Es un asunto puramente existencial
pues ni en la técnica ni en la teoría esconde duda o misterio.
El pasado son una serie de sucesos
inexistentes pero que son tomados cómo si no lo fueran.
Ha sido una experiencia que nos ha
enseñado pero que fue, ya no es y no volverá.
Todo el material del pasado ha sido
incinerado ya.
Se vive atado a lo que ocurrió,
envuelto en las mentiras de su permanencia.
Somos inmediatez y cuanto nos cuesta
asumirlo.
Además, el tiempo, en primera
persona, le escava su tumba con más profundidad, pues nos hace huir
de sus posibles consecuencias que hubieran sido.
El segundo después de la acción,
ésta ya ha quedado atrás y al segundo, el olvido ya puede venir
pues el futuro ya ha llegado.
No se puede cargar con un pasado
estéril que no hace si no mas que ahogar la actualidad.
Las posibles acciones, fueran del tipo
que fuesen, que entonces pasasen allí han quedado y nadie te
pedirá, al menos en esta vida, cuentas por ello, al menos, claro que
hablemos de ilegalidades.
¡Pero podía haber hecho más! -
decía aquel con las lágrimas en los ojos
Sí, - le respondía aquel otro, pero
ahora te queda el futuro para solucionarlo y el pasado ya no actuará
de absolutamente ninguna manera sobre la próxima acción.
Nos atamos exageradamente con algo que
no o que sí hicimos, pensando que daría por necesidad otra
actualidad a este presente. Cosa que no es así. Nunca sabremos lo
que hubiera pasado si hubiéramos hecho eso que ya pasó.
Para evaluar, en el caso que se quiera
las posibles evoluciones, el susodicho y supuesto cambio en un factor
de las acciones ya hechas, no tienen, ni por asomo, que condicionar
otro presente y quizás, ni diferente.
Lo ya hecho nos pesa demasiado cuando
no debería ser así. La renovación son las proteínas de nuestro
crecimiento.
Reflexiones sobre el pasado pero
tampoco alberguemos como errores o ciertas determinadas acciones
dados el asunto intuitivo o circunstancial que constituyen las
situaciones.
Pensamos y pensamos que las acciones
humanas se repiten. Y esto nunca es así.
En cualquier historia humana lo que no
fue, pudo serlo o puede ser.
Huyamos de los supuestos límites que
nos hemos impuestos y volvamos a la virginidad e impolutivilidad de
cualquier acción y decisión acorde con el momento puntual.
La tristeza viene siempre, siempre y
siempre, de mirar en el pasado. Asumir nuestra pura actualidad no
tiene cabida para ella y en el futuro y sus posibilidades no es
todavía.
Sea quizás por las religiones, los
pensadores, las culturas y otros motivos, hemos perdido la
pequeñísima validez temporal que tenemos los individuos, solos y
temporales, que formamos el mundo y hemos dado demasiada validez a
nuestra supuesta continuidad y unidad temporal
Aprender de lo que no pude hacer ni
llegar, pero siempre teniendo en cuenta que es en la muerte del
pasado donde se quedaron esas y comienza un nuevo presente en el cual
esos intentos y futuros ya se han difuminado en los ya no recordados
fracasos anteriores.
El operar sobre el pasado, implica
una fuerza de voluntad actuante pues nuestra caprichosa naturaleza,
no sé si por elementos evolutivos relacionados con la protección,
nos ha modulados atados al pasado.
La posición correcta, aun consciente
de su dificultad, sería la asunción de nuestra absoluta actualidad
y que este día es único y puede mi persona a hacer cosas o tomar
decisiones diferente a las ya tomadas o hacer actos contrarios a los
hechos.
El pasado no obliga al futuro.
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