nos vacían de contenidos y se quedan en nomas que
referentes.
-
Mi Dios si que tiene referente y sentido y tiene mucha racionabilidad
todo lo que Él nos dijo - le contestó ya con cierta molestia
-
Le respeto mucho y alago se pobreza de espíritu y la ayuda a los
demás, pero deje la razón para otros asuntos y a Dios limitémonos
a sentirlo.
En
la intimidad de la sala central y al lado de unos pequeños troncos,
ambos siguieron discutiendo, con gran amabilidad pero intensidad
problemas concernientes a la teología hasta bien entrada la noche.
Amanecía,
cuando salía el franciscano y el visitante ya estaba sobre su
caballo, esperando muy pacientemente la salida del hermano.
-
Ya se va, como me dijo.
-
Sí, padre, recuperada la orientación me dirijo a mi destino.
-
¡Lastima que no pudiese ayer reconducirle! - rieron los dos al
unísono.
-
Padre Marcos, mi creencia es tan grande como la de Usted, pero me
resisto a creer que llegaremos a su comprensión con la razón, la
cual es limitada.
Se
acercaron y se dieron un sincero apretón de manos a la par que
intercambiaban sonrisas. El hombre del caballo ya estaba saliendo por
lo que quedaba del arco central de la puerta cuando el Padre Marcos
le pregunto.
-
Señor, válgame Dios que no se todavía su nombre
-
Fallo mio por no presentarme supongo que por la intensidad y gozo de
la conversación. Mi nombre es Occam, Guillermo Ocamm.
Con
un suave y rítmico movimiento a las bridas, puso en marcha a su
rocín, mientras el fraile franciscano se quedó fijamente mirándolo
al alejarse. Tenía tiempo, mucho tiempo, para analizar, estudiar y
comprender sus palabras. Pero, complicado, pues la razón es el
instrumento de comprensión y control. No quedó muy convencido de
esta última afirmación y corriendo volvió a la biblioteca.
PASEANDO
CON MARX
Caminando
estábamos por un miserable barrio de trabajadores en las afueras de
Londres a finales del siglo XIX.
Marx
iba vestido con una ropa vieja y caminaba con el cuerpo abatido de
muchas guerras contra el mundo, en Europa, tanto el continente como
las islas.
Pensativo
andaba y al final de cada frase me miraba. Tenía una mirada profunda
y quizás un tanto melancólica de haber teorizado y luchado por lo
que cada vez se le antojaba como más imposible.
-
Maestro – le dije, pues a mi me gustaba y a él también, ¿qué
motivación tendrá el supuesto empresario en la realización de sus
ideas si le quitamos la plusvalía del beneficio producto del tiempo
e interés por éste puestos?
-
Tu pregunta – me contesto sin apenas hacer ningún aspavientos,
está condicionada por la incomprensión de mis palabras. El trabajo
del obrero es parte integrante con la misma validez que cualquier
otra cuestión que el objeto en sí y éste debe de pagarse no con un
salario, sino con uno tanto por ciento mensurable, medible y
proporcional con su venta.
-
Pero, escondidos en la totalidad, ¿tendrá el individuo interés en
el buen funcionamiento del proceso?
Paró,
levanto la cabeza y suspiró.
-
Sabes, Andrés, en la naturaleza humana es donde su hunden las
teorías. La propia lucha de clases en la búsqueda de su ruptura con
el monopolio burgués, se pierde en la propia capacidad para actuar
de la manera altruista que el comunismo que os propuse en “El
Capital” con Engles. En el paso del socialismo con el estado
centralizado, hacia la difusión del poder propia del comunismo que
os propongo, a medida que envejezco, se me va haciendo mas difícil
de atreverme a asumir. La naturaleza humana me persigue.
Aun
en este ritmo y sedante propio que ya llevábamos, era un hombre con
un gran poderío mental y siempre encontraba, más adelante, salidas
airosas a las propias dificultades que el proponía.
-
Mira, la solución se me antoja difícil por la esencia humana, lo
que si se me presenta como injusto e imprescindible subsanar es la
concentración de poder para unos pocos burgueses. Nosotros somos los
que le damos valor al producto con nuestro trabajo y éste no se
reparte. Siempre hemos tenido unas clases dominantes y otras
trabajando para ellas !busquemos la igualdad de poderío social!
-
Y aun no siendo poder económico, sino sólo poder, ¿crees que los
ciudadanos lo ejercerán responsablemente sin acumulación, en la
búsqueda de un bien común?
Volvió
a pararse y subió sus curtidas manos hacia su alarga, blanca y
frondosa barba, acabando por acariciarse los últimos cabellos de su
también larga melena.
-
Eso es lo que me da miedo. Que en un futuro en nombre de todos los
trabajadores propios de un país una persona se alce con todo el
poder y oprima a todos aquellos que no lo compartan. Ahí tengo mis
problemas. La ambición económica o de poder son unas malas
compañeras y las personas no hacemos más que contagiarnos por
ellas.
Allí
nos despedimos. Marx, sabía que jamas volvería a su tierra, Prusia,
pues sería despreciado y juzgado. También sabía que sus escritos
moverían el mundo en un futuro, pero ahora no eran mas que
perseguidos, rebatidos y condenados.
Se
iba a su casa donde estaba su mujer y donde encontraba aquel único
lugar donde no tenía la necesidad personal de exponer sus
pensamientos.
En
la esquina donde nos separábamos encontrábanse una familia de
trabajadores de las fábricas textiles de las rodalias de la gran
ciudad. La mujer esperaba a su marido con una sopa de ajos mojadas
con pan duro y rodeada de niños que probablemente, otro día más,
no verían a su padre, pues trabajar 16 horas diarias impedía verlos
por la mañana y al anochecer.
En
mi conversación con Nietszche también me había hablado de lucha de
clases, con Marx, mucho más explicito también
y volviendo a casa me fui planteando la solución y concluyendo que
no hay ninguna solución científica a la humanidad.
Sólo será llevable baja unos principios Éticos educados.
LA
LIBERTAD EN EL CAFE
Sus
risas se escucharon en todas las partes del café. La música
enmudeció ante ellas. Apoyado en la barra con sus dos codos,
escondía la cabeza entre las palmas de las manos y mientras se
carcajeaba me dijo
-
A ver Andrés, entonces me dices que en la actualidad somos libres
¿no?
-
Si, esto te digo y afirmo, amigo
Teníamos
la costumbre de reunirnos los Jueves a la salida del trabajo. El
diseñaba, yo imprimía. La editorial iba bien pues imprimíamos
libros de calidad, que no eran sustituibles por técnicas modernas de
lectura pues el valor no estaba sólo en el contenido, sino en el
objeto, el libro en si. Eramos afortunados pues en asuntos laborales
todo andaba viento en popa. Quizás era por ello que teníamos menos
miedo a hablar sin complejos.
-
Mira Andrés, la información que te llega esta seleccionada y te
produce una visión viciada de la realidad.
-
Pero compañero, yo leo o no leo lo que se me antoja
-Si,
de acuerdo, pero aquello que puedes elegir esta enfermo por una
decisión terminante anterior ya hecha.
Siempre
había sido aprensivo a las opiniones colectivas y era un tanto
misantrópico. Era un magnifico compañero, pero difícil de tratar
si no lo conocías. Nuestras opiniones contrarias discutidas con paz
pero adversidad, nos había unido.
-
¿tú crees que la suma de los periódicos actúan bajo el signo de
la libertad de opinión cada uno de los periodistas que en el
participan?, ¿crees que la elección de los comentaristas está en
función de su calidad?, ¿crees que hay inocencia y pureza
informativa?, Andrés.
-
Pues no, pero es evidente que las ideas del dueño salgan por algún
lado.
-
Bien, error mayúsculo, pues la información debe tener el principio
de ser absolutamente aséptica y desinfectada de inclinaciones
personales.
-
Bien, pero a sabiendas de la inclinación personal, puedes ser mas
objetivo.
-
No, pues siquiera es una decisión intelectual. Es un movimiento
controlado por fuerzas de poder enajenadas y externas a la
información en si y por si.
-
¿Utilizadas?
-
Si, no te quepa duda. Grandes corrientes de información potenciadas
por diferentes poderes que buscan cualquier otro objetivo mas que
dar, información pura y dura.
El
camero del bar ya nos tenía ampliamente calados, nos conocía, sabía
de que pie cojeábamos y siempre, pero siempre prestaba atención a
nuestras conversaciones. No leía, al menos en publico, los
periódicos que tenía en el bar. No llegaba hasta mi compañero,
pero tampoco se creía , me dijo alguna vez, nada.
-
Y sino, amigo Andrés ¿cómo puede ser que la información de los
acontecimientos del día pasado sea contradictoria?, ¿cómo puede
tener tantas vertientes interpretativas lo mismo?, ¡sal del engaño!,
no compres el periódico pues piensa que todo, pero todo, son
opiniones interesadas. La objetividad, ¡Dios me libre! Ya no existe,
se perdió ante el primer discurso público.
-
Bueno, pero también puedes comprar libros de opiniones que te dan
perspectivas correctas.
Volvió
a sonreír y me echo una mirada de melancolía y benevolencia ante mi
supuesta inocencia.
-
Piensas que algún momento hay otro elemento de decisión a la hora
de publicar cualquier libro que no sea aquel que te lleva hacia el
lugar donde los mass media ya te han llevado?
Pensaba
que se equivocaba o al menos que exageraba, pero y sin embargo sus
palabras atrapaban mi interés y esto me hacia dudar de mis
decisiones y conclusiones. ¿Cómo era posible tal disparidad de
opiniones sobre las cosas?, ¿tal fuerza divergente encontramos en
nuestra visión?, ¿ser calidoscopio es un defecto de las personas?
-
Pero, ¿cómo conseguir la objetividad?, ¡cómo haberme una idea no
influenciada por diferentes elementos de la realidad?, sácame de las
dudas donde me has metido.
-
Sí, te lo voy a decir. Autodeterminación, autosuficiencia inmunidad
y sobrepotencia sobre tu mundo circundante.
-
¿y me voy a vivir en una cueva para bajar al pueblo a nomas que
comprar pan?, Compañero, las personas somos por naturaleza sociables
aun que esto nos cueste vivir bajo nuestras diferentes opiniones.
Siempre has sido seguirás siendo Nietszcheniano.
Reflexivo
le deje bajo estas ultimas palabras. Pensativo y mirándome
calibraba su respuesta y me dijo
-
Aristotélico eres y así te morirás. La naturaleza humana sólo nos
llevo a vivir en el colectivo por supervivencia de la especia. Darwin
ya te explico que los genes que se transmitieron fueron aquellos que
mantenían la cercanía para en equipo matar Mamuts, pero de ahí a
que nuestra esencia es necesariamente social hay un trecho. Sácame
de las muchedumbre y de las influencias que la gente con poder tiene
sobre ella,
Entre
los cafés continuamos la apasionada discusión que acabó sin ningún
acuerdo, pero con una gran satisfacción de ambos.
Era
un tanto grueso y movía las caderas balanceándose de un lado al
otro. Tenía la cara algo gordita y una sonrisa muy agradable. Cuando
maldecía al mundo, nunca sabía si lo hacia con la mente o con el
corazón, si con cinismo o sufrimiento, me era realmente difícil
interpretarlo.
La
diferencia trae riqueza, que nadie lo dude.
Recogí
mis utensilios, pague el poleo y le dije al camarero
-
Nunca cambiará mi compañero -y el me dijo a mi
-Yo,
Andrés, espero que no lo haga y escuchale pues que cerquita esta de
la verdad, mi querido y distinguido cliente.
Riéndome
salí del bar
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