martes, 24 de diciembre de 2013

PEQUEÑAS REFLEXIONES HIPERBÓLICAS



REFLEXIONES HIPERBOLICAS




1. LOS ESCRITOS Y EL ARTE.

2. INGENIEROS SOCIALES.

3. LA SINGULARIDAD.

4. EL LENGUAJE Y LA RAZÓN.

5. FUERZAS POLÍTICAS.

6. MÚSICA Y SENTIMIENTO.

7. HYLEMORFISMO.



































LOS ESCRITOS Y EL ARTE


Busquemos el propio disfrute estético como objetivo de la escritura.
La historia, la temática, la información es decir, el contenido, impera como razón en la elección de la lectura.

En el arte es,  la forma,  el único y último motivo de disfrute,  apreciación y calificación valorativa de la obra. En la lectura no. Cada tipo se ajusta a unos estereotipos, estructuras, modelos y otros asuntos similares en la información que transmiten. Historias, personajes, situaciones, reflexiones, ciencia y los demás que se os ocurran.

Entiendo que en los escritos debemos de buscar también la pura y dura estética.

Sucesión de adjetivos provocando el contraste sentimental, verbos transitivos separados por pocas palabras que aceleren el proceso mental, verbos intransitivos que nos lleven a la trascendencia, artículos definidos o indefinidos que alejen o acerquen al sustantivo, las metáforas cortantes en las reflexiones o adverbios casi abstractos que califiquen acciones usualidad máxima.

Así y otras cuestionen que hagan de la lectura un placer de realizarla por disfrutar al hacerlo y no por el contenido trasmitido.

Sentir el disfrute del momento.

Es el acto de lectura.

Es la fenomenología del propio hecho en sí, sin salir ni un centímetro de su propio momento.

Sentirte en el envuelto en el trascurso de la lectura, en el descenso del rio del lenguaje, que pasa por corrientes, por lagos, por cataratas y que entra en la presa del mar al voltear la última página.

Frases afirmativas, aseverativas,  cortas y simples que introduzcan en la aventura de esa lectura. Párrafos lentos, conceptuales y  explicativos que acaben en metáforas descriptivas en la humanización de la lectura.

Los mecanismos se multiplican en  la realización de la obra. Es un escrito esculpido  y pintado. Trabajado como la arcilla en tus manos.

La información trabajada así, es lo digno de máxima admiración.

Pero el relato o reflexión en su forma tiene también un hueco en el mundo del arte.








INGENIEROS SOCIALES


Aquel que me siga hablando de un mal menor, es que tiene un grado de miopía máximo y esos que me comentan de breves susurros ambientales, sufren entonces un episodio de sordera preocupante.
               Me encuentro en demasiadas ocasiones con la dificultad para hacer la digestión del montón de irracionalidades, chapucerías, malfunciones, incompetencias
y demás, que nos rodean y para mi mal, que son vistas como corregibles pero dentro de un desarrollo normal.

              Las formalidades y estructuras heredadas que impiden la actuación, las soluciones alejadas de cualquier realidad y aplicación invaden la sociedad en la que vivimos las personas. Tratemos de curar y tratar con misericordia a aquellos que violen la convivencia social, pero no empeñemos toda ella para tratarlos con dulzura.

               Soy un hombre espiritual y trascendental en mis pensamientos, pero soy totalmente consciente de las dificultades que acusa nuestra realidad en la supuesta y mala defensa de los derechos, fundamentalmente de la mayoría. Si quieres dar sentido ontológico, metafísico o espiritual, lee o haz filosofía o profesa una religión. Ahora bien, si lo que buscas es arreglar el mundo, no hagas demagogia, y como único sentido busca la funcionalidad y utilidad vistas del hecho en particular para el bien general. 

                 El sentido, es una expresión abstracta, inexistente, teórica. Hay que buscar, estudiar, construir la solución pero tras imponer un tipo de funcionabilidad acabada a esta realidad. Que no griten grandes imposibilidades sino que susurren pequeños detalles correctores, en cuya suma estará la solución. Y es esto, que se sientan aludidos aquellos que no busquen soluciones, sino perpetuar su poder corrompiendo el voto con falsa y vacía demagogia. El dialogo es de sordos o la correspondencia de ciegos. Las charlas constructivas son una utopía y los combates verbales son guerras buscadas y pensadas por la gloria, nomás, de la victoria. El mundo público está dirigido por personas que creen saber y sólo están instalados en un sistema falso e inútil en la búsqueda de soluciones reales, aplicables y con una función correcta. El egocentrismo o grupocentrismo se extrema y las acciones constructivas desde el altruismo propio del beneficio colectivo, desaparecen en su falta de nacimiento. Grave es también que aquellos que denuncian este funcionamiento como inllevable, inviable, infecundo y más son tomados como movimientos propios de soñadores empedernidos. Hablar, entender, arreglar los asuntos desde una practicidad absoluta. La demagogia totalitarias en el sentido, son una perdición. ! Que enfermen los degenerados y putrefactos especuladores y que se abran de brazos los positivos y necesarios ingenieros sociales, con justicia, igualdad, movimiento y soluciones ¡












LA SINGULARIDAD

 Nos es complicado asumir y trabajar con el principio que expresa que tanto y observador como el observado, son individualidades.
            Cuando hablamos, debatimos, paseamos y otros, si no estamos sumergidos en primeros pensamientos,  el mundo exterior se manifiesta y toma vida como totalidad. No distingo individuos con una interpretación y visión de los hechos propia y particular.

            Sentímosnos solo en las reflexiones y pensábamos, que la tercera persona juzga objetivamente respecto a ti, como parte integrante de la totalidad externa. Creemos, entonces, que aquel que te observa, puede deducir tus objetos existenciales.

            ¡Qué gran verdad tienen los que te rodean!

            ¡Se fijan en la persona y con lucidez y fijación, concluyen correctamente!

            Esto es la vergüenza de tus pecados sentidos ante la observación externa y sus posibilidades, creídas, de su capacidad de saber.

            ¿Esto es?

            La continuidad del asunto implica sacudirse de ciertos pesos existenciales con los que todos cargamos pues el sujeto vive atado a los pensamientos externos, y a su juicio, nisiquiera objetivo y no más que probable.

            Este juicio individual que arrastramos, no es trascendente, es pasajero y contingente pero pasa a tener un gran peso, potenciado y madurado con los grandes medios de comunicación, que han hecho real y tangible la inmensa cantidad de opiniones sobre opiniones, dándoles, estando dentro de una apreciación, una verdad objetiva.

            En la mirada de los otros no está la verdad. Es cotidiano sentirte apuntados por ojos externos y pensar el juicio colectivo como si cada uno de los observadores actúan bajo los mismos principios llegando a conclusiones similares.

            Esto no es verdad  y debemos de ser conscientes de la fructífera  individualidad de cada uno y de todos. Luchemos contra la vulgarización propia de la muchedumbre y cultivemos la rica fecundidad y creatividad del individuo como tal. No es el individuo contra la normalidad.

Normalidad es un término vacío de contenido y sólo hace alusión a lo establecido entonces.

            Lo existente es lo singular y sus pensamientos propios y sólo son, cuando son expuestos y sacados por la persona que los pensó. Sentirse observado es producto de no aceptar la propia individualidad y diferencia entre sí de aquello que forma la realidad.
            No estamos rodeados de una unidad sino de una suma de individuos, que no es lo mismo.








EL LENGUAJE Y LA RAZÓN

Es un tema mucho más resolutivo que se cree.
La propia discusión se especula tratando con su solución.

Y comenzamos preguntándonos ¿y de donde vendrá la capacidad del raciocinio del ser humano y que nos separa del resto de los animales?

Y nos respondemos que es elemento propio de la evolución. Cuando tratamos con diferentes elementos externos y calibramos y estudiamos sus diferentes relaciones y características, nos encontramos con un proceso racional puro. Así, en aumento, el bagaje cultural supera, por acumulación, siempre el nivel anterior en el raciocinio.

Hasta aquí, aparece como  el desarrollo de una capacidad ya inherente que con su interrelación en su exterior va tomando forma.
Y ahora comienzan las dificultades,  cuando tenemos que saber que esas primeras elucubraciones mentales, conclusiones racionales, se hicieron sin lenguaje articulado como los modernos.

Y me pregunto cómo podemos realizar pensamientos sin palabras, pues cualquier acto mental que realizamos, va acompañado de un monologo propio.

Y vuelvo y digo, que si el lenguaje es la máquina que produce nuestra capacidad de razonar, me encuentro con una acción y elemento exógeno que de mi raciocinio.

Es decir, que no hablamos porqué sabemos pensar, sino que razonamos porqué hablamos.

Esto, el lenguaje y la razón forman un trío muy fecundo en afirmaciones e imposibilidades.

¿Será, entonces, el estudio del lenguaje la manera de comprendernos pues estamos formados como somos con su aparición?

Esta es una temática moderna pero existente. Centrarse en el estudio del lenguaje como elemento resolutivo de los problemas.

Como elemento que incitó este asunto fue la pregunta ante si tenía capacidad para pensar sin el lenguaje y, entre incorrecciones ontológicas (pensar es utilizar el lenguaje) o imposibidades operativas (cerrar los ojos y empezareis a hablar a los vientos) vi la necesidad e importancia de su estudio en la forma trascendental, es decir, del lenguaje como entidad formativa y formadora de nuestra persona.
Se puede pensar que el artificio del lenguaje es lo que provoca la superioridad máximo del homo sapiens sapiens sobre el resto de los animales o que nuestra mas alta capacidad de raciocinio nos ha llevado a construir la máquina.

Estoy aquí siendo extremo es decir, uno o el otro, antes y primero.

La solución de desarrollo propio no llego a concebirla, quizás, por yo, cómo todos las personas ya, tengo un total desarrollo en mi lenguaje y mi razón.



LAS FUERZAS POLÍTICAS


Me produce desasosiego, ahogo, impotencia y  tristeza, cada vez que oigo a un Político explicar el asunto que sea. Todos son absolutamente Sofistas, y ninguno busca la verdad, sino dar una respuesta que le haga salir airoso de la situación. No concretan soluciones y se andan tras y con conceptos abstractos que no son constructivos, son etéreos, inabarcables, ficticios e impracticables.
Si quieren hablar de la esencia de la realidad, de su visión generalizado del asunto en cuestión y de similares, que se vaya al ágora, al senado, a las charlas en un café y que no introduzca sus garras en la búsqueda del poder en nuestro sistema, pues la política, es una acción práctica y no teórica, en busca de la mejora colectiva. Y leo, y vuelvo a leer y me encuentro lo mismo. La reunión entre las fuerzas políticas en pro de una solución, es impensable, parece como si los intereses de los partidos no fuera el bien del pueblo en general, el cual debía de pasar por  el dialogo social y el acuerdo político. Nada, de esto nada, pero se que mis críticas son campanas en el desierto, pues si no es así me resulta impensable el no ver y corregir, entonces, esta situación. En mis años de vida, ya me he cansado de intentar comprender que, tal y como me dicen, que las cosas son así, que así es el mundo, que así es el sistema, que así es la realidad y así ha sido la historia. Estamos inherentemente condenados a que la política sea así por su propio peso esencial, afirman algunos.
Vamos a dejar de seguirles el juego, vamos a quitarles la mascara y a pellizcarles para que se despierten del sueño que les han metido. Eso que hacen no es que no sea política, es el mal humano en su antigüedad, la búsqueda de intereses particulares, o de clases o de partidos, en vez del acuerdo general, que al fin y al cabo es el máximo beneficio para todos nosotros.  En la actualidad no encuentro ningún político que me provoque confianza pues no he visto hasta ahora ninguno al que le vea hacer un acto altruista en beneficio del pueblo. Altruista, quiere decir por encima de su persona, partido político y las supuestas, pero no existentes, ideas políticas en búsqueda, si así ha de ser, el renombrado beneficio social.
  Mi sorpresa ante el ridículo se incrementa. Varios fantoches convencidos de nuestra comprensión de sus verdades a medias me obnubilan.
            Salto de un medio de comunicación a otro y el circo no descansa. No me rio ante inocentes payasos, sino que me mareo en la podredumbre propia de la jaula de animales.
            Platón y Montesquieu llorarían cogidos de la mano si estuvieran en el espectáculo, junto a Felipe II, lamentándose que no fue la tormenta económica quien hundió las naves, sino el peso del oro robado en las Américas.
            Listas abiertas ya, pues quiero comprar en pan en el mercado y no comer bocadillos envasados al vacío y venidos, ni siquiera Dios, sabe de dónde.
            Orbitando al redor del policentrismos sube y baja la marea de nuestra economía según la distancia con y amplitud de, sus mentiras y corrupción. La falsa diferencia en los poderes del estado, resulta agria, y lo que fue agua bendita pocos años a, en vino amargo ha acabado. Regeneración urge.
            Firmado por un ciudadano que se ve impotente para el cambio y se siente atado de la barbas, y nunca mejor dicho, de otros.


















LA MÚSICA Y EL SENTIMIENTO




            La música trasmite y suda por todos los poros el estado anímico característico de cualquier época histórica.  En ella podemos encontrar la cosmovisión general establecida, aceptada y admitida con normalidad siendo reflejo de los deseos y fines propios de cada generación.

            Desde su más pronta concepción ha ido de la mano de situaciones anímicas.
            Digamos desde el barroco, yendo por el  modernismo, pasando por los años setenta, hasta la actualidad, donde la gente se retrotrae al pasado ya más cercano, se puede realizar un estudio sobre las circunstancias que rodean y definen las características y sentimientos de esta forma de expresión humana.
            Si hacemos un estudio psicológico, sociológico, económico, literario, ideológico y más, con ansias científicas, se ve y entiende la música de esa época. Esto sabido es por todos.
            Pero nos vale también para investigar las consecuencias en el interior humano que produce una serie determinadas de las circunstancias y reflejada en la composición cultural de la música.
            Corres el peligro, en su estudio de quedarte en la dimensión puramente estética de la música, juzgable por el placer auditivo que nos provoca. Nos queda también el estudio epistemológico sobre los sonidos, ritmos, instrumentos, voces y su resultad, su intención de búsqueda y su fundamento en la utilización y cómo, de dichos elementos.
            Oyendo música de los setenta entiendo y veo que destila esperanza, ilusión, romanticismo e inocencia. Guitarras acústicas y voces tranquilas. Es un nuevo comienzo de siglo tras los atropellos anteriores. Y tras esto, el materialismo y la inconsciencia nos invaden y atrapan y los ritmos sinsentido se imponen. El Barroco nos elevaba en la asumida vida ante Dios mediante el  virtuosismo y dentro de ritmos e instrumentos y el Romanticismo daba  el poderío de toda la orquesta pues el hombre alcanzaba toda su dimensión. Muchos aspectos se anclan allá donde se producen. Estudiémoslo, relacionémoslos y hagamos un estudio intelectual y no sentimental.
            No ha aparecido cada época un nuevo el concepto de música, ni de instrumento para producirla, ni la concepción rítmica. Lo ocurrido es un cambio moral, llevando a uno estético y que arrastra a la creación de música. En la actualidad la mentalidad ha cambiado mucho respecto a la de los años setenta, la visión vital también y como su consecuencia la concepción artística, musical y los instrumentos utilizados para ello.
            Veamos que ritmos forman la tristeza, estudiemos que instrumentos dan añoranza, digamos que voces reconforta y encajémoslo todo en un momento histórico puntual y veamos por qué esto se busca.
            Si estudiamos el estereotipo del autor propio,  la forma de su música encaja totalmente con una actividad moral, ética, cívica y demás propia y correspondiente a sus tiempos.
            Entendamos qué y cómo producen el cuanto de.
            Tenemos la creatividad encadenada a los tiempos en los que vivimos y somos esclavos de nuestras circunstancias. Sino todoi al menos la producción, pues en la totalidad  personal aspiro a que las superemos (siempre, claro, mirando a Ortega y Gaset)










HYLEMORFISMO

            Cuando pregunto por esta asunto en alguna conversación me encuentro, con normalidad caras de sorpresa, bien por la temática o por el propio  interés de ella por alguno.
            Y, ante esto, dada la madurez social, en cuanto a la posibilidad de expresarte, lo encuentro como resultado de una malformación de la cultura imperante en el mundo occidental.
            Cuando me encuentro con una variación sentimental o un cambio anímico en un corto espacio de tiempo sin más actividad que meditar, me pregunto si una variación eléctrica o un campo electromagnético pueden dar como resultado un asunto claramente espiritual
            ¿Qué siente el fracaso?, ¿Qué siente el orgullo?, acaso ¿según la forma geométrica de las interconexiones neuronales, en “U” o “V”, provocan el sentir éxito o fracaso?
            Se me escapa por todos lados, sitios y lugares esta continuidad entre mis neuronas y sentimientos, entre mi cuerpo y mi estado anímico.
            El Hylemorfismo cada vez cabe más en mi persona y me lleva a separar la materia del espíritu o el cuerpo del alma.
            Vuelvo a entender que todas las personas tienen en algún momento dado este pensamiento. El problema estriba en que es aceite en agua, el introducir una reflexión sobre esta relación entre la materia y nuestra persona. Es un movimiento intelectual totalmente extirpado de nuestra actualidad, y si se trata tiene muy poco de objetividad en sus conclusiones, sea por ética o religión y todos sus axiomas puros.
            Pienso que debemos de ser consciente de su importancia y tratarlo científicamente, es decir, separarlo totalmente de cualquier valoración y realizando únicamente una investigación fenomenológica.
            Este asunto es, sin duda, el elemento más importante en la definición ontológica del ser humano.
            Sus consecuencias son definitorias y definitivas con respecto a nuestra actuación necesaria y oportuna.



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